Reina del Apocalipsis

『380 al 382』

Chen Che se sorprendió pero sólo pudo tragárselo todo. Si lo hubiera sabido, no habría hecho este acto.

Chen Che sonriendo amargamente mientras abría el camino.

Las personas atrapadas en la habitación se miraron entre sí mientras la puerta se cerraba una vez más, como si no hubiera nadie en ese momento.

"¿Creen ustedes que realmente pueden salvarnos?" alguien entre la multitud preguntó dubitativo.

Después de un rato de silencio, alguien habló: "No lo sé, pero definitivamente moriremos sin ellos. Con ellos al menos tenemos la oportunidad de vivir".

De hecho, ahora sólo podíamos confiar en esas cuatro personas.

"Sí, espero que encuentren el antídoto de Wang Jiang y del Dr. Lin. Con él seremos salvos", habló alguien esperanzado.

"Me pregunto qué pasó con las personas que se llevaron", dijo de repente otra persona.

Hubo un silencio total una vez más, nadie notó una sombra que pasó por la puerta.

Yun Huan y el resto se colaron en el dormitorio de Wang Jiang. Quizás confiaba demasiado en la droga del Dr. Lin, pero Wang Jiang no tenía guardias en su puerta y tampoco había medidas de seguridad en la casa.

Wang Jiang estaba realmente de buen humor esta noche. Muy pronto, su Ciudad Luna Roja gobernaría a todos y todas las bases tendrían que inclinarse ante él.

Wang Jiang no sospechó en absoluto cuando Wang Kangting no regresó. Wang Kangting rara vez regresaba a casa y también sabía el motivo, por lo que no estaba ansioso.

Wang Jiang durmió muy profundamente, sin notar que algunas sombras se acercaban a él. Cuando finalmente se dio cuenta, había un cuchillo de fuego en su cuello.

Ante la sensación abrasadora, no se atrevió a moverse en absoluto, sino que preguntó: "¿Quiénes son ustedes?"

Wang Jiang les hizo esta pregunta pero no tuvo miedo. Apretó con fuerza su mano izquierda y esperó el momento adecuado.

"Alcalde Wang, tiene tan buena memoria, ¿cómo pudo olvidarnos ya?"

Chen Che subió las luces y Wang Jiang reconoció inmediatamente a las cuatro personas que tenía delante; eran el joven emperador Yun Huan, Lin Bai, el maestro Che y el joven maestro Qin Hanyu; tres de cada cuatro jóvenes maestros de la capital imperial se habían reunido aquí de repente.

Wang Jiang entrecerró los ojos y preguntó con calma: "Son ustedes. ¿Cómo escaparte?

Lin Bai tomó el cuchillo y continuó apuntando al cuello de Wang Jiang.

El semblante de Yun Huan era severo y sus ojos de flor de durazno estaban helados mientras hablaba: "No tienes que saberlo. Entrega el antídoto para el medicamento y cuéntanos cuál es el plan del Dr. Lin y dónde se encuentra".

Yun Huan no quería perder el tiempo hablando con Wang Jiang. No tenía tiempo que perder y quería resolver este problema rápidamente. Quería ir a buscar a su pequeño lo antes posible.

Anteriormente, quería encontrar a Qin Yi después de obtener el núcleo de bestia hombre bestia de rango nueve. Incluso si Qin Yi estuviera sano y salvo en este momento, Yun Huan todavía estaba preocupado. Quería que Qin Yi tuviera el núcleo de la bestia para que ella fuera más estable.

Pero con este problema presente, quedó atrapado en él y obviamente no podía irse solo. Además, todavía estaba pensando en ese núcleo de bestia de rango nueve.

Wang Jiang se enojó pero había miedo en sus ojos. "Ustedes deberían haberlo dicho. Mientras no me mates, todo se puede discutir. Os lo diré chicos".