La rana y el estanque

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/Residencia Haruno/Jardín/Noche/

El movimiento de un anfibio en la fuente, creada para ornamentación, atrajo la mirada de ambos. La brisa movía las ramas de los árboles y formaba ondas en el agua. El sonido de las cigarras y grillos era suave. El sapo dio otro brinco y se posó en una roca dentro del estanque.

— Yo la traje. —dijo Kakashi acercándose el estanque, Hiro hizo igual. —Está allí para que la fuente se mantenga libre de mosquitos. La he visto crecer. —Kakashi quitó la vista del anfibio para mirar a Hiro a los ojos. — ¿Qué crees que pasará si la rana se va del estanque? —Hiro miró a su maestro en silencio.

Kakashi, su instructor, su tutor, el hombre que lo recogió de la calle y le dio una identidad nueva; ese hombre de mirada simple y rostro cubierto hasta la nariz. A pesar de tanto tiempo junto a él, para adiestramiento en combate cuerpo a cuerpo y arma, nunca había tenido una plática seria o, una simple plática siquiera. No lo conocía, pero si Iruka tenía confianza en él... ¿por qué se sentía tan extraño a su lado en ese momento?

Su maestro entró al estanque, el agua no sobrepasó la rodilla, para acercarse al sapo y tomarlo con un rápido movimiento antes de que se alejara. Miró al animal y luego a su maestro. —Sí... —expresó con un suspiro—A crecido tanto... —Miró a Hiro aún con la rana en la mano. —Y como ha crecido, empezó a alejarse del estanque. Empezó a deambular por los rosales y los arbustos. Empezó a expandir su mundo... o lo que creyó, era su mundo.

Kakashi dio un vistazo rápido al anfibio en su mano y Hiro apartó los ojos de su maestro para enfocarse en el animal; se encontraba panza arriba con las extremidades abiertas intentando escapar sin mucho esfuerzo.

— ¿Qué debería hacer con él ahora que no está pendiente sólo del estanque? —con el énfasis en aquellas palabras, supo que la historia se trataba de... Hiro era la rana.

Con sus ojos fijos en el anfibio, contempló cómo la mano de Kakashi empezaba a ejercer presión en el animal. Más y más presión. La rana movía sus piernas con desesperación. ¡Cada vez más presión! Hasta que... ¡SKUACH! Las vísceras y sangre gotearon por la mano de Kakashi, mezclándose con el agua y disolviéndose por el movimiento de la brisa. La rana ya no se movía.

Hiro no pudo evitar abrir los ojos ante tal acto. Sentía su cuerpo temblar levemente en su interior, pues su máscara de inexpresividad estaba automáticamente activa.

Kakashi lanzó al animal entre los arbustos y se limpió la suciedad en el agua, ligeramente turbia por el movimiento de sus pisadas al ingresar.

— Si la rana termina así, lo único que debo hacer es buscar un reemplazo. —salió de la fuente mientras secaba sus manos en el abrigo; se paró delante de Hiro. —Disculpa. —colocó una mano en su hombro— No quería ser tan brusco, pero es la única forma de que entiendas tu lugar.

Bajó la cabeza por un instante. La imagen del anfibio muerto apareció como un flash.

— Empaca tu ropa y ve al dojo; Gai te estará esperando dentro. Allí te daré una nueva orden. —apartó la mano. Hiro dio media vuelta sin dudar; el tono de su voz era desanimado, pero lograba distinguir la amenaza si no lo hacía de inmediato.

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Mientras caminaba por las escaleras, el rostro de Sasuke llegó como otro flash. —(Sí... Eso debe ser.) —pensó; aquella advertencia tenía que ver en gran medida con él. No quería que nadie saliera lastimado. No quería que se desquitaran con alguien más. Si era error suyo, entonces el castigo lo tomaría sin temor.

Abrió la puerta de su alcoba y sacó la maleta de abajo de la cama. —(Será mejor así... Regresar a ser el de antes.)

/Residencia Haruno/Entrada/Una hora después/

Dulce GuardaespaldasWhere stories live. Discover now