XIII. INSOMNIO

89 5 0
                                    

De vuelta en casa de Nancy, bajamos algo de comer al sótano. Compartieron lo que habían descubierto y nosotros señalamos lo que había ocurrido en el cementerio, y en cómo Max había logrado volver gracias a la música. Decidimos que Max no se quitaría los cascos por demasiado tiempo, y que siempre andaría con ellos cerca, como medida de seguridad.

Después de comer un poco, decidí que iba siendo hora de llamar a mis hermanos. Me acerqué al teléfono, marqué el número y esperé. Repetí el proceso hasta cinco veces, pero nadie respondía la llamada.

-¿Todo bien? - preguntó Steve.

-Este trasto no funciona - me quejé -. Quería hablar con Jonathan y con Will, o con Ce, pero este… - colgué tras el último intento, en vano -. No sé qué le pasa.

-Vuelve a intentarlo más tarde - propuso -. Tranquila.

-Sí, ya.

-Oye - se acercó y me abrazó por la espalda -. ¿Estás bien?

-Sí, sí. Solo… tengo miedo. Me preocupa Max.

-Ahora está a salvo.

-No lo sabemos - me giré en sus brazos para poder mirarle a los ojos -. No tenemos ni idea. Y yo… joder, Steve, ¿y si Vecna decide venir a por mí? ¿O a por las dos? ¡A por todos nosotros! Cada uno aquí tenemos al menos un trauma que podría servirle para las visiones, y yo…

Steve puso sus manos sobre mi cara, pegándome el pelo a las mejillas y obligándome a levantar la mirada para encontrarme con sus ojos.

-Ey, ey, frena, para el carro. Te estás alterando. Vecna podrá ser un asesino, pero sigue un patrón.

-Un patrón que no siguió en los años 50. ¿Por qué? ¿Qué ha cambiado desde entonces?

-Igual ahora es más poderoso.

-No, no… no es eso. Es más poderoso, de eso seguro, pero hay algo más que no entendemos aún.

-Tranquila, ¿vale? Max está bien y a ti no te va a pasar nada. Todos estaremos bien, acabaremos ganando, como siempre hacemos.

-Sí, pero, ¿a costa de qué?

Suspiré. Steve me dio un beso en la frente e inmediatamente otro en lo alto de la cabeza.

-Vámonos a dormir - propuso.

-Vale. 

Decidimos hacer turnos para vigilar a Max mientras el resto dormía. Realmente no pude dormir muy bien, estuve en una especie de duermevela constante interrumpido en ocasiones por imágenes borrosas que pretendían ser pesadillas. Cuando Lucas me despertó, pasándome el turno de vigilar a Max, casi que lo agradecí.

Me quedé en silencio, mirando para ella. Aún quedaban unas horas para el amanecer. Al rato, noté que algo se deslizaba por mi nariz, y una gota de sangre cayó sobre el dorso de mi mano al acercarla.

Alguien me pasó un pañuelo. Era Max.

-Gracias - susurré, cogiendo el pañuelo -. ¿No puedes dormir?

-No muy bien. Tú estás sangrando. Eso es…

-Sí, ya lo sé. Pero estoy bien, no creo que sea nada.

-No podemos ignorarlo, T/n.

Sonreí. No quise darle más importancia. Ella volvió a tumbarse.

-Max - llamé.

-¿Sí?

-¿Sabes mi canción favorita?

-No lo dudes. Te tengo, tranquila. Estamos a salvo.

Stranger Things // La Tercera de los Hermanos ByersWhere stories live. Discover now