II. DÉJAME EN PAZ

231 15 0
                                    

La mañana del día 31, es decir, Halloween, ayudé a Will con su disfraz de cazafantasmas. Él y los chicos habían quedado en disfrazarse de eso. 

-Vendrás con nosotros a por caramelos esta noche, ¿verdad? - pidió, mientras le ayudaba a ponerse la mochila. 

-Claro - aseguré -. Aunque me temo que este año no tengo disfraz. 

-Podrías volver a disfrazarte de la princesa Leia - sugirió.

-O te puedo prestar este - dijo Bob, llegando a donde estábamos disfrazado de vampiro. 

-Gracias, Bob - reí -. Pero creo que ya veré si hay algo que me sirva. ¡Mamá, Jonathan! ¡Venid a ver a Will!

Ellos entraron, sonriendo. Cámara en mano, Jonathan comenzó a hacerle una sesión fotográfica express en la que obviamente yo me colé, saliendo en un par de fotos haciendo muecas y molestando a Will.

Después de eso, mientras Will y Jonathan se subían al coche y mamá les gritaba que ella iría a recoger a Will a clase por la tarde, yo metía mi bici en el maletero. Me subí al coche también, me despedí de mamá con la mano y nos pusimos en marcha para dejar a Will en el colegio y nosotros ir al instituto. 

El timbre todavía no había tocado. Me disponía a recoger algunas cosas de mi taquilla cuando oí que me llamaban.

-¡T/n! 

Era Steve, que me llamaba agitando la mano. Estaba con Nancy. Me acerqué, sonriente. 

-Hola - saludé -. ¿Qué tal lo de ayer?

Nancy negó con la cabeza.

-Van a contratar a alguien para que encuentre a Barb - explicó -. No saben que… 

-Lo siento. 

-Tranquila.  

Se hizo un silencio. 

-¿Vas a venir a la fiesta? - me preguntó Steve para cambiar de tema. 

-¿Fiesta? - repetí, confusa.

-Sí, la fiesta de Halloween. Esta noche. Nosotros vamos a ir. 

-Lo siento, chicos, pero prometí a mi hermano que iría con ellos a por caramelos.

-Vamos, T/n. 

-De todos modos no creo que mamá me dejase ir.

-Pero, ¿qué edad tienes? ¿16?

-15. Casi 16.

-Casi 16. Deberías venir de fiesta con nosotros, no puedes estar siempre pegada a esos niños. 

-Me lo pensaré, ¿vale? 

-Muy bien. Espero verte allí. 

Nos despedimos y me fui a clase. Ninguno se dio cuenta de que Billy nos miraba desde una esquina. 

La mañana pasó con total normalidad. A la hora de irnos, Jonathan me aseguró que tenía que hacer unos recados y que no llegaría a casa hasta tarde, así que no podía llevarme. Cogí mi bicicleta y, tras despedirme, me subí y traté de pedalear. Avancé unos metros hasta que no conseguí hacer que avanzase y me caí por falta de equilibrio - todo mi peso estaba inclinado hacia un lado para comprobar qué narices pasaba. Los alumnos presentes comenzaron a reírse, mirándome y apuntándome con los dedos.

Miré en dirección a Jonathan, pero ya se había ido. Maldije por lo bajo y me levanté. La mayoría todavía se reía, aunque algunos se habían aburrido de mirar a una pringada tirada en el suelo. Iba a levantar la bici, a sabiendas de que me tocaría volver andando a casa, cuando alguien la levantó por mí. Las risas cesaron. 

Stranger Things // La Tercera de los Hermanos ByersWhere stories live. Discover now