CAPITULO 20

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NARRA SUGA

Sigo los pasos del padre de Suni hacia un granero de madera, me siento un poco culpable por tener en mente la imagen de su hija con aquel vestido negro, se miraba tan bien, resaltaba su figura y despertó miles de reacciones en mi. El me hace señas para que lo siga, entramos y veo que aquí guardan todas las cosas que usan para trabajar en el campo, los abonos, las palas etc. Veo una mesa de madera con unos bancos.

-Hay que sacar la mesa primero y después la leña para la fogata.

Yo asiento, espero a que el tome la mesa de un extremo pero se me queda mirando, yo evito su mirada fingiendo analizar el lugar, hay muchos productos de los cuales no conozco, sacos de alimento, un tractor, entre otras cosas.

-¿Cuáles son tus intenciones con mi hija?

Su pregunta me hace mirarlo para confrontarlo, no me gusta mantener contacto visual con las personas pero con ella siempre ha sido diferente, no me siento incomodo y para mi, ver mi reflejo en sus ojos me hace sentir extraño y ahora veo que tiene la misma mirada que su padre.

Lo pienso un momento antes de contestar ¿mis intenciones? No tengo alguna, mi único deseo al compartir tanto con ella, es que este bien, sea feliz.

-Realmente no tengo ninguna.

Su padre suelta un gruñido y me mira de manera molesto, lo que me hace tragar saliva nerviosamente.

-Me estas diciendo que mi hija no es lo suficientemente buena para ti.

-No es lo que piensa de ella- digo rápidamente- siempre se preocupa por los que están a su alrededor, es muy trabajadora, siempre saca lo mejor de mi y es lo que mas admiro, incluso su terquedad me hace sentirme de manera extraña.

Mis mejillas comienzan a sonrojarse al decirle esto al padre de Suni pero es la verdad. Ella siempre se preocupa por sus amigos, es muy trabajadora en la escuela así como en la vida, siempre piensa en sus padres y siempre me hace hacer cosas que yo nunca haría, en este mal momento que estoy pasando siempre me logra sacar una sonrisa.

-¿Entonces la quieres?

-Bueno es inevitable no quererla.

Me tapo la boca con la mano impresionado por las palabras que he dejado escapar, palabras que he estado tratando de negar.

Veo el rostro de su padre, su semblante se ha relajado y me mira con una pequeña sonrisa.

-Admiro como has criado a esa niña- se refiere a Min Hee- a pesar de ser joven le has enseñado buenos modales, no te voy a juzgar por ello así que quiero saber ¿Qué tienes tu para ofrecerle a mi hija?

¿Qué tengo yo para ofrecer? Su pregunta me hace sentir nostálgico, no puedo ofrecerle una familia, pues la mía fue destruida hace mucho tiempo, tampoco dinero ni estabilidad por que para ello aun debo estudiar y seguir trabajando. Mucho menos tiempo por que ni yo mismo se cuanto tiempo tengo, se que algo le pasa a mi cuerpo, lo he notado, me canso mas, la respiración me falta cada tanto.

Pero algo dentro de mi me pide a gritos que quede bien con su padre.

-No tengo dinero- frunce el ceño- tampoco familia ni estabilidad pero- mi corazón comienza a acelerarse- si algo llegara a suceder entre nosotros le aseguro que lucharía por ello, la haría feliz de la manera en que este a mi alcance, la haría sentir protegida.

Es todo lo que podría ofrecerle y me apena que sea tan poco por que se muy bien que ella se merece el mundo entero, ella se merece estar con un chico que si valga la pena, que provenga de una buena familia, que tenga estabilidad económica, que la haga sentir querida y no la trate como yo lo hago con ella.

Un Amor Tan HermosoWhere stories live. Discover now