Cap. 39

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Stepehen King tiraba de mi brazo con fuerza mientras yo negaba con la cabeza tratando de conservar la poca dignidad que aún me quedaba.

—¡Vamos, Lucy!

—¡Solo una vez mas!

—¡Sigues siendo una solterona!

—¡Y fea, necesitaras toda la suerte que este ramo pueda darte!

Suspiré y tratando de retener las lagrimas que mi humillada persona trataba de contener accedí a terminar rapido con todo aquello y me puse de pie siguiendo al señor King por el pasillo mientras América Pitz, luciendo fabulosa en su pomposo vestido blanco, se preparaba para lanzar el ramo de espaldas sobre una tarima.

—Tengan algo de piedad por la niña chicas —advirtió América en mi dirección.

América contó hasta 3 y lanzó el ramo, todas las chicas se alejaron dejándome sola al centro con el ramo en el suelo frente a mi mientras reían con sonoras carcajadas de brujas malditas.

—Luce...

Abrí los ojos de golpe y me di de frente con Liam.

—Auh —gruñí llevándome una mano a la frente mientras Liam hacia lo mismo añadiendo su característico ceño fruncido.

Pero ¿Que diablos? Ni en sueños me podía dejar tranquila la arpía pelirroja con nombre de continente, maldita sea, yo amaba a América ¿Por qué no le pusieron Alemania en tiempos de Hitler? ¿O Corea del Norte, o Siria? Nadie quiere ir a ninguno de ellos, excepto al primero pero en tiempos actuales.

—¿Estabas teniendo una pesadilla?

—Am... no.

Fingir demencia siempre era una buena opción cuando no se quiera enfrentar una situación embarazosa, eso o solo fingir que recién habías llegado, o que no habías escuchado nada en lo absoluto, siempre funcionaba a la perfección.

—Mencionaste a América.

Entonces definitivamente si era una pesadilla.

—¿Ah, si? —pregunté medio apenada— No lo recuerdo.

—Pero si...

—¿Ya desayunaste? Te espera un largo día de actividades poco recreativas y aburridas.

Liam me miró y frunció el ceño. (¿Que raro, no?)

—No tengo hambre —dijo a la defensiva.

—Ya me habías advertido que de mañana estabas pesado —aseguré poniéndome de pie para dirigirme a la cocina, pero Liam logró detenerme a medio camino tomándome del brazo.

—Espera, Luce... ¿Qué... que fue... qué fue lo que...?

¿Liam trastabillando con las palabras? Definitivamente aquella iba a ser un día realmente interesante.

—¿Quieres saber que pasó anoche? —pregunté arqueando la ceja sin mas rodeos.

Cerró los ojos y asintió como si tratara de llamarse al orden. —Por favor.

Asentí. —Estábamos cenando, Geneden llamó muy asustada diciéndome que estabas rompiendo todo, fui con ella, te encontré rompiendo botellas de vino, platos y, básicamente, cualquier cosa que pudiera romperse en esa casa, me acorralaste, tenías los ojos rojos y me pediste que me la llevara, te dije que no te dejaría y te arrastré conmigo hasta el auto... literalmente. Llegamos y comenzamos a hablar de lo pesado que te pondrías por la mañana —concluí tomando una gran bocanada de aire.

Afortunado Desastre (LR #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora