Capítulo 17: Alfa y omega

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—Nadie puede acercarse a esta habitación ni siquiera mi hermano. —Ordenó a los discípulos.

—Hermano, Meng Yao es mi sirviente, no puedes hacerme esto. — Replicó Huaisang.

—Sé muy bien que tú lo alientas a mantener la esperanza con Xichen. —Le regañó. — Entiende algo, Xichen está fuera del alcance de Meng Yao. Si deseas casarte con Wanji entonces debes callarte lo que sabes su relación.

Huaisang apretó sus labios, inconforme. La cruzada de su amigo se había vuelto propia.

TIENES PROHIBIDO ACERCARTE A ESTA HABITACIÓN SIN MI PERMISO. —Usó su voz de mando. —Y si me entero que hablaste con el joven amo Jiang, aconsejaré a padre que lo mejor es que te cases con un discípulo de nuestra secta y así permanezcas por siempre en Qinghe. Me aseguraré que no salgas de la secta Nie.

El omega apretó sus manos sobre su abanico. Mingjue salió de su campo de visión. Solo pudo retirarse. Se sintió frustrado de no poder hacer más, de tener que doblegarse ante su hermano mayor. Porque era así, al final el único heredero era Mingjue por ser hijo de la primera esposa, y él dependía de que otros decidieran sobre su vida y futuro.

...

Toda la tarde estuvo meditando qué debería hacer con toda la situación. Podía dar una explicación simple a su padre para mantener a Meng Yao encerrado, pero aun así creyó que era mejor que los lazos entre A-Yao y Xichen se rompieran para siempre. Finalmente decidió hablar con Xichen.

Fue recibido en el estudio de este. El alfa menor le recibió con su cordialidad usual, pero en cuanto sintió el aura pesada del otro alfa, se tensó.

—Seré directo, Xichen. —Habló Mingjue.

El otro alfa enarcó una ceja en pregunta. Sentía que su amigo se encontraba alterado.

—Sé que el sirviente con el que tuviste un romance es Meng Yao, el bastardo de Jin Guangshang, mi sirviente.

Xichen desvió la mirada, realmente no sopesó que su amigo supiera la verdad. Antes que nada, debía de defender el honor de Meng Yao, fue quien salió perdiendo de toda la situación, quien no tenía una familia ni una secta propia. Se sintió culpable de no extrañarlo, de comenzar a sentirse a gusto con su compromiso.

—¿Cómo lo supiste? ¿Acaso Meng Yao te lo dijo?

—No fue necesario, siempre lo supe.

Aquello le dejó aún más sorprendido, sin embargo, guardó la calma.

—¿Cómo?

—No fue difícil suponerlo, un día lo seguí y los vi encontrarse. Luego tú me contaste tu romance con un sirviente y lo comprendí.

El menor solo asintió. Sentía tanta culpa por el joven sirviente. Si lo miraba objetivamente todo parecía como si hubiera jugado con él. Además, él estaba empezando una relación con Jiang Cheng, una que más allá de su matrimonio obligado deseaba que funcionase, pero si tenía que dar la cara ante los Nie por Meng Yao lo haría, era su deber.

—Yo soy el culpable, por favor no expulses a A-Yao de la secta. —Dijo con tono firme.

—No lo haré. No se lo he dicho a nadie ni a mi padre. —Aseguró. — Si uno de ellos se entera, sin duda lo expulsarían. Meng Yao es sirviente de mi hermanito, y Huaisang le tiene aprecio, sé que sufriría si se fuera, así que no lo diré. —No revelaría la relación que mantuvo con A-Yao.

Xichen sintió un poco de tranquilidad, pero la culpa no le abandonaba. Ni siquiera le dedicó un pensamiento en los últimos días.

—Gracias, hermano. Sé que es una falta a tu secta. —Agachó la cabeza avergonzado y culpable.

Betrayal LoveWhere stories live. Discover now