X. ESTAMOS PREPARADOS

239 15 3
                                    

A la mañana siguiente, me levanté antes de lo normal para prepararme para el funeral. Era un asco tener que asistir y fingir que estaba triste por la muerte de mi hermano, cuando, en realidad, sabía que estaba vivo.

Desayuné tranquilamente, como si no fuese el entierro de mi supuesto hermano menor. Papá se acercó a hablar conmigo mientras yo disfrutaba de mis tostadas.

-Hola - saludó.

-Hola - respondí, de mala gana.

Recé porque se fuera, pero en lugar de eso se sentó a la mesa conmigo.

-¿Cómo estás? - preguntó.

-¿A caso te importa?

-Eres mi hija, T/n. Claro que me importa.

Lo miré a los ojos.

-O sea que ahora soy tu hija. Te fuiste. Ni una llamada. Y ahora de repente te preocupas por mí - me levanté -. Haberte preocupado antes, cuando era una niña. Porque ya no lo soy.

Me marché con las tostadas a medio acabar. Me refugié en la habitación de Jonathan, donde él todavía acababa de vestirse. Le conté lo ocurrido y él me tranquilizó, como siempre hacía cuando me pasaba algo, con una paciencia infinita.

Durante el funeral, tuve que sentarme delante, junto al ataúd, cuando yo quería estar con mis amigos. De vez en cuando miraba hacia detrás, y ellos me sonreían.

Después del funeral, me quedé un rato al lado de mi madre, recibiendo todo tipo de consolaciones de los asistentes. En cuanto vi la oportunidad de irme, lo hice; no soportaba más estar allí. Ví a Jonathan hablando con Nancy, sentados en el suelo, mirando algo que mi hermano sujetaba. Me acerqué.

-No me habíais dicho que hicisteis las paces - dije.

-Nunca nos hemos enfadado - señaló Nancy.

-Cierto. ¿De qué habláis? - pregunté.

-De nada - respondió Nancy al instante.

-Lo sabe - dijo Jonathan -. Estamos... detrás de otra pista. Para atrapar...

-¿Al Demogorgon?

-Sí.

-¿Demogorgon? - repitió Nancy -. ¿Así lo llamas?

-Sí, como el de Dragones y mazmorras. Ya sabes.

-¿Y cómo sabes de la existencia del Demogorgon? - preguntó Nancy.

"Ce nos lo dijo", estuve a punto de decir.

-Lo vi - respondí. En singular. Para que no metieran en el saco a los chicos también, al menos hasta no hablar con ellos -. Bueno, ¿qué pista tenéis?

Me senté con ellos. Miraban un mapa de Hawkins en el que habían marcado tres cruces rojas.

-¿Qué es eso? - pregunté.

-Los lugares en los que ha aparecido - respondió Jonathan -. El bosque, nuestra casa y la de Steve.

-Todo en un kilómetro y medio - añadió Nancy.

-A ver si adivino. Queréis ir a echar un vistazo en esa zona.

-Sí - respondió Jonathan.

-¿Y si lo vemos? - preguntó Nancy.

-Lo invitamos a tomar el té - bromeé. Ninguno se rio -. Era coña. Lo matamos, ¿no?

-Exacto, lo matamos. Nosotros. Tú no - dijo Jonathan.

-¿Cómo? Ni de coña, Jonathan. A mi no me dejas a un lado. Solo tengo un año menos que tú, ya soy mayorcita.

-Soy más de un año mayor que tú y no puedo dejar que te pase nada.

Stranger Things // La Tercera de los Hermanos ByersWhere stories live. Discover now