Cap. 41

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41.

Cerré la puerta de la oficina detrás de mi y pegando mi espalda a ella me cubrí la boca con ambas manos para ahogar los sollozos que estaban a punto de escaparse de mi garganta. Las lagrimas comenzaron.a correr pronto y no pude pensar en otra cosa que no fuera salir de aquel lugar, correr hasta perderme en el bosque. Así que eso hice, corrí hacia el bosque en búsqueda de algún sitio en el que pudiera hacer cualquier cosa, en búsqueda de un lugar en el que pudiera tener dos minutos de paz, sin peleas, sin hermanos suicidas, sin el gobierno sobre mi, sin herencias, sin bodas, sin novios psicópatas, sin dolor.

Las hojas del césped rosaban mis tobillos, mis piernas brincaban por los aires rompiendo con velocidad la firme barrera del viento mientras mis pulmones clamaban aire. No podía detenerme, no quería hacerlo.

¿Desde cuando mi vida había cambiado tanto? ¿En que punto se perdió la chica independiente que convivía con su familia y amigos mientras trabajaba en una zona semi-decente?

Me detuve de golpe cuando llegué a una zona verdosa con un enorme lago al frente. El agua era tan azul que casi parecía un pecado mirarle fijamente, los rayos de luz solar entraban a raudales por entre las hojas y el cielo no era tan visible.

Pronto mi móvil comenzó a sonar.

Mensaje de numero desconocido.

"Te echo de menos, amor"

-W

¿Will? Maravilloso, justo cuando creí que mi vida no podía apestar mas.

Comencé a gritar con todas mis fuerzas esperando a que el dolor disminuyera un poco pero no sirvió. Entonces comencé a gritar a orillas del lago, me quité los aretes y los arrojé con fuerza lo mas lejos y profundo que pude. Después grité con más fuerza y desprendiéndome del collar y lo arrojé con fuerza e ira al lago. Volví a gritar con mas fuerza y arrojé mi zapatilla al lago con tanta dureza que pude escuchar algo tronar en mi brazo... pero justo cuando iba a arrojar la segunda zapatilla unas manos me aprisionaron por la espalda manteniendo mis manos a los costados dentro de su agarre y un mentón cálido se fue a posar sobre mi hombro derecho mientras una respiración cálida y entrecortada me devolvía un poco de la paz que hacia meses no sentía.

—Ya basta, Luce —pidió Liam en un susurro.

Traté de forcejear pero era inútil, realmente era fuerte y cuando estaba decidido era todo un caso perdido luchar contra él, pero de alguna manera sentía que tenía que descargar mi ira y gritar y arrojar cosas al lago parecía funcionar.

—Basta, Luce, te vas a lastimar.

Mis piernas flaquearon pero Liam me sostuvo firme todo el tiempo mientras comenzaba a verter lagrimas como catarata sobre precipicio.

—Lo siento, Liam... yo... yo no quería...

—Sshtt.

Giré hacia él para mirarle de frente pero cuando lo logré, sus manos seguían firmes en mi cintura, por lo que me fue imposible apartarme demasiado. Tenia que agradecérselo enormemente ya que sin su ayuda probablemente me habría desmoronado en ese instante.

Su ojos grizulados parecían cansados y preocupados, me miraba con atención y un poco de ternura. Como si realmente pudiera comprenderme.

—Te juro que no es cierto, Liam, te juro que James y yo...

—Sshtt, basta Luce —silenció Liam—. Lo sé.

—¿En serio?

Asintió sin titubear.

Afortunado Desastre (LR #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora