XI. EL HOSPITAL

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Tratamos de pasar de largo por recepción. Sabíamos que no nos dejarían pasar a todos a ver a la señora Driscoll, así que teníamos que intentar avanzar sin detenernos ni mirar atrás. Pero de todos modos, éramos tantos que la mujer, que en aquel momento hablaba por teléfono, se dio cuenta.

-¡Eh, eh, eh! ¡Disculpad! - todos nos frenamos en seco -. ¿Adónde creéis que vais?

-Oh, em… He vuelto para visitar a mi abuela otra vez - explicó Nancy -. Y ellos… ellos son mis parientes.

Sonreímos. Ella nos miró atentamente. Algo me decía que la mentira no colaba.

-Y amigos - aclaró Lucas.

-Me da igual quiénes sean, ya sabes las reglas. Solo se entra de dos en dos.

-Sí, pero…

-¡Dos! - volvió a sentarse con el teléfono -. Señor, esta niña ha perdido el juicio, se ha traído a todo el zoo…

Nosotros nos miramos. Decidimos que fueran Nancy y Jonathan, mientras nosotros nos quedábamos esperando.

Aburrida, traté de negociar con la mujer de recepción para que me dejase ir con ellos.

-Por favor, estoy preocupada por mi abuela - insistí.

-Pues espera a que tu hermana vuelva.

-Pero es que…

-No.

-Por favor.

-No. Y como sigas insistiendo llamaré a la policía.

-No puede hacer eso solo porque usted no quiere dejarme ver a mi abuela.

Esto último lo dije casi gritando. Mis amigos se quedaron mirándome, y la señora solo me echó un vistazo antes de seguir con los suyo. Ni siquiera se molestó en decirme que "no" otra vez.

Iba a volver a sentarme, cuando por el rabillo del ojo vi que Mike y Lucas atracaban la máquina expendedora. Sin duda, Ce había tenido algo que ver con aquello. Me acerqué corriendo y los aparté para pillar algo también.

-Permiso, yo también quiero.

-¿Qué te ha dicho? - me preguntó Mike.

-Creo que mi vida le importa una mierda. Y piensa que Nancy es mi hermana.

-Ni siquiera os parecéis - señaló Lucas.

Me encogí de hombros. Al verlo solo, fui a sentarme al lado de Will, y le enseñé lo que había tomado de la máquina.

-Tus favoritos - dije -. ¿Quieres?

-Sí - respondió, sonriendo.

Traté de abrir la bolsa, pero lo hice con demasiada fuerza, y todo su contenido salió volando y acabó desparramado por el suelo, las sillas y nuestra ropa.

-Pueees… no, ya no quieres.

El rio. La recepcionista me lanzó una mirada asesina, que ignoré completamente.

-Iré a por otro.

-No, no pasa nada…

Miré a mi hermano, y esperé a que él me devolviese la mirada para hablar.

-Will. ¿Cuándo me vas a contar lo que pasó el otro día?

Él suspiró y asintió lentamente. Se levantó y me hizo un gesto para que lo siguiera a un lugar apartado. Nos cruzamos con Mike, que al parecer iba a recuperar a su chica con ayuda de un paquete de M&M's. Le deseé suerte mentalmente, y me recordé reírme de él todo lo posible si no lo conseguía. Mientras, Lucas y Max se divertían a lo suyo.

Stranger Things // La Tercera de los Hermanos ByersWhere stories live. Discover now