Cap 60

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Abrí la puerta de la casa de Katy con la mutilada esperanza de encontrar la sala libre y despejada. Escaparme un día con Liam a Londres definitivamente traería repercusiones, unas largas, exaltadas y extenuantes repercusiones que todavía no estaba dispuesta a enfrentar.

Pero ¿por que la vida iba a darme la oportunidad de salir ilesa en alguna ocasión? Si podía deleitarse con machacar mi animo una vez más. Al parecer siempre era divertido para ella.

—¡Por Dios, Luce! —dijo Katy, corriendo hacia mí derribandome sobre el sofá con un fuerte abrazo.

Pronto, Dorian se acerco a examinarme desde arriba, mientras Katy palpaba mis brazos, mi cara y mis manos para comprobar que era un ser humano real y no un holograma que el gobierno federal hubiese enviado a suplantar mi lugar.

—¡Nos diste un susto de muerte! —se lamentó Katy sorbiendo por la nariz— ¿Estás bien?

—Sí Katy, tranquila, estoy bien.

—Que bien, es bueno saberlo ¡Ahora puedo gritarte en paz! —gritó de pronto, poniéndose de pie de inmediato y comenzando a caminar por la sala de un lado a otro— ¡¿Quieres decirme en que demonios estaba pensando, Lucinda Webber?! ¡¿Era muy difícil hacer una llamada?!

—¡Lo siento! No esperaba que eso pasara, sólo sucedió, no estaba planeado.

—¡¿Y que te parece la idea de llamar desde cualquier maldito lugar en el mundo a donde sea que hayas ido a esconderte?!

Las venas del cuello le saltaban mientras su cara se ponía roja de ira en cada grito que daba caminando en círculos por la sala. Dirían, por su parte se había limitado a observar, sentado desde el sofá con el mentón entre la mano izquierda cuyo codo reposaba sobre su rodilla. Así era Dirían, era el razonable. Era quien solía embonar las piezas un vez que Katy y yo terminábamos de arrojarlas al aire.

—¡Solo lo olvidé, rayos Katy, lo siento! ¿bien? Solo sucedió, estoy aquí.

—¡Si, estás aquí. Ahora estas aquí, sabes quien estaba cuando tu no? ¡La policía y tus amigos, dando toda la maldita información de una desaparición a un maldito policía que no dejaba de hurgarse las uñas en la maldita sala!

—Katy...

Pero Dorian no fue escuchado por ella.

—¡Mientras tu estabas en vete a saber dónde, nosotros nos sometíamos a horas de interrogatorios como en las estúpidas series fe televisión!

—Katy, basta...

—¡Por Dios! ¡Todos imaginábamos tu cuerpo desmembrado! ¡Creímos que Will te había encontrado!

—¡No eres mi madre! —exploté.

—¿Perdón?

—No eres mi madre, deja de comportarte como si lo fueras. Déjame respirar, si necesitas a alguien que te sirva de costal de pelea, ve a buscar a Joel como lo haces siempre por que yo no voy a soportar lo que el soporta.

Lo siguiente que escuché fue el ensordecedor sonido del silencio.

Dorian arqueó ambas cejas antes de negar con la cabeza y soltar u. Suspiro.

Sabía que había dado en un nervio sensible. Joel había tenido una pelea con Katy por algo similar. Traerlo a colación era un golpe bajo. La murada de incredulidad en Katy me lo hizo saber.

Sin esperar respuesta, tomé mi chaqueta y salí de la casa, caminando por la acera a paso decidido.

No tenía un destino, ni tenia un plan, ni tenia nada... Salvo una horrible sensación de ira y arrepentimiento.

Afortunado Desastre (LR #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora