Sospechas de quien menos lo esperas

325 55 2
                                    

/Distrito Tamana/Parque/Amanecer/

Ese calor... Tan familiar... ¿Un dejavú?

Unos brazos rodeaban su espalda y sus manos tocaban el pecho de alguien. Al abrir los ojos, poco a poco, por los pequeños rayos de sol que se colaban entre las ramas y hojas de los árboles, se topó con alguien. Sus párpados abiertos hasta donde más podían, su corazón dio un fuerte ¡BA-DUM! y continuó latiendo con esa constancia y rapidez; comparado con un tren sin frenos.

Sasuke lo tenía rodeado con firmeza, como si no quisiera volver a perderle.

No estaba bien. ¡Nada bien! ¡Qué grave error! Esa cercanía ponía en riesgo su identidad. ¡Aléjate, ahora! Pero esa vocecilla fue aplacada poco a poco por la suya. Quería estar con él. Cerca, a su lado. El pecho subía y bajaba lentamente. Sus latidos se sincronizaron con la respiración. No podía contemplar su rostro desde esa postura, pero quería... Quería ver su cara al dormir. ¿Por qué quería? Movió su cabeza con cuidado hacia atrás, apartando el torso del cuerpo masculino y cálido; sin despertarlo.

Un movimiento lento entre sus brazos lo despertó, pero no abrió los ojos. Sabía que era Hiro y no tenía vergüenza de tenerlo envuelto entre sus brazos. Para él era normal... ¿no? Itachi lo cubría del frío abrazándolo de la misma forma cuando eran pequeños. Si su hermano lo hizo, él tampoco tendría problemas con ello. Sin embargo, no podía pasar desapercibida sus contextura. Eran tan delgado y fino... ¿Por qué no quería soltarlo?

Sin pensar la postura que debía tener el cuerpo de Hiro —quien aún se movía suavemente para apartarse—, bajó la cabeza para verlo. ¿Por qué quería verlo? Verlo dormir... ¿Itachi alguna vez hizo lo mismo?

¡...!

Sus labios se toparon por coincidencia. Los tomó por sorpresa, dejándolos atónitos y con los ojos muy abiertos. Ese estado, entre ambos, duró menos de un segundo. Pero la suavidad... Hiro cerró los ojos de golpe y lo empujó sin brusquedad. Toda su cara ardía y desprendía un matiz rojo escarlata que le hacía competencia a la luz solar.

— ¡L-lo s-siento! —tartamudeó mientras se ponía de pie con algo de torpeza. Palabras entrecortadas... ¿Por qué se expresaba así? ¡Calma! Necesitaba calmarse.— ¡P-permiso!

Observó cómo se alejaba de él a prisa y se sentía raro.

Sus dedos tocaron los labios con delicadeza. Bajó la mirada. Sus pupilas no se enfocaban en nada y no comprendía por qué sus latidos estaba así de descontrolados. Cuando Sakura lo besó aquella vez en el parque de diversiones, podría decir que le había robado su primer beso pero... pero... La sensación que experimentaba ahora era completamente diferente. Hiro era un chico, pero no quería golpearlo. Tampoco estaba lleno de rabia... no. Dentro de su pecho, el calor que desprendía le daba regocijo.

Qué... Qué mierda estoy pensando. —suspiró y sacudió su cabeza con fuerza para quitar esos estúpidos pensamientos.

/Parque/Baños públicos/

Mojó su rostro varias veces. El grifo seguía abierto. Apoyó las manos a cada lado del lavabo... ¿Por qué se detuvo a pensar a cuál entrar? Le tomó un par de minutos ingresar a la sección masculina. ¡Era un chico! ¿Por qué dudó?Volvió a mojar su rostro. Sus pupilas se reflejaban de forma vívida en el espejo. Cerró los párpados un momento, y respiró profundo hasta normalizar sus latidos.

Está mal. —abrió los ojos— eres Hatake, Hiro Hatake. —se decía a sí mismo sin tener a nadie cerca como para escucharlo— Para lo único que existo es para proteger a Sakura-san y sólo puedo hacerlo si soy Hiro. —no pestañeaba mientras se regañaba a sí mismo— No puedes volver a mostrarte así delante de nadie. En especial... En especial... —mojó su cara una vez más y su mirada volvió a ser indiferente, serena... inexpresiva.

Dulce GuardaespaldasKde žijí příběhy. Začni objevovat