Una muñeca no sólo actúa, se ve como una

202 33 5
                                    

/Avenida principal/

—Puedes dejarme en esa parada. —Pidió Hiro luego de diez minutos en el silencioso auto.

— ¿Qué parte de que "nos divertiremos" no entendiste? —Hiro volteó en dirección a Tobi— Además, si apareces en la casa de Sakura ahora seguro te encontrarás con Sasuke y prefiero hacerle creer que tú y yo vamos a hacer cosas juntos. —Levantó una ceja en dirección a Hiro y bajó la mirada hasta el pecho.

De manera inconsciente, Hiro levantó la mano para darle una bofetada que Tobi detuvo con una sola mano. Frenó a raya causando un momentáneo escándalo que sólo ganó unos insultos de adultos ocupados en sus autos. La mirada juguetona se convirtió en aquella sombra que le estremecía el cuerpo y le revolvía el estómago.

— ¡Estás loca o qué! ¡Cómo te atrevas a tratarme así!

—No me importa cómo me trates, pero no voy a permitir que lastimes a alguien importante para mí, menos a Sasuke-kun. —Contestó con firmeza: la silenciosa osadía que salía de su interior.

Tobi entrecerró los ojos, la agarró del cabello y la obligó a acercarse para besarla. Ella cerró los ojos con fuerza. El cuerpo le empezó a temblar. Tobi comenzó a inclinarse sobre ella sin apartar sus labios de los de ella. No quería hacer eso, no quería que avance, pero si con ello Tobi dejaba en paz a Sasuke entonces estaría dispuesta a ello. Sin embargo, cuando intentó introducir la lengua lo empujó del pecho con la respiración agitada y el estómago a punto de devolver todo.

— ¿No que no te importa lo que te haga? —Dijo Tobi con frialdad.

Sus pupilas se perdieron en el interior de la cabina por unos segundos. Al enfocar los ojos sin brillo de Tobi reaccionó de forma inconsciente y el sonido de la cachetada resonó en el interior del auto. El tiempo se detuvo un asfixiante momento y luego la risa del muchacho le causó un sobresalto. El pánico que la congeló después del golpe la trajo de vuelta a la vida con una oleada de calor que la hizo brillar por el sudor y se agachó en el puesto para tomar aire y borrar las náuseas.

— ¡Eh, eh, eh! ¡No vayas a vomitar en mi auto! —Tobi puso la mano en la espalda para reconfortarla, pero ella lo rechazó de inmediato. —Me tratas mal, te doy una advertencia, dices que no te importa, hago algo, y luego resulta que sí te importa.

Hiro tomó aire un par de veces antes de acomodarse en el puesto ya calmado. —No... No me importa lo que me hagas, pero no por eso no me moles...

La agarró de los hombros y la empujó contra la puerta del veículo. Sus ojos todavía no recuperaron el brillo aún. — ¡No dejes que esa asquerosidad del amor te arruine!

—Lo único que me está arruinado eres tú. —Respondió con la máscara, pero él sabía cómo verla sin ella.

Las palabras de Hiro le hicieron tragar pesado, la soltó y encendió el auto. La mirada sin brillo se perdió tras una densa oscuridad. Su aura emanada rabia. —Eres una estúpida. —Hiro no dejó de mirarlo con los párpados muy abiertos. —Voy a quitarte ese cuento de hadas que tienes metido en la cabeza. Sólo así te darás cuentas de que ese sentimiento es sólo podredumbre que te retiene de ser más fuerte.

Arrancó el auto causando un chirriante sonido de las llantas en el asfalto. Luego de veinte tensos minutos, Tobi se detuvo delante de una tienda de ropa, le ordenó que se baje y Hiro contempló un vestido de gala color turquesa ajustado en la cintura en la vitrina principal.

—U... Usar ropa de mujer no es parte del trato. —Dijo Hiro con inquietud, de pie frente a la vitrina. Tobi lo contempló curvando las cejas.

—¿Tenemos uno? —contentó con una sonrisa maliciosa, Tobi pasó el brazo por detrás del cuello de Hiro con esa actitud simpática y alegre de antes y obligó a Hiro a entrar en contra de su voluntad. —Hiro, Hiro, Hiro-chan... Tú me dijiste que eres una muñeca así que te voy a vestir como una. —Hiro lo miró pasmada— Es tu castigo. Pero no te preocupes, my dolly. Compraremos ropa de chico.

Dulce GuardaespaldasDove le storie prendono vita. Scoprilo ora