Afortunado Desastre (LR #2)

Cap. 21

21. 24 HORAS = 24 AÑOS (#7)

Eran las 11:00pm y yo estaba sentada en la silla de Liam detrás de su escritorio tratando de recordar el nombre del Gerente del área 4 en la editorial de Australia.

—John Steep.

Liam frunció el ceño sentado del otro lado de su oficina en un bonito y elegante sofá de piel negro.

—No.

—Dilan Moore.

Rió leve firmando en una pila de papeles. —Ese es el de Italia.

—John Travolta.

Liam despegó la vista de los papeles y me miró ceñudo.

—Peter Garfield. John Travolta es el actor de "Fiebre de Sábado por la Noche" y ya está muerto.

Oh.

Con razón me sonaba, había visto la película con Katy la semana anterior.

—Como el gato —asentí escribiendo el nombre de Peter Garfield en mayúsculas sobre su pila de ingresos del año pasado.

No quería ni imaginar que diría Peter Garfield y otros gerentes importantes si supieran que la sub de reseñas en el área 2 estaba evaluando si desempeño.

De pronto alguien llamó a la puerta.

Eran las 11:12pm y todos los empleados de la editorial se habían ido a casa como Dios manda... a diferencia de dos pobres y desafortunadas almas que yacían cansadas y luchaban contra el sueño en la oficina de Liam. Nosotros, por supuesto.

—Adelante —cedió Liam con tranquilidad.

Yo esperaba tener algo de tiempo para buscar un arma por si El Picador Criminal Mutilador andaba suelto por la editorial, pero Liam habló demasiado rápido, frustrando mis intentos de supervivencia.

Abrieron la puerta y contuve el aliento tomando con fuerza la pluma con la que firmaba los documentos. Podía clavársela en el ojo y correr despavorida en busca de ayuda.

—Buenas noches —saludó Ray, el hombre de paquetería entrando con una bonita y pequeña caja de cartón blanca.

Exhalé.

—Buenas noches, Ray —respondimos.

—Señorita Webber —llamó Ray acercandose a mi con una enorme sonrisa y una mirada cómplice—. Para usted.

—Gracias.

Liam seguía muy absorto en sus papeles sin reparar en nosotros ni un segundo.

Abrí la caja que Ray depositó con cuidado frente a mi y no pude evitar soltar una enorme carcajada al ver el interior se esta.

Liam sonrió sin despegar la mirada de los papeles y Ray miró el contenido sin entender la gracia de todo aquello.

Caviar.

—Con permiso —se despidió Ray caminando hacia la salida.

—¿Es en serio? —pregunté mirando a Liam con con una expresión de lo más divertida.

Liam me miró con seriedad. —Es en serio. No jugaría con el caviar.

Sonreí y señalé al pequeño platillo. —Podrías hacer los honores.

—No gracias.

—Vamos Liam... tienes que superar tu miedo.

—No tengo hambre.

—Es mi cumpleaños —acusé.

—Feliz Cumpleaños.

—Muy Gracioso.