Un lugar lleno de recuerdos

Start from the beginning
                                    

Sabía que después de lo que hizo, Hiro no querría verlo pero... ¿Por cuanto tiempo?

/Distrito Kikuchi/Orfanato/Tarde/

Los pequeños estaban sentados a cada lado de Sasuke, Toneri miraba el paisaje por la ventana con una expresión tonta y alegre —invitado por Sakura, aunque ellos no tenían una amistad tan cercana pero Toneri era extrovertido y amable así que no se sentiría sola— y, claro, Sakura que estaba asediada por la mirada molesta del pequeño Yahiko desde que éste se enteró que Hiro no iría a dejarlos a ese lugar llamado orfanato.

El vehículo de la Familia Uchiha se detuvo en la entrada llena de flores y unas letras grandes, gordas, de colores vistosos expresaban: "Orfanato de la Voluntad de Fuego". La casa era de dos pisos y parecía ser extensa hacia la parte trasera. Yahiko y Nagato tenían su boca abierta por la impresión y magnificencia del lugar.

— ¡Mira, Nagato! —exclamó con una sonrisa— ¡Tiene su propio parque!

Sasuke los miró de perfil con cariño, caminó por el exterior con Nagato de la mano. Sakura y Toneri cruzaron las puertas principales

— ¿Sakura-san? —expresó una voz conocida al ingresar en recepción.

— ¿Tenten-san? —ambas se abrazaron— ¿Qué haces aquí?

— ¡Iba a decirte lo mismo! —respondió con una sonrisa— Soy voluntaria... De hecho, ahora íbamos a bañar a los más pequeños. ¡Ven! —miró a Toneri con una sonrisa sin saber quien era— ¡Los dos! —tomó a Sakura de la mano y la llevó hacia los cuartos de baño; él las siguió.

.

Mientras tanto, Sasuke y Yahiko no cruzaban miradas, ni si quiera lo dejaba tocar su cabello. Estaba molesto con él por no haber llevado a Hiro.

— ¡No me toques! —expresó cuando Sasuke intentó sujetarlo del hombro para llevarlos al interior.

— Compórtate.

— ¡No! —infló los cachetes y se cruzó de brazos con una marcada arruga entre ceja y ceja. Sasuke suspiró. Nagato llevaba sus ojitos de su hermano mayor a su otro hermano mayor sin saber qué hacer para reconciliarlos.

— Los hombres somos tolerantes. —manifestó después de unos minutos— Hoy Hiro no fue a clases, pero cuando lo vea, lo traeré. A la fuerza si hace falta.

— ¿Lo prometes? —la arruga de su frente desapareció, a cambio elevó una ceja. Sasuke asintió. — Bien... —respondió no muy confiado, pero fue suficiente para que Sasuke pudiera tomarlo de la mano.

Regresaron a la entrada principal y caminó con familiaridad por los pasillos. Llegaron a la oficina de la Cuidadora en Jefe. Ambos pequeños se ocultaron tras sus piernas, pero la mujer sonrió con cariño. Sasuke se acuclilló frente a ellos.

— Ella es una buena persona, como Hiro, ¿entienden? —ambos movieron sus cabecitas con cuidado— Ella les va a decir cuál es su cama y estarán aquí hasta que llegue una pareja para adoptarlos.

— ¿No puedes... hacerlo tú, nii-san? —preguntó con una vocecita dulce e infantil el pequeño Nagato.

— Soy menor de edad. —pasó la mano por su cabellera con lentitud— Estarán seguros aquí. —Se levantó y colocó su mano detrás de casa espalda para que se acercaran a la mujer robusta que los miraba con cariño. Los tres cruzaron unas cuantas palabras y ahora los niños sonreían abiertamente.

Dieron media vuelta y se despidieron con una sonrisa, Sasuke sonrió de forma corta con melancolía y salió de la oficina para que los niños platicaran un poco más con la mujer. Recuerdos en cada esquina aparecieron en su cabeza.

Dulce GuardaespaldasWhere stories live. Discover now