Cap. 13

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24 AÑOS.

Al terminar mi jornada laboral en la editorial volví a casa como alma que lleva el diablo. Me apetecía sentarme a ver un Reallity Show barato con una taza de chocolate caliente y reposar en silencio el resto de la noche, mi cumpleaños era al día siguiente y solo deseaba despertar fresca como lechuga y sobrevivir otro día en la editorial.

Pero cuando llegué a casa de Katy encontré a un hombre sentado con expresión aburrida en la acera junto a una enorme caja de cartón.

—Buenas noches —saludé.

—Buenas noches —respondió aburrido.

—¿Puedo ayudarle en algo?

—Nah.

—¿Espera a alguien?

—Nah.

—De acuerdo... Si necesita algo...

—Si.

:@

Al entrar a casa de Katy me topé con la escena más rara: Un enorme y gordo gato gris con rayas negras estaba arriba de la mesa comiéndose la pizza de una caja enorme.

Caminé con sigilo hacia la escoba que yacía sobre las escaleras y lentamente la eleve sobre mis hombros.

—¡Feliz Cumpleaños!

—¡Aaah!

Esa fui yo golpeando a John en el estómago con la escoba.

—¡Apártense! ¡Apártense! —alertó Katy haciendo que todos los presentes le obedecieran sin rechistar una sola vez.

Miré a mi alrededor; Dorian, Quentin, Mery, Katy y John me miraban ceñudos pegados a la pared.

Miré a John con pena. —Lo siento.

Hizo un gesto desdeñoso con la mano. —Descuida —declaró sofocado.

—Loca —murmuró Quentin.

—¡¿Casi me da un infarto y yo soy la loca?!

—Lo siento Luce, queríamos darte una sorpresa —aclaró Katy apenada.

Suspire.

La verdad es que no era su culpa que mis nervios esos días estuvieran por los cielos, desde la llegada de Will todo me daba pánico y nadie tenia permitido acercarse a mas de dos metros de mi fuera de mi reducido circulo de amigos, sin salir herido. Mi mano actuaba por instinto.

—No, está bien, yo lo siento... Pero ni siquiera es mi cumpleaños —recordé.

—Es mañana —asintió Katy— Bien, en realidad es en un par de horas pero queríamos darte la sorpresa antes.

Me llevé la escoba al pecho instintivamente. —Aww. Eso es tan lindo chicos, muchas gracias.

No cabe duda. Tengo a los mejores amigos del mundo.

—Si, si, lo que sea vamos a cenar pizza —cortó Quentin.

—¿Pizza? ¿Una caja grande de peperoni y piña?

—Ajá.

—¿No es la que se está comiendo ese gato? —señalé al gato sobre la mesa.

En cuanto el gato se percató de nuestras miradas furtivas su espalda se dobló y su cabello se erizó como en las viejas películas de Halloween asegurándonos que no sería inteligente interrumpir su cena.

—Maldición, era la Big Birthday —gruñó Quentin acercándose al gato.

Pero a solo dos pasos de la pizza el gato le tiró un fuerte y rápido rasguño a Quen en la mano obligándolo a retroceder de inmediato.

Afortunado Desastre (LR #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora