Stranger Things // La Tercera de los Hermanos Byers

II. HERMANAS

-Y entonces me pegó un puñetazo.

Angela se había limpiado la sangre con un pañuelo que ahora descansaba encima del escritorio de la profesora. Esta nos había pedido que explicásemos lo que había pasado, y Angela no paraba de hacerse la inocente y la víctima.

-T/n, tu comportamiento está totalmente fuera de lugar. Eres una alumna ejemplar, ¿qué ha pasado?

-Ha pasado que Angela ha hecho tropezar a Jane - estuve a punto de decir Ce. Oficialmente, su nombre de nacimiento era Jane, y en California todos la conocían por ese nombre -, y luego se han cargado su trabajo. ¡Le costó mucho hacerlo! ¡No hay derecho!

-Angela, eso no estuvo bien.

-¡Pero después ella me pegó!

-¡Cállate, Angela, o te juro que te pego más fuerte! - exclamé, levantándome de la silla y apuntándola con un dedo amenazante.

Ella gimió y miró a la profesora.

-T/n, siéntate. Entiendo que quieras defender a tu hermana, pero nunca debemos llegar a la violencia.

-Qué va a saber usted de violencia.

"Si nunca ha peleado contra un Demogorgon o un Azotamentes gigante".

-Es cierto, no sé nada sobre eso. Pero sé que alguien se llevó a tu hermano, Will, hace casi tres años. Incluso se celebró un funeral.

"No fue alguien, fue algo".

-¿Qué coño tiene que ver eso?

-También sé que adoptasteis a Jane después del incendio en el que murió su padre. Eres protectora con tus hermanos, T/n. Lo entiendo. Pero…

-Usted no lo entiende. No puede entenderlo, porque no estuvo allí.

-¿Allí dónde?

-¡En Hawkins!

-¿Pasó algo en Hawkins?

"Sí", pensé. Pero me mordí el labio. Si decía cualquiera de las cosas que habían pasado, podrían pasar dos cosas: o causaría un terror generalizado, o me mandarían a un loquero. Puede que ambas. Decidí cambiar el rumbo de la conversación.

-Jane es... sensible. Nunca ha… no está acostumbrada a este tipo de cosas.

-¿Quieres decir que en Hawkins no había nadie que se burlase de ella?

-Algo así. Ella es especial.

Angela resopló, apartando de su cara uno de sus mechones rubios.

-En serio, yo no me burlé de ella. Solo era una broma.

Iba a hablar, pero la profesora estiró una mano, igual que Ce había hecho antes, y permanecí callada, con las ganas de mandar a Angela a la mierda en la punta de la lengua. Tragué saliva para empujar con ella las palabras y suspiré, cruzándome de brazos.

-No quiero castigaros en vuestras vacaciones. Supongo que tenéis planes y demás, familia a la que ver… Pero tomaré medidas cuando volváis. Para las dos. Ahora podéis iros.

Recogí mis cosas y salí de allí a paso rápido. Ni siquiera me giré a mirar a Angela. No necesitaba ver otra vez su carita de niña buena que no ha roto un plato en toda su vida.

Mis hermanos y Argyle me esperaban aún en la camioneta. Subí y me senté al lado de Ce, a quien le tocaba ir en medio. Nos íbamos turnando.

-Joder, sí que has tardado, Byers - comentó Argyle.

-Lo siento - respondí.

Él arrancó. Ni él ni Jonathan sabían nada, y yo no tenía intención de contárselo, no aún.