Mal inicio en segundo preparatoria

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Mañana iniciaban Segundo Año de colegio.

Dejó el complejo cargando una bolsa donde guardaba sus objetos y ropa de entrenamiento. Tomó camino hacia la parada de bus. Contempló cuatro jóvenes de su edad con aspecto de pocos amigos en una esquina, charlando a voz alta y fumando. Un análisis rápido le indicó que lo mejor era cruzar la calle para evitar altercados... No resultó.

— ¡Oye tú, niño bonito! —exclamó uno de ellos— ¿Acaso nos temes? —sonrió con malicia. Hiro ignoró su comentario, mantuvo el paso rítmico y pasó recto; después de todo era el camino más corto. Ni si quiera los miró.

— ¡Oe, maldito. No te creas tanto, o te la verás con nosotros! —otro miembro del grupo llevó su mano al bolsillo trasero. Sin dejar de caminar, sus sentidos le indicaban que el ataque sería con un arma corto-punzante pequeña que fácilmente podría evitar, pero no haría movimientos apresurados; todo dependería de la reacción estúpida de ese joven.

— ¡Cálmense, inútiles! —regañó un muchacho apoyado en la moto estacionada cerca al grupo— Esta zona está cerca de una oficina policial. No querrán meter la pata por un donadie. —expresó con desprecio.

Hiro divisó con aire sereno al dueño de aquellas palabras —no lo lastimaron en lo más mínimo—, quien devolvió la mirada con severidad; el jefe, obvio. Cubrió esa cabellera dorada con un casco, encendió la moto y antes de partir, con Hiro aún inspeccionándolo con tranquilidad, expresó arrogante: — Esta te la perdono, pero cuídate de la siguiente, de veras. —arrancó y Hiro prosiguió al paradero.

/Distrito Tamana/Instituto Konoha/Primer día de clase/08h00/

— Parece que este año estaremos lejos de nuevo, Hiro-kun. —mencionó molesta Sakura al ver que sus puestos eran distantes como el año anterior.

— El corte de cabello te hacer ver más joven, Sakura-san. —cambió de tema.

— Gracias, Hiro-kun... ¡pero eso ya me lo has dicho mil veces! —no era tan despistada como su guardaespaldas quería creer.

— Tomemos asiento antes de que el maestro nos, eh... ¿qué sucede, Sakura-san? —la pelirrosa lo examinó de pies a cabeza.

— Estaba pensando, Hiro-kun, la zuela de los zapatos te hacen ver alto, pero sin ellas... —midió sus estaturas con la mano.

— Sin ellas sería más bajo que us... —le dio un coscorrón antes de terminar.

— ¡Qué te dije sobre tratarme de usted!

Sobó su chichón mientras terminaba la oración — ...más bajo que tú. —Los zapatos para chicas tenían menos zuela que los de varones, así que Hiro y Sakura se veían de la misma estatura; a pesar de que esta última era dos centímetros más alta.

Faltaban pocos minutos antes de la hora para inicio de clases. Sakura tomó asiento, ladeó la cabeza al reconocer una cabellera delante de ella. — ¿Karin? —una muchacha de ojos rojos, utilizaba gafas marrones.

— ¿Sakura?

— ¡Karin! ¿Qué haces aquí? —sonrió con amabilidad.

— Los negocios de mi padre no andan del todo bien y decidió mermar gastos.

— A mi familia le sucedió lo mismo... —miró con tristeza a la pelirroja— La crisis lleva dos años.

— Sí. Escuché rumores en el Internado, pero me hubiera gustado otro lugar. —expresó preocupada.

— ¿Por qué lo dices?

— ¿Acaso no sabes? ¡Hay una pandilla en este instituto! —dijo angustiada.

— ¿Pandilla? —Sakura estaba levemente confundida— Pero si he estudiado aquí desde que dejé el internado y no ha sucedido nada malo.

— Lo escuché de un conocido que estudia aquí. Parece que los líderes del grupo "Tsuki no Hebi" se matricularon este año aquí. — Sakura escuchó anonadada; no habría por qué desconfiar de ella. — Parece que el jefe de la banda quiere este distrito y sus subordinados lo siguieron. —La campana sonó y Karin se acomodó en su puesto. — Escuché que el zorro demonio y la dama de negro están en este salón. —acotó con voz baja.

¿Zorro demonio? ¿Dama de negro? ¿"Tsuki no Hebi"? —repetía en susurros para sí misma.

— No lo entiendes aún, ¿verdad? —giró la cabeza, acomodó sus gafas con una una expresión seria advirtió— Ellos dan órdenes a todos y ¡debes obedecer! O sino...

La puerta del salón resonó de golpe e ingresó un muchacho de cabellera amarilla y ojos azules con la corbata floja y la camisa fuera del pantalón, detrás, una chica de mirada irritada, cabello negros corto y ojos aguamarina.

Sakura dio un vistazo a la pareja y la tensión de ambos la obligó a bajar la cabeza; las palabras de Karin comenzaron a retumbar en su mente una y otra vez "Ellos dan órdenes a todos y ¡debes obedecer! O sino..." Sumida en su mente, no se percató de la persona que tomó asiento a su derecha.

— Más vale no moverte de allí. —un tono varonil y algo rasposo la sacó del trance.

— ¿Disculpa? —comentó molesta por la actitud grosera; no dio importancia a lo que había escuchado. Jamás dejaría que delincuentes se matricularan allí, ¿verdad?

— ¡Lo que oíste!

— ¡Cómo te atreves a tratarme de esa manera! —expresó con el ceño fruncido.

— Cierra la boca, estúpida. —gritó la chica de cabellera negra — ¿Acaso quieres morir? —sujetó la banca de Sakura y la empujó. El sonido atrajo de su guardaespaldas.

Detrás de la bravucona apareció Hiro, sereno, y la empujó sobre la banca de Karin; quien se había apartado de la escena junto a los demás alumnos del salón. El chico rubio lanzó una patada por la izquierda y Hiro la bloqueó con ambos brazos, regresándola al suelo.

— ¿Te encuentras bien, Sakura-san? —la ayudó a ponerse de pie.

— ¡Oe, imbécil! No sabes en lo que te has metido, de veras. —la bravucona se levantó cabreada mientras arreglaba su uniforme, el rubio estaba igual de disgustado— Ni creas que las cosas se quedarán así de...

— Notas que te está ignorando, verdad, ¿Naruto? —interrumpió los alaridos del chico.

— ¡Maldita sea! —golpeó su pupitre con el puño cerrado — ¡No te metas, Ine! —apretó la mandíbula al pensar que ese mocoso era la segunda persona en ignorarlo de esa manera. Respiró para calmarse un poco. Escuchó como Sakura le contaba a su guardaespaldas lo sucedido y fijó sus azules ojos en el perfil de Hiro. — (Es bajito y de facciones delicadas. Su carácter tranquilo me recuerda al idiota.) —apretó sus puños una vez más. — (No) —se relajó y esbozó una sonrisa tonta con los ojos cerrados— (Creo que a él le sienta mejor. De hecho, se ve lindo...)

Quedó impactado al darse cuenta de lo que pensó. Sacudió la cabeza con fuerza y retomó la mirada cruel antes de acercarse a la pareja.

— Tú, yo, tejado... ¡Ahora! —Hiro y Naruto permanecieron uno frente al otro con el carácter opuesto. Mientras Ine clavó sus ojos en la pelirrosa inútil.

— (Ella... Su carácter cínico me recuerda a mi... a mi... ¡Carajo! ¡La odio!) —Sakura no dejó que la pelinegra la intimidara, pero el chico alto, atlético, de cabello amarillo podría causarle algo malo a su querido y único amigo... y todo por su culpa.

Besos y abrazos en papel... :3

Dulce GuardaespaldasWhere stories live. Discover now