EPÍLOGO: REENCUENTROS Y DESPEDIDAS

205 15 0
                                    

Entré corriendo en el hospital. Pregunté casi gritando en recepción, y en cuanto la joven que atendía me dio las indicaciones oportunas, seguí corriendo por el pasillo adelante, eufórica, feliz. 

Abrí la puerta de la habitación. Will me miró y sonrió. Me abalancé sobre él y lo abracé. Empecé a llorar de alegría. 

-¡Will! - chillé -. ¡Will! ¡No tienes ni idea de cuantísimo te he echado de menos! 

-Yo también te eché de menos.

-Oh, enano. ¡No pienso dejarte que vayas solo a ningún sitio, nunca más!

-¿Ni siquiera al baño?

Reí. Me separé y miré a mi hermano pequeño a los ojos. Pasé mi mano cariñosamente por su pelo.

-Ni siquiera al baño.

-¡Vaya!

Estuvimos hablando un rato, con mamá y con Jonathan. Más tarde, salí a ver si habían llegado los chicos. Allí estaban. Nos abrazamos.

-¿Podemos pasar? - preguntó Mike.

-Aún no - respondí. Me fijé entonces en que faltaba alguien -. ¿Y Ce?

Nadie respondió.

-¿Chicos? ¿Dónde está Ce?

De nuevo, un silencio que me desgarró el alma.

-Se ha ido - dijo finalmente Dustin.

-¿Qué?

-Para siempre - añadió Lucas.

-¡No! - exclamó Mike.

Me cubrí la boca con una mano y comencé a susurrar, negando. 

-Nos salvó la vida - explicó Lucas. 

Nos sentamos en uno de los bancos y me contaron todo lo que había pasado con el Demogorgon y los del laboratorio de Hawkins. ¿Dónde estaría Ce? 

Cuando ellos entraron corriendo para ver a Will, yo me quedé fuera, asimilando, destrozada. Jonathan me vio y salió un momento para hablar.

-¿Estás bien?

-Es Ce. Se ha marchado. Desaparecido.

-Volverá. Yo no la conozco bien, pero estoy seguro de que es muy fuerte. 

Asentí con la cabeza. Levanté la mirada, clavada en el suelo, y miré a los ojos de mi hermano mayor.

-¿Crees que es posible querer a alguien a quien acabas de conocer?

-Sí. Claro que sí.

***

(1 mes más tarde)

Salí del despacho de la señorita Kelley, la psicóloga del instituto, a tiempo para la primera clase de la tarde. De camino a clase, alguien me abrazó por la espalda. Giré la cabeza: era Steve.

-Casi te pego un puñetazo - reí.

Él rio también. Se separó y se puso delante de mí.

-¿Qué tal, Byers? - preguntó.

-Bastante bien.

-Sigues yendo a ver a la psicóloga.

-Todavía tengo pesadillas. Creo que tendré que ir durante una larga temporada.

-Mejorarás. Oye, Nancy y yo íbamos al cine después de clase, he pensado que igual querrías acompañarnos.

-Oh, no. ¿Para hacer de sujetavelas? No, gracias.

Él rio. 

-Anda, vente. 

-Lo pensaré. 

Nos dimos un abrazo de despedida y cada uno fue por un camino distinto para ir a nuestras clases. Sonreí. Me había hecho amiga de Steve Harrington, que, al final, resultó no ser tan capullo cómo pensaba. Me había prometido regalarle a Jonathan una cámara nueva por Navidad. 

Supe que cumpliría su palabra.





Ahora sí, fin de la primera temporada. Quien lo diría, después de un año. En fin, que gracias por leer, a los que leéis de forma periódica y a los que sólo os pasáis de vez en cuando, a los que votan y a los lectores fantasma, a los que estáis leyendo esto y a los que se lo saltarán, a todos, gracias. Sois los mejores♡

Stranger Things // La Tercera de los Hermanos ByersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora