La asquerosa trampa de la manipulación

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—Relájate. —Tobi dejó su taza en la mesa y señaló la que estaba delante de ella— Esa es tuya. Pareces tensa. El chocolate ayuda a relajarte.

Sakura tomó el asa de la taza sólo para tirárselo a la cara, pero la mirada de Tobi la petrificó. Ella quitó los dedos con un poco de dificultad y volvió a mirarlo de forma ruda, pero ante Tobi sólo producía lástima.

—Me salgo de esta farsa. —logró decir por fin luego de tanto tiempo sentada.

Tobi levantó loe hombros un par de veces.

—Sal si quieres. Yo me encargo de decirle a Sasuke, no te preocupes.

El pasmo en su rostro le causó una carcajada a Tobi que llamó la atención de todos los clientes.

—De... ¡Detente! —dijo ella intentando dejar de temblar.

—Por... ¡Por qué lo haría! —expresó aplacando la risa a medida que salían sus palabras como rocas— ¡Todo... Todo está saliendo de acuerdo a... a lo planeado! —Tobi secó las lágrimas y los clientes regresaron a su normalidad. —Díselo tú si quieres. —agregó ya completamente calmado— Aunque eso arruinará un poco la diversión.

Sakura apretó el puño con fuerza y golpeó la mesa para eliminar ese temblor que le provocó su mirada y la vergüenza de los ojos curiosos. Tobi resopló con fuerza, se acomodó en la silla y le dio otro sorbo a la bebida antes de continuar.

—Seguro te preguntas por qué hago todo esto. Tarde o temprano las personas en mi juego se terminan preguntando el motivo. —miró a Sakura a los ojos como una flecha en el cuello de un pobre conejo— Quiero ver a Sasuke sufriendo, lo quiero ver destruido. —el temblor en Sakura desapareció y abrió los párpados tanto como le fue posible— Descuida, tú no tienes nada que ver con esto, sólo eres una herramienta para el verdadero dolor. —Con una sonrisa cómplice, Tobi acotó: —Si quieres culpar algo, culpa al amor.

El chocolate terminó sobre toda su ropa.

— ¡Esta la compré ayer! —exclamó molesto al revisar su camiseta.

— ¡La culpa es tuya!

Ella dio media vuelta para salir de la cafetería, sentía el rostro enrojecido por la ira.

—Tenías un sueño, no. —dijo— Ahora se hizo realidad. —Sakura se quedó quieta— Si le dices a Sasuke lo que hiciste volverás a ser nada para él. Creo que hasta menos que nada. ¡Uff!

—Los sentimientos no son algo para jugar. —respondió mirándolo de perfil.

Tobi gastaba las servilletas en su camiseta roja empapada de chocolate. —Los sentimientos son basura. Como ese al que le dices "amor". —Ella volteó por completo— El amor no existe. Es tan falso como esa imagen de chica amable que crees proyectarle a todos.

Sakura apretó los dientes con fuerza antes de responder, pero esa estaca le provocó acidez.

—No puedes hablar de amor si no lo conoces.

Tobi echó a reír, aunque no tan escandaloso como antes. —No estoy interesado en saber de algo que no existe pero —su mirada de nuevo la hizo temblar—, conozco muy bien lo que estás haciendo. ¿Sabes por qué? Porque se llama ambición personal, y es exactamente lo mismo que yo hago ahora. Sólo quieres sentirte bien sin importar un demonio los demás. —Tobi sonrió con amabilidad y señaló la silla, sin dejar de gastar las servilletas para secar la camiseta. —Creo que podríamos ser buenos amigos.

— ¡Jamás! —bramó—No soy egoísta como dices. Amo a Sasuke-kun y quiero que sea feliz.

—Y por eso hiciste lo que hiciste... Qué lógico, vaya que sí. —agregó con sarcasmo.

Dulce GuardaespaldasWhere stories live. Discover now