Cap. 38

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38.

Al abrir la puerta de mi dormitorio encontré a Liam de pie frente a mi tocador, con una fotografía entre manos en la que aparecíamos Wendy y yo abrazadas en el desfile de primavera del jardín de niños con disfraces de haditas con alas de colores.

—Era nuestro Fairytale.

Liam giró hacia mi y sonrió ligeramente. —Parece que eran unidas.

—Lo eramos —le tendí la ropa que mi mejor amigo me había prestado—. Esta es la ropa de Dorian, puedes cambiarte en... ¿Qué?

Su mueca de disgusto y el característico ceño fruncido no se hicieron esperar.

—No voy a dormir con la ropa de tu novio.

Puse los ojos en blanco. —Ya te dije que el no es mi novio.

—¿Y él lo sabe?

Crucé los brazos sobre el pecho y arqueé una ceja, a lo que Liam respondió rodando los ojos antes de hacer el vago intento de desabrochar el primer botón de su camisa.

—Dame eso —ordené cuando pasaron los 2 minutos y aun seguía luchando con el mismo botón.

Comencé de abajo hacia arriba desabrochando cada botón sintiendo la mirada penetrante de Liam a cada segundo.

—Luce...

—No hables —advertí mientras me esforzaba por mantener la mirada en el ultimo botón cerca de su cuello.

Justo cuando iba a retirar la mano al terminar de desabrochar el ultimo botón, la mano de Liam capturó la mía y con voz pasiva ordenó:

—Mírame.

Negué con la cabeza y retrocedí pero antes de que pudiera apartarme por completo el agarre de Liam se volvió mas fuerte y rodeando mi cintura con la mano libre volvió a acercarme a su cuerpo de un suave tirón.

—Mírame.

Mi mirada estaba plantada en el suelo, tenía miedo de mirarle a los ojos y desarmarme enviando los pocos logros que aún quedaban del plan O.D.I.Q.E.M.B.Q.C.P.C.L.D. al diablo.

De pronto Liam liberó mi mano y su agarré cambio a mi mejilla en donde su tacto se volvió suave y tenue antes de recorrerse hacia mi barbilla ejerciendo una suave presión para levantarla y obligarme a mirarle de frente.

—¿A que le tienes miedo Luce? ¿De que huyes?

—De ti —dije no muy segura de haber podido retener el temblor en mi voz. Estaba a medio paso de echarme a correr despavorida abrazando dolorosamente contra mi pecho mi preciada membresia golden premium deluxe a la friendzone de Liam.

Estaba segura de que si mudaba la mirada de sus mejillas a los ojos iba a perderme por completo y entonces me iba a ser imposible volver a sacarme aquellos ojos grizulados en al menos dos meses mas... o salir huyendo.

Liam sonrió con tristeza. —Y yo de ti.

—Estas comprometido —recordé.

Asintió y su mirada se posó en mis labios entreabiertos.

Miré sus labios y al instante me arrepentí al sentirme tentada.

—Vas a casarte —advertí más para convencerme a mi misma de que los pensamientos que me estaban comenzando a invadir no tenían ni pies ni cabeza.

Asintió acercándose peligrosamente.

—En unos meses —rectifiqué sintiendo como el corazón se me aceleraba como si estuviera corriendo en un maratón sin haber calentado antes.

Afortunado Desastre (LR #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora