EPÍLOGO: EL PRINCIPIO DEL FIN

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Antes de marcharse a la cabaña de Hopper para intentar limpiar un poco y así conseguir un refugio para Once, que tenía que volver a estar escondida por el tema de los poderes, me dejaron en el instituto.

Respiré el ambiente, recordando tiempos que parecían tan lejanos y tan cercanos a la vez como el día del patinazo a Angela. No dejaba de pensar en qué cara pondría ahora que Ce volvía a tener superpoderes.

Seguí a un grupo de gente hacia el gimnasio. Steve me hizo aspavientos con la mano en cuanto me vio aparecer para que me acercase a él.

-Mírala - señaló en cuanto me acerqué.

Miré en la misma dirección que él. Robin preparaba unos sándwiches, pero la cosa no era esa, sino que hablaba con Vicky.

-Esa es mi chica - susurré, orgullosa. Paseé la mirada por el lugar -. ¿Dónde está Dustin?

-Ni idea.

-Voy a buscarlo por si necesita ayuda.

-¿Y si yo necesito ayuda?

-Tú no estás herido, pero ¿necesitas ayuda?

-Con un beso me basta.

Le di lo que pedía antes de encaminarme en busca de Dustin. Pero antes de llegar a él, pasé por delante de un tablón de personas desaparecidas. Había varios carteles, pero el único que llamó mi atención fue el de Eddie, pintarrajeado con un rotulador rojo. Arranqué el cartel con un ruido que a duras penas pudo contener un grito de ira.

-Iba a hacerlo yo, pero muchas gracias - dijo alguien a mi espalda.

-Lo pintan como a un monstruo - señalé -. Y él no hizo nada.

Me giré entonces hacia mi interlocutor. Me reconoció antes que yo a él.

-T/n - era el tío de Eddie -. Qué sorpresa. Eddie no paraba de hablar de ti. Pensaba que no estabas en el pueblo.

-Vacaciones - traté de sonreír, pero solo me salió una mueca.

Él asintió y se acercó al tablón para colgar otro cartel de desaparecidos. Debió de sentir que yo lo miraba trabajar, porque sintió la necesidad de justificarse:

-Seguiré colgando carteles hasta que lo encuentre. Mi sobrino es inocente, ¿lo sabes, verdad?

-Sí…

-Adiós, T/n. Cuídate mucho.

Se dio la vuelta para marcharse.

-Yo estaba con él - interrumpió Dustin, sobresaltándome al aparecer a mi lado. El señor Munson se giró de nuevo hacia nosotros -. Estaba con él cuando hubo el terremoto.

-Yo también - afirmé, con un hilo de voz y lágrimas nuevas en los ojos.

-Y… ¿dónde está Eddie ahora?

Miré a Dustin y no pude contener un sollozo. Me tapé la boca con la mano, avergonzada, y me mordí el labio para tratar de contener las lágrimas. Fue cuando él se fijó en el anillo.

Dustin sacó un collar del bolsillo y se lo entregó. El hombre, al ver el collar y el anillo de su sobrino, lo comprendió todo sin necesidad de explicárselo. Suspiró y fue a sentarse en un banco. Ayudé a Dustin a acercarse, y ambos lo imitamos.

-Ojalá todos le hubieran llegado a conocer tal como era - se atrevió a decir Dustin -. Porque le habrían adorado, señor Munson. Le habrían adorado. Incluso al final, no dejó nunca de ser Eddie. A pesar de todo. No lo vi nunca enfadarse… Podría haber huido. Podría haberse salvado. Pero luchó.

-Luchó - repetí. Al ver que a Dustin se le atacaban las palabras, decidí darle un empujón -. Luchó y murió protegiendo este pueblo que… lo odiaba. Injustamente, porque Eddie era… tan amable, y paciente, y educado y… nunca dejó de quererme. Señor Munson. Eddie no sólo es inocente… es un héroe.

Lloraba. Los tres lo hacíamos. Me agaché delante de él, que me miró con ojos llenos de lágrimas, igual que los míos. Hice ademán de quitarme el anillo, pero él me frenó.

-Si te lo dio él, estoy seguro de que habría querido que te lo quedaras.

Asentí con la cabeza y murmuré un "gracias". Lo abracé como si nos conociéramos de toda la vida y le susurré unas disculpas a las que él no respondió. Estuvimos sentados un rato más, yo abrazada a Dustin mientras intentaba calmar mis lágrimas y mi corazón y trataba de olvidarme de la última vez, sus últimas palabras, su último "te amo".

Regresé con Steve tras asegurarme de que ninguno de los dos me necesitaba para nada más. Ayudé a doblar algunas prendas y mantuve con Steve una conversación trivial, lo que agradecí después de la confesión que habíamos tenido que hacer Dustin y yo.

-T/n.

La voz surgió de dentro y de fuera de mi mente, de todas partes y de ninguna a la vez. Abrí los ojos como platos y retrocedí un paso, asustada, a la vez que empecé a negar con la cabeza y el corazón me latía más deprisa.

-¿Estás bien? - preguntó Steve, agarrándome por los hombros para mirarme a los ojos, preocupado.

No respondí. Un montón de gente corriendo hacia las ventanas fue suficiente respuesta. Steve miró hacia atrás, hacia toda esa gente, y aproveché ese momento para salir corriendo del edificio.

Llovía una especie de polvo, el mismo que había en el Mundo del Revés. Unas columnas de humo se extendían hasta un cielo cubierto por enormes nubes negras. Igual que en la visión que Vecna me había mostrado. Sentí que me costaba respirar, como si mis pulmones se comprimieran. No solo habíamos perdido, sino que no habíamos estado ni cerca de la victoria. Esta vez todo había salido mal.

Steve me había seguido hasta fuera. Me pasó un brazo por los hombros y me acercó a él, protector. 

-¿Vecna? - preguntó.

Asentí sin dejar de mirar hacia el cielo.

-Esto no ha acabado. Solo estamos ante el principio. El principio del fin.












AAAAAYYY ACABAMOS 😭😭
Después de tantos meses se me va a hacer raro no tener que publicar cada semana. Ha sido un largo viaje que empezó hace más de un año y que no me animé a completar hasta ahora.
Gracias por acompañarme durante estos meses leyendo esta pequeña historia, espero que podamos volver a leernos pronto cuando salga la última temporada.
Mientras tanto, esto es un adiós y un muchas gracias por todo, siempre.
Se os quiere🩷🩷🩷

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⏰ Last updated: Feb 03 ⏰

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Stranger Things // La Tercera de los Hermanos ByersWhere stories live. Discover now