Cap. 36

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36.

Comencé a vaciar la cajita de avena en leche y me entregue de lleno a la tarea de girar la cuchara en delicados círculos mientras Quentin acomodaba una pila de panes dulces en un plato al centro de la mesa.

Hacia años que no teníamos una cena así parcialmente normal.

—¡Dorian, la cena esta lista!

Quen resopló. —Como si te hubieras esforzado demasiado.

Lo señalé amenazadoramente con la cuchara. —¿Quieres cenar agua?

Rodó los ojos pero mostró las palmas.

Pronto todos nos sentamos a cenar pan con avena en la mesa principal, John se nos unió poco después, Quentin nos comenzó a contar sobre sus clases aburridas, Dorian comenzó a contradecir a Quen y pronto todos entramos en una riña local.

—... yo no creo que funcionen.

—Las matemáticas son importantes —aseguró Dorian.

Quentin y Katy aseguraban que no eran mas que jugarretas para cansar y mantener ocupados a los estudiantes. Dorian y John estaban en contra de esa teoría y argumentaban que eran sumamente importantes.

—Mencioname tres usos importantes de las matemáticas —retó Quentin.

Sumergí un trocito de dona en avena y lo acerqué a la boca de Mery sobre mis piernas.

—Control social —advirtió john.

—¿Como es que las matemáticas controlan a la sociedad?

—Avenidas —respondió Dorian antes de morder su pan.

—Semáforos —respondió John.

—Ingeniería —respondí.

Todos me miraron aparentemente sorprendidos del lado que había tomado en la conversación. Siempre odié las matemáticas y ese no era un secreto, no era mala en ellas pero si podía evitarlas sin duda lo haría.

—¿Tú de que lado estás? —inquirió Quen.

Me encogí de hombros limpiando la boca de Mery. —Soy imparcial.

—Tu odias las matemáticas.

—Si las matemáticas fueran un hombre lo apuñalarías —aseguró Katy.

—No lo apuñalaría... tal vez lo ahogaría, pero nunca apuñalar, no soy tan idiota.

—Cierto, eso deja huella —concordó Katy mordiendo una dona.

—Idiota —repitió Mery con una sonrisa.

—No, Mery —negué con la cabeza.

—Idiota —repitió entre risas.

—Mery, decir idiota, es idiota —advirtió Quen.

—Quen, no seas idiota —advirtió Katy.

—Si alguien vuelve a decir "idiota" va a limpiar sus pañales toda la semana —aseguré señalando a Mery con el dedo.

—Idiota —dijeron todos a la par... incluso Mery.

Los miré mal.

El teléfono comenzó a sonar y me apresuré a responder dejando a Mery en brazos de Quen.

—Habla Luce...

—Luce... Luce ¿puedes venir? —respondió la voz sobresaltada de Gene.

—¿Geneden?

Afortunado Desastre (LR #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora