Cap. 40

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40.

Seguí a Liam y a Geneden por el estrecho sendero de piedras lisas, hasta llegar a una enorme puerta de acero en medio de un perfecto y cuidado bosque verde a las afueras de la ciudad. Era el despacho del Licenciado Ernesto Gómez Loera donde escucharíamos reunidos la ultima voluntad del señor Woodgeth.

El cielo estaba perfectamente despejado, era una mañana caliente que en medio del bosque parecía menos cálida mientras el aire se colaba por entre las hojas de los arboles y refrescaba el ambiente alrededor. Reprimí la necesidad de descalzarme y correr en círculos sobre aquel meticuloso césped.

Geneden silbó en dirección al enorme despacho.

Liam la silenció con la mirada y yo reí leve. Eran como Quentin y yo.

En cuanto Liam abrió la puerta me tensé, los músculos de mi espalda se volvieron rígidos y tenía los sentidos mas vivos que nunca. Wendy solía decir que nuestra aura podía interinar con otras auras para producir una reacción en nosotros, de ahí que a veces una persona nos diera "una mala espina" bien, sentía que en ese momento mi aura no encajaba con la de nadie en aquel enorme lugar, me sentía como un cachorrito de french poodle en una manada de lobos africanos.

-Buenas tardes -saludó Liam con la cordialidad que tanto le caracterizaba.

La primera en reparar en mi presencia fue la madre de Liam, quien me miró de arriba a abajo con aparente disgusto y volvió la vista hacia su hijo.

-Llegan tarde.

-Tuve una noche excelente, gracias por preguntar, tranquila me dejaré puesto el saco y no, gracias, nadie necesita un vaso de agua.

La madre de Liam bufó.

Geneden se sentó del lado derecho, Liam apartó la silla junto a ella para que pudiera sentarme y posteriormente él se sentó junto a mi.

La familia de Liam era pequeña pero tenían una mirada tan imponente que bien pareciera que me encontraba en un concierto del super Bowl con todas las miradas sobre mi y ninguna de ellas era amable. Los doce me miraban como si fuera un molesto mosquito del Dengue que solo pudiera traerles problemas. No los culpo, yo misma me sentía así en ese instante.

-Lamento llegar tarde -se disculpó Axel Woodgeth entrando de golpe con una sonrisa triunfal.

-Lamento que llegaras -murmuró sin ninguna discreción la señora Woodgeth.

Axel miró a la madre de Liam y sonrió sentándose junto a ella, frente a Liam. -A ti te eché de menos Sarah, me da gusto sigas con vida, a tu edad mas vale irle echando ojos al santo porque...

-¿Podemos comenzar con esto de una vez? -cortó Liam realmente irritado.

Axel, que hasta el momento no parecía haber reparado en nuestra presencia nos miró y sonrió repentinamente divertido.

-Hermano, que gusto, creí que no vendrías después de la conversación que tuvimos anoche.

Liam se mantuvo neutral pero yo podía ver que luchaba por recuperar un poco de las memorias que perdió anoche.

-Aunque probablemente no la recuerdes, estabas muy enojado cuando te llamé... Hey, Susy ¿cuanto tiempo sin verte? ¿que tal tu día?

Lo miré sin saber muy bien si realmente esperaba una respuesta.

Abrí la boca cuando el silencio lo hizo evidente pero el licenciado me interrumpió:

-En vista de que estamos todos los presentes, me doy a la tarea de comenzar con la lectura del testamento de James Cameron Woodgeth.

Afortunado Desastre (LR #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora