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/Distrito Tamana/callejones/lunes/07h38/

Un largo fin de semana y, como todo buen lunes, la pereza acompañaba cada paso rumbo al instituto. El rubio bosteza largo y sonoro mientras cruzaba por las calles para la entrada principal— ¿Eh? —unos gritos de defensa, amenazas y golpes llegaron a sus oídos cuando le pareció reconocer la voz de la víctima.

— ¡Suéltenme, idiotas! —Naruto se acercó con sigilo a la esquina y observó a un trío de bravucones, con facha de maleantes, arrinconando al pobre de Toneri.

— ¡Todo el dinero y tu cara de niña seguirá igual!

— ¡Niña, tu madre! —un silencio ligero y luego las carcajadas, que no se hicieron esperar— ¡No se rían! —la rabia llegó a su frente, formando venas marcadas a gran tamaño— ¡Ya verán! —Naruto no podía creer que conociera a un perdedor como él. Dio media vuelta para continuar su camino a clases— ¡Le diré a mi senpai y les dará una paliza! —sus pasos se detuvieron y apretó los puños junto a su mandíbula.

Toneri pensaba involucrar a Hiro en una pelea. Ese pelo cano no tenía ni idea que si esos animales salvajes luchaban con Hiro, podrían lastimarla... porque... Hiro era una chica.

¡-! —de la nada, el rubio aparece y golpea en la cara al sujeto que tenía aprisionado a Toneri. Toma de la camisa al mocoso y empezó a correr— ¡¿Naruto-senpai?!

— ¡Corre-dattebayo! ¡CORRE!

Ya a salvo en la entrada del colegio, y respirando con dificultad; sudando un poco por el esfuerzo. Toneri frunce las cejas— ¿Por qué no... los golpeaste a... a todos? —el ojiazul lo miró cabreado y decidió dejarlo solo, pues el peligro había pasado— ¡Para la próxima, le diré a Hiro-senpai que me ayude con esos tipos!

— ¡OLVÍDALO! —tan rápido que no tuvo tiempo a reaccionar y el peliblanco tenía el cuello de la camisa sujeto con rabia, frente a él la cara de Naruto— ¡Ni se te ocurra decirle, o pedirle, que haga algo así! ¡¿Entendiste-ttebayo?! —la amenaza en su mirada heló sus huesos— ¡Si le dices algo, te daré la paliza de la cual te salvaste aquella vez! —lo suelta con desprecio y se dirige al salón como si todo eso no hubiera pasado.

/Instituto Konoha/Tercero "C"/07h53/

— Ine-san —una muchacha se acerca a la morena y le susurra al oído una noticia, de la cual fue testigo el fin de semana. Obvio que para la Yamanaka eso no fue nada grato de escuchar y apretó la mandíbula.

Dejó el salón rápido para encontrarse con alguien en particular.

/Instituto Konoha/Entrada principal/08h02/

Sakura observa a Sasuke aparcar en la entrada y le ordena al chofer que se estacione rápido; quería verle.

Hiro, a punto de abrir la puerta, es detenido por la mano de la pelirrosa en su hombro— Podrías esperar... sólo unos minutos, Hiro-kun. —asintió y ella le agradeció con una sonrisa un tanto culpable, porque lo hacía a sabiendas que si ella se acercaba con Hiro, sería ignorada por completo.

Sabía que esa orden era para evitar que el moreno sólo le hablara a él. Tenía razón. Sakura debía acercarse a Sasuke y su deber era juntarles, hacerlos pareja. Que tengan privacidad para platicar era lo mejor.

— ¡¿Cómo te atreves, Sasuke?! —le recrimina al moreno, cuando este empezaba el trayecto a su salón— ¡Cómo pudiste tener una cita con esa estúpida niña rica!

— Basta, Ine. —metió las manos a sus bolsillos y prosiguió.

— ¡Basta nada! —eleva los brazos para cortar camino— ¡¿Acaso ya olvidaste a Ino?! ¡¿La estás reemplazando por esa tarada?!

Dulce GuardaespaldasWhere stories live. Discover now