Cap 53

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53. AMSTERDAM

Viajar en avión me hacia la misma ilusión que ser arroyada por un tren, pero Liam había desechado inmediatamente la idea de viajar en barco porque: a) llegaríamos muy tarde b) si me daba miedo viajar en avión, era porque definitivamente no había viajado en barco (según sus propias palabras) y c) Liam odiaba los cruceros mas que nada e el mundo... Además de su lentitud, le hacían sentir terriblemente atrapado y con mis trastornos casi-superados de ansiedad, lo más probable es que intentaría tirarme por proa después de la primera hora.

Así que no quedó mas opción: teníamos que viajar en avión para llegar a Amsterdam.

¿Por qué Amsterdam? ¿Por qué no Chiapas, o Toluca, o Argentina? ¿Qué tenia Europa que no tuviera América?

—¿Estás lista? —preguntó Liam mientras caminábamos hacia las escaleras del avión.

—No. Pero lo estaría si hubieras accedido a noquearme en el avión —así al menos no sentiría la imperiosa necesidad de saltar del avión por claustrofobia—. Aunque si te refieres a los ansiolíticos, seep, están en mi bolsa.

—Tranquila. Será un viaje rápido.

Por como huía la mirada supuse que seguía sintiéndose culpable por la entrevista de su madre. A pesar de que aquel día lo había repetido tantas veces que ya se estaba volviendo mi mantra, lo repetí una vez mas:

—Liam, no es tu culpa.

Y lo repetiría todas las veces que fuera necesario para que Liam volviera a mirarme a los ojos como solía hacerlo antes de que la culpabilidad lo consumiera.

Él se limitó a dedicarme una sonrisa cansada y continuar con el camino hacia el avión.

Katy se había vuelto loca, gritaba improperios por toda la casa e incluso sugirió poner una demanda en contra de Sarah Woodgeth, pues ahora el dinero que tenía era mas del que ella había heredado y podríamos aplastarla en una corte por difamación (de nuevo, en sus propias palabras) Dorian no había hecho más que escuchar todo el relato para, finalmente, darme su apoyo sobre cualquier cosa que quisiera hacer, incluso si incluía quemar su casa por la noche. Quentin había acompañado a Katy en su marcha por la casa gritando palabrería y media.

A fin de cuentas decidí dejarlo pasar. Estaba segura de que Liam iba a encargarse de frenar los daños y, aunque la bomba ya había sido lanzada, todavía se podían minimizar las heridas en los alrededores. Honestamente la idea de usar el dinero de James para hundir a su propia esposa (que no habrá sido la mujer mas amorosa del mundo. Pero él la quería igual), no parecía correcto, no creí que fuera lo que el esperaba que hiciera con el dinero que tanto se esforzó por conseguir.

Así que al entrar al avión, me limité a observar por la ventana, leer un libro y dibujar pequeños garabatos en una libreta, ocasionalmente. James había comprado los boletos de avión tiempo atrás, así que él había elegido los asientos: Liam al frente, junto ala ventana, yo en el asiento justo detrás. Me preguntaba que lo habría hecho elegir esos asientos, ¿por qué junto a la ventana y no al centro? ¿Por qué un vuelo en primera clase? ¿Por qué justo ese día? Conociendo a James, debía tenerlo todo planeado con un propósito.

Y yo tenía que averiguarlo.

*****

Al llegar a Amsterdam Liam me despertó con una ligera sacudida de hombros y una sonrisa burlona adornando sus facciones.

—Es palpable tu ansiedad, el pánico se escuchaba en cada ronquido.

—Que puedo decir —me encogí de hombros y le tendí la cobija verde que la azafata me había prestado. Siguiéndole el juego—. Me dormí de puro miedo.

Afortunado Desastre (LR #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora