¡Órdenes son órdenes!

369 58 1
                                    

/Distrito Tamana/Academia Konoha/Receso/

— ¿Para qué tengo que venir? —Sakura era escoltada por Naruto e Ine hacia la parte trasera del colegio donde la seguridad docente no existía, ya que el lugar donde estaban era el depósito de basura de la cafetería.

— Obedece y punto, novata. —Ine la tomó del brazo y la sacudió con rudeza para moviera esas malditas piernas de niña rica y mimada. — ¿O qué? Tienes miedo cuando tu juguete no está cerca, ¿cierto?

— Basta, Ine. —manifestó aburrido Naruto— La pelea no es con ella. —Suspiró pensado y agobiado por tener que estar presente en esa tonta pelea de gatas que Ine inicaba cuando Sakura estaba cerca.

Llegaron detrás de unos contenedores grandes casi vacíos. Gritos y forcejeos llegaron a sus oídos cuando llegó al punto marcado. La escena era tan clara una vez presente que hacerse la tonta no serviría da nada: un muchacho de primer año estaba aterrado en el suelo por las amenazantes miradas de otros miembros de la banda; uno de ellos sujetaba un bate de acero.

Todos los posibles escenario en su cabeza no terminaban bien... ¡nada bien!

— Toma. —Naruto extendió el bate con una postura firme y mirada fría; casi igual que Sasuke.

— ¿Qué hizo para merecer esto? —comentó intentando ocultar el temblor de sus manos.

— Uno de los nuestros fue atropellado por culpa suya. ¡Merece una paliza, de veras!

— ¡NO! —bramó el muchacho asustado. Uno de los lacayos lo pateó en el rostro, Sakura saltó por la crudeza, pero no fue tan malo pues el chico se arrodilló para rogar una vez más. — ¡Fue un accidente! —gritó mirando a Sakura. Ella estaba angustiada y, como un flash, la imagen de Hiro apareció en su mente.

El joven de primero sujetó su zapato de imprevisto, su cabello blanco estaba lleno de basura y polvo. Una vez más volvió a implorar con esos ojos de tono hielo. — ¡Y-yo! ¡Yo me asusté de una tonta sombra y-y lo empujé pensando que me haría daño! ¡Llegó un auto de la nada! ¡No fue mi culpa! ¡JURO QUE NO FUE A PROPÓSITO!

— ¡CÁLLATE! —Ine se acercó y le pisó las manos, luego lo pateó en el estómago. Caminó hacia Naruto y le arranchó el bate para pasárselo a la inútil de mala gana; Sakura lo sostuvo de forma automática. — Lo golpearás hasta que demos la orden de parar.

— ¡Qué! —miró a Ine directo a los ojos y soltó el arma— ¡No! ¡No lo lastimaré!

— No tienes opción, frentona. —escupió con total rabia en sus verdosos ojos.

Ine se encontraba más que irritada, o enojada. ¡Frustrada! ¡Llena de ira! Saber que esa y su mascota ingresarían a la Familia era molesto, pero saber que el puesto de Hiro era igual, ¡o superior!, a ella sería un problema. Así que no permitiría insolencias por parte de la frentona, porque era una subordinada... ¡su subordinada! Y la trataría como le plazca.

Por otro lado, Naruto se mantenía al margen. Le importaba poco las peleas felinas entre ambas. Los tres habían iniciado el grupo, pero cada quien trataba a sus inferiores sin intervención de los otros, siempre que no se lastimaran sin una acción grave de por medio. Además, meterse en los asuntos de Ine, aseguraba problemas con Sasuke y no quería ser castigado por errores ajenos.

— ¡Ya dije que no! ¡No lastimaré a nadie!

Ine apretó los puños y arrugó la frente con notoriedad. Empujó con fuerza a la frentona, pero Sakura no cayó pues el muro del colegio le sirvió de apoyo. — ¡Soy tu superior y debes obedecerme!

Sakura arrugó la frente y también apretó las manos para que el temor se transformara en valentía. Hiro no estaba allí y debía valerse por sí misma. — ¡No lo haré!

Dulce GuardaespaldasOnde as histórias ganham vida. Descobre agora