Los problemas crecen por el rencor

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/Distrito Koshi/Cafetería/Mañana/

Abrió la puerta y echó un vistazo rápido: en la esquina más lejana encontró a su hermano y no dudó en ir hacia él; después de todo habían quedado de reunirse ese día. — ¡Que Jashín-sama te bendiga!

— Déjate de pendejadas. —respondió el adulto en la mesa con el rostro molesto— Mejor cuéntame como va el plan.

— Torturo a la hija de esos idiotas y creen en mí sin dudarlo; la bendición de Jashin-sama es lo más sagrado y poderoso.

— Si, claro. —respondió de mala gana al escuchar a su hermano menor hablar de esas estupideces religiosas— No vayas a cometer ningún error, Hidan.

— ¿Por quién me tomas, Kakuzu? —respondió arrugando la frente y entrecerrando los ojos, tenía en su mirada un aspecto psicópata— Destrozo a la estúpida de Ine y la familia entera se irá al demonio.

— Bien. —respondió el hombre después de darle un sorbo a su café— Date prisa y le sacaremos todo el dinero que tengan los infelices.

/Distrito Tamana/Ciudad/Oficinas/

Kakashi tomó asiento después de que Iruka lo mandó a llamar. — Madara ya hizo su movimiento. —Expresó levantándose de su escritorio y mirando por el vitral trasero donde la ciudad podía contemplarse desde el punto más alto de aquel edificio. — Ahora sólo es cuestión de tiempo para que fije como objetivo a Hiro. Estoy seguro que en algún evento nos hemos de encontrar. —Kakashi asintió e Iruka volteó para mirarlo— Asegúrate de que el muchacho esté alerta y aprenda cada detalle.

— Como digas, Iruka. —el tono serio de su voz aplacó levemente cuando regresó a su silla.

— Por cierto. Escuché de mi sobrina que un muchacho, mayor que ellos, les ayudó.

— Hiro me comentó lo mismo. —respondió Kakashi con la mirada fija en su jefe y amigo— Me comunicó que tanto la señorita Sakura como él no lo conocen y ya revisé entre mis hombres; no es parte de nuestro cuerpo de guardaespaldas ni de nuestros informantes. —Iruka bajó la mirada, pensativo.

— Sea quien sea, le agradezco desde la distancia. —acotó aliviado— Pero recuerda, Kakashi, todo se debe manejar con la mayor discreción. —Iruka levantó una ceja y supo que se refería al asunto de Sakura y Hiro... Especialmente Hiro. — Nada debe salirse del plan.

— Como ordenes, Iruka.

/Distrito Tamana/Ciudad/Casino/Oficinas/

Sasori entró después de que lo enviaran a llamar. — Ah, Sasori. Justo a tiempo. —el pelirrojo asintió por respeto, pero su mirada inexpresiva era imposible de modificar— Es tiempo de que sepas que mi ahijado llegará a Japón. Tú ya debes de haber oído de él por parte de otros miembros de la familia.

— Prefiero que usted me de la información de primera mano para no tener inconvenientes con rumores estúpidos del personal. —Madara dejó escapar una risilla al escuchar su trato hacia el resto; no había cambiado y parecía que no iba a cambiar jamás, lo que lo hacía la mano derecha perfecta.

— Verás muchacho, él es el hijo menor de mi jefe. —la mirada de Sasori, aún inexpresiva, denotó un poco de asombro al corroborar que su jefe tenía alguien a quien rendir cuentas; aspecto que Madara no dejó pasar inadvertido— Imposible de creer, pero sí. Tengo alguien a quien darle cuentas y esa persona tiene unos cuantos herederos, pero de todos, el último es quien más a llamado su atención. De hecho, entre tú y yo, es muy probable que el joven del que te hablo se vuelva el líder de la familia.

— Entonces era cierto que habría nuevo líder. — Madara sonrió y sacó una foto del cajón superior para dársela a Sasori.

— Todo dependerá de qué ten bien se le dé el entrenamiento que viene a recibir. —Sasori observó al muchacho y sin mostrar asombro vio que era incluso más joven que él; no pasaba de los 18— Te envié a llamar porque arribará en unos días y quiero que le asignes como sirviente a Sakon; he escuchado que es el mejor hombre que tienes.

Dulce GuardaespaldasWhere stories live. Discover now