Un par de niños en la calle

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— Si vuelves a levantarte, me darás un motivo para quebrarte las costilla. Por favor, no lo hagas. —su actitud sincera y cordial es más escabrosa que la sugerencia anterior. El sujeto permanece en el sitio, estático, hasta que los tres son un recuerdo doloroso en su estómago y rostro.

/Distrito Tamana/Parque/15h00/

Los pequeños devoran unos sánduches que les compró en un carrito cercano. Ambos están harapientos, pero la sonrisa en sus rostro mientras comen también le llena de felicidad y a su mente llegan recuerdos de su tiempo con Neji. — (¿Estarías orgulloso de mí luego de este cambio?) —piensa al ver a sus pequeños reflejos.

— Extraño. —manifiesta Yahiko mientras termina su gaseosa, Hiro lo mira. — Puedo conseguir 300 yenes cada día. Te lo daré todo con tal de que le des tres comidas al día a Nagato. —Hiro abre los párpados ligeramente— ¡Puedo conseguir hasta 500 si trabajo de sol a sol! —expresa más entusiasta y determinado.

— Yo, lo siento, pero... —cortó sus palabras al ver la decepción en su mirada joven. Entonces recuerda a alguien que, quizá, pueda ayudarlos.

/Distrito Tamana/Colegio Konoha/

— ¡Sasuke-kun! —esa voz altera sus sentidos de una extraña y particular forma. Inquieto ante su paradero, se quita el casco y voltea rápido antes de que sea una simple alucinación. No, no lo era. Frente a él estaba el pequeño Hiro, respirando agitado, con un vendaje en su cabeza, raspones y moretones en sus brazos y esa mirada que lo hace sentir relajado. Desciende de la moto. Se acerca y lo toma del hombro con una mirada asesina no para de contemplar sus heridas.

— ¿Quien fue el maldito bastardo que te hizo esto? —expresa fríamente.

— Esto no... no es nada, Sasuke-kun. Pero necesito tu ayuda para algo más. —y sin palabra o insistencia alguna, toma el casco y se lo pasa; indicando con su mirada que suba a la moto y le indique el lugar.

Con su rostro oculto tras el casco, no puede evitar sonreír— (Fue buena idea acudir a él.)

/Distrito Tamana/Parque/

Caminan a la zona de juegos y con su dedo señala a un par de niños en la resbaladera. El pelirrojo al ver a Hiro, corre en su dirección y lo abraza con fuerza, mientras el otro se acerca tranquilo y mira al moreno con la frente arrugada. Sasuke permanece confundido, de pie, observando la extraña escena.

— Extraño, ¿quien es él? —Hiro revuelve los cabellos del niño y éste se aparta un poco con algo de vergüenza.

— ¿Qué sucede aquí, Hiro?

— Verás, Sasuke-kun... —Nagato se coloca detrás de la pierna del peliazul. — Yo... yo quiero que me ayudes a conseguirles un hogar.

— ¿Hablas de adopción?

— Sí. Es que... —desvía la mirada y junta sus labios, como si algo no quisiera decirle. — ¿Los ayudarás?

Pensó en preguntar aquello que omitió, pero no lo hizo... algo le impidió en su pecho el expresar sus pensamientos y se acercó al gruñón de cabello anaranjado para revolver sus cabellos como lo había hecho el peliazul, pero el chiquillo lo apartó con molestia y se acercó a Hiro, sin llegar a ponerse detrás de el bajito.

— Síganme. —expresa de una manera fría para los niños, pero Hiro nota una ligera calidez.

— Extraño... —antes de avanzar en la dirección del pelinegro, Yahiko toma la camiseta del chico y tira de ella— ¿Quién es él? —Hiro se acuclilla y sonríe sin que Sasuke lo perciba.

¿Confían en mí? —el pelirrojo, que también escucha los susurros asiente junto a su hermano— Bien, porque yo confío en él. Así que no deben temer.

/Ciudad/

— ¡Yo... yo voy a comprarles ropa! —expresa un poco alterado al notar el letrero que indicaba baños para hombres.

Hiro desaparece entre la multitud antes de que los demás puedan evitarlo. Yahiko y Nagato se quedan en la entrada, observando al alto moreno, que rasca su nuca con una mueca de incomodidad. — A él no le gusta bañarse en estos lugares. Ni siquiera usa las duchas del instituto. Andando. —y con un tono dubitativo en sus ojos, los niños igual lo siguen.

Una vez fuera del lugar, ya vestidos por la ropa que compró Hiro. Nagato corre y abraza al peliazul para sujetar su mano. Yahiko permanece junto a Sasuke y lo toma por la camiseta; ignora el echo de que ya no le teme o le moleste su actitud y regresan al parque, donde los pequeños empiezan a jugar mientras ellos se sientan en un banca.

— Somos buenos para cuidar niños. —manifiesta el moreno y Hiro asiente. — Hasta parecen nuestros.

El ardor en sus mejillas lo obliga a voltear su rostro al lado opuesto luego de escuchar "nuestros" de los labios de Sasuke.

— ¿Te sietes mal? —dice algo preocupado. Después de todo, habían caminado desde hace un buen rato y el peliazul estaba lastimado.

— N... No. No es nada. —aclara la garganta y respira profundo un par de veces para desaparecer su actitud femenina. Los niños se acercan al par de muchachos y el niño de cabellos naranja pregunta con algo de vergüenza muy bien disimulada.

— ¿Nos pueden llevar al parque de diversiones?

— Yahiko-chan... —expresa Hiro con tristeza. — No se pu...

— De acuerdo. —el peliazul queda pasmado. — ¿Qué? Tengo dinero para hacerlo.

— Sí, pero...

— ¿Eres feliz? —interrumpe antes de que Hiro empiece a disculparse. — Responde.

— Pues... sí. —expresa con una corta sonrisa.

— Eso es suficiente para mí. —Sasuke se levanta y lo toma del brazo para que también lo hiciera. Tan delgado y con el vendaje se nota frágil. —(Es sorprendente que sea tan fuerte.)— piensa mientras toma en sus brazos a Nagato para continuar el trayecto.

/Parada de autobuses/20h37/

— ¡No nos dejes, Hiro-niisan! —expresa aferrado a su pierna el pequeño Yahiko. Nagato dormía exhausto en la espalda de Sasuke.

— Perdona, Yahiko-chan, pero donde yo vivo no permiten que lleve niños.

— ¡Nii-san! —expresa aún agarrado de su pierna y por un instante regresan aquellos dolorosos recuerdos del callejón, hace ya varios años. Traga a la fuerza ese gordo nudo en su garganta y se acuclilla para abrazar al pequeño.

— Sé bueno con Sasuke-kun, ¿sí? Estarás bien en sus manos. Nosotros nos veremos mañana. Te lo prometo.

— ¡¿De verdad?! —exclama con la frente arrugada y los ojos llorosos.

— Sí. —y le vuelve a sonreír, revuelve sus alborotados cabellos. El niño se aparta y restriega sus ojos para caminar en dirección al Uchiha, que estaba de pie junto a un taxi. Había olvidado su moto e el parque y poco le importaba saber si la habían hurtado después de pasar un momento an ameno y agradable junto a esos niños y su querido protegido en el parque.

— Gracias, Sasuke-kun. —murmura con sus labios, acentuando las palabras mientras subía al bus. Las palabras quedaron cortas al notar una sonrisa en su rostro por la ayuda que le brinda por los pequeños. ¡BA-DUM!

Permaneció estático, observando como se alejaba el transporte con Hiro dentro.

*Canguro: Bolsa de tela con cierre delantero que se ata a al cintura.

Besos y abrazos en papel... :3

Dulce GuardaespaldasTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang