¡No me rendiré hasta saber!

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/Academia Konoha/Segundo "C"/Periodo libre/

Al día siguiente, Naruto mandó a llamar a Hiro con un de los compañeros de curso. Tan sólo debía salir a los pasillos para cruzar unas pocas palabras, pero él no podía hacerlo por sí mismo. Hiro decidió encararlo, siempre que ello no afectase su identidad oculta; lo noquearía si la ocasión lo meritaba. Al salir del salón lo vio junto a las escaleras.

— Sin rodeos. —dijo con seriedad mirándolo fijamente— ¿Eres, o no, un hombre?

— ¿De qué estas hablando? —la seguridad con la que dijo aquello le dio un brinco interno.

— ¡No eres hombre! —exclamó en los pasillos vacíos con un tono mezclado entre alegría y enfado.

— Me agradas, Naruto-kun, pero yo no soy así. —volteó para regresar al salón y repasar una lección que tenían a la hora siguiente— A mí me gustan las chicas. —respondió con ese tono... ¡Ahora no solo le parecía suave, sino también, dulce!

¡No lo soportaba más, de veras!

Cada segundo que su cerebro pasaba sin una tarea productiva, lo sumergía sólo en una cosa... más bien persona.¡Y no era una mujer! Estaba harto de no saber qué era esa sensación extraña que lo invadía cuando lo tenía cerca. La decisión de hacer todo lo que sea necesario, para apartar esa duda de la cabeza de una vez por todas, lo llevaba en mente desde hace unos días. ¡Lo que fuera con tal de olvidar su rostro! Su cerebro se apagó. Algo en su interior tomó posesión de su cuerpo y mente. Lo que estaba a punto de hacer no era típico en él. Quizá necesitaba ayuda de su lado oscuro; una parte en Naruto que afloraba cuando quería saber la verdad a como de lugar.

Sasuke apareció en el final del pasillo, quería preguntarle algo a Hiro y había pedido permiso al baño pues conocía que su clase tenía hora libre.

Naruto se apartó de la pared para sujetarlo del hombro. Lo dio vuelta sin mucho esfuerzo —su cuerpo pequeño era ligero— para tenerlo frente a frente. Hiro quedó sorprendido al ser tomado con la guardia completamente baja; se lamentaría de ello. Naruto llevó ambas manos a sus mejillas con rapidez y aproximó su cara a la de él... Cerró los ojos, Hiro no pudo. Con esa prueba bastaría para saber que era un hombre y que Hiro también lo era. ¡Entre hombres no debe haber ese tipo de sentimientos! ¡Él no sentía nada por un chico!

Qué demonios...

La sangre hirvió de un segundo a otro cuando observó los labios de Naruto en los de Hiro. Una indescriptible sensación de ira lo embargó como agua fría. Esa típica serenidad desapareció. Llegó hasta ellos con una rapidez increíble. Tomó a Naruto por el cuello de la camisa, lo apartó con violencia y le dio un brutal golpe en la mejilla.

— ¿Qué mierda crees que haces? —preguntó cuando lo tumbó.

Ambos llevaron sus pupilas a Hiro, estaba con las mejillas coloradas y sus pupilas saltaban del rostro de Naruto al de Sasuke con turbulencia.

— ¡Discúlpate! —manifestó Sasuke al notar lo perdido que se hallaba por lo sucedido. Hiro había quedado mudo por el shock.

El brillo en su mirada traviesa y enérgica reapareció. La imagen fugaz de lo que le hizo apareció como un gigantesca valla publicitaria en su mente. Su rostro encendió en un rojo escarlata y desprendía vapor como una olla a presión. Se levantó del suelo y desapareció dejando una estela de humo tras de sí. Sasuke suspiró con pesadez y llevó su mirada molesta a Hiro.

— ¿Por qué dejaste que eso pasara? —reprochó con malhumor.

Presenciar aquello le trajo amargos recuerdo de cuando Sakura hizo algo similar aquella vez en el parque. Esa petición de Hiro para que tuviera una cita con ella y, muy cínica, lo besó de imprevisto. No comprendía por qué sentía amargura de que eso mismo le pasara a Hiro. Su mejor amigo besó a su protegido. ¡El sólo pensarlo hacía hervir su sangre! El pobre Hiro estaba tan desolado por lo sucedido que las palabras de Sasuke eran ruido sordo en su cabeza.

Dulce GuardaespaldasWhere stories live. Discover now