Cap. 31

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31. UN CAMINO LARGO.

Finalmente logré convencer a Geneden de ir con James, no podía permitir que se perdiera la oportunidad de hablar con su abuelo ni un segundo.

Durante el camino Gene me explicó un poco la situación, parece que James había cargado un año entero con leucemia y nunca se lo había dicho a nadie que no fuera Sarah Woodgeth, su esposa. Finalmente James no pudo vencer al cáncer y dejó e tratamiento para vivir el resto de sus contados días con un poco de libertad.

—Esa fue la verdadera razón por la que la editorial cerró hace dos días, no fue por la lluvia. Después del accidente que tuviste con América le llamaron a Liam... y a mi nadie me dijo nada —concluyó con rencor en la mirada.

—No querían asustarte...

—Buen trabajo, ahora estoy asustada.

Presioné el volante con fuerza tiñendo de blanco mis nudillos. Por alguna extraña razón quería defender a Liam pero el hombre me la estaba poniendo difícil, de estar en la situación de Geneden probablemente mi reacción habría sido la misma.

Una parte de mi quería ver a James, pero otra parte, la mas sensata, sabía que era en esos momentos en los que debía de estar junto a su familia y amigos mas cercanos... sin embargo en mi persona nunca ha ganado una sola jugada la parte sensata.

—¿Crees... crees que yo pueda...?

—¿Ir? ¿Me preguntas si creo que puedes ir?

Silencio.

Tal vez no había sido una gran idea después de todo.

—Creo que debes ir. El abuelo James te tiene aprecio, estoy segura de que se alegrará de verte, eres la única que le sigue en las apuestas —rió leve y con tristeza.

El resto del camino reparé en silencio las posibilidades de colarme un par de segundos a la recamara de James Woodgeth tan solo para intercambiar unas palabras con él hombre. Tan solo verlo sería suficiente.

Aparqué fuera de la residencia de Liam y encontré que este estaba a punto se salir en el auto cuando se percató de mi presencia junto a la de Gene mientras caminábamos silenciosamente por el camino de piedras finas de la entrada.

—Iré por mis cosas —anunció Geneden con una mirada fulminante en dirección a Liam mientras pasaba de largo junto a él.

—Está un poco molesta...

—Lo sé.

Silencio.

Metí mis manos a los bolsillos traseros de mis desgastados jeans negros y me mordí el labio bajando la mirada a un suelo que repentinamente se había vuelto más interesante.

—Yo... yo lamento lo de tu pa...

—Lo sé.

Levanté la mirada y me percaté de su escrutinio, sin poderlo evitar enrojecí como adolescente sifilítica y me abofeteé mentalmente ¡¿En qué demonios estaba pensando?! ¡El padre de Liam estaba muriendo, no era momento de ponerse en ridículo!
—Geneden... ella... fue a casa de Katy a buscarm...

—Gracias por traerla.

Lo fulminé con la mirada. —Donde vuelvas a interrumpirme te voy a...

—Estoy lista —anunció Geneden subiendo al auto de inmediato y de golpe.

Juraría que por un segundo... o menos de un segundo, pude ver el atisbo de una sonrisa en la mejilla de mi jefe. Pero si estoy en lo correcto fue solo un lapsus flash.

Afortunado Desastre (LR #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora