Cap. 18

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18. 24 HORAS = 24 AÑOS (#5).

*N/A: Se va a crear un nuevo chat grupal como el de whatsapp. Leer N/A al final.*

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Después de salir de la pequeña bodega en la que minutos antes Liam me había sugerido ir al psicólogo y yo había semi-aceptado con la advertencia de probablemente no volver, llegué a mi oficina aparentando profesionalismo y un nuevo espíritu emprendedor.

Estoy segura de que nadie me creyó ni la entrada.

—Oye, Luce...

—Estoy bien, Gaby —aseguré entrando a paso decidido a mi oficina donde una pequeña caja de cartón blanco me esperaba sobre el escritorio.

Caminé hacia él y encontré un extraño postre, era algo parecido al cereal pero formando un pequeño vaso en forma de galleta con un extraño relleno amarillo en el interior y la bonita decoración en la parte superior de un cilindro de chocolate y unas pequeñas tiras de canela.

—Llegó hace una hora —advirtió Gaby desde la puerta.

Asentí y con una seña le ordené que entrara.

—Es muy bonito —señaló el pequeño postre.

Le tendí un tenedor y tomando el otro comenzamos a comer mientras tomaba la pequeña nota entre los dedos un poco temerosa de su contenido.

"Nougatine tuiles con Musse y anís estrellado"

"La primera y única vez que lo probé en París casi vomito, no soy exactamente un admirador de los postres pero sé que tú si"

-Liam

Sonreí ante la imagen del mismo Liam que vio vomitar a su hermana sobre el caviar y luego fue obligado a comerlo... ahora vomitando en París por culpa del Musse.

—Ok ¿Qué se traen tu y El Gran Jefe?

Fruncí el ceño. —¿"El Gran Jefe?

Gaby asintió. —El Pequeño Jefe es Axel Woodgeth, vino a preguntar por ti hace un rato pero... —resopló e hizo un gesto desdeñoso y despreocupado con la mano— .. ya sabes ¡estabas con El Gran Jefe en la bodega de post-it's!

Mis labios formaron una "O" y asentí sin apartar la vista del postre.

—Solo tenía que arreglar unos asuntos.

—Esta bien, no te presiono... pero creo que deberías hablar con El Pequeño Jefe.

—¿Por qué ahora usamos claves?

—Por que no queremos que El Gran Jefe se entere de que hablamos del Pequeño Jefe en su presencia o que el Pequeño Jefe se entere de que hablamos del Gran Jefe frente a él, también creo que podríamos hablar sobre El Gran Jefe o El Pequeño Jefe con mayor comodidad y libertad sin tener que rendirle cuentas a nadie.

¿Qué?

—Me ha quedado claro —mentí.

—¿Le regresaste el collar a Liam?

Dejé que mi cabeza cayera sobre el escritorio y solté un gruñido aburrido.

—No era un regalo de Liam... era un regalo de Axel.

—¡Luce!

—Lo sé, yo solo hablé con él una vez, pero se lo voy a regresar, lo prometo.

—No hablo de eso... no usaste las claves.

Afortunado Desastre (LR #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora