Capítulo 59: Dualidad

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Los hermanos Lan sintieron que habían reparado un poco del honor a su secta con la muerte de quien dirigió el asedio.

—Wanji, cuando recuperemos el Receso de las Nubes, haremos un verdadero altar a nuestros ancestros. —Dijo Xichen con solemnidad en su voz, pensando en los innumerables caídos después del asedio de Wen Chao.

—Así será, hermano.

La batalla continuaba, así que ellos debían de continuar también. Se dividieron el sector. Lan Zhan se dirigió hacia la montaña con un grupo de discípulos de las diferentes sectas para proteger la Montaña Ancestral donde se encontraban los sanadores, los heridos y los no combatientes. Mientras que, Xichen, como líder, marchó hacia los bosques para detener a los grupos más fuertes.

Ahí encontró a Jiang Cheng, moviéndose tan desenvuelto y flexible. Usando las dos armas espirituales al mismo tiempo. El omega estaba peleando con tres alfas a la vez. Pero, otro Wen pretendía atacarlo por la espada en silencio. Xichen saltó rápidamente y eliminó con su espada a ese discípulo Wen. Tomó a Jiang Cheng de la cintura y saltó con él sobre la rama de un árbol. Desde ahí, sacó a liebing para eliminar a todo el grupo.

—Xichen...

El aroma a lotos de Jiang Cheng se expandía gradualmente, intentando intimidar a los que buscaban atacarlo, pero, para Xichen, ese aroma solo podía encender su pasión y desenfreno. Esa tarde, había sentido el pánico de perderlo. Y, hace unos instantes, ni siquiera lo pensó, simplemente eliminó a quien pretendía dañarle. Iba más allá del raciocinio, del entendimiento y de la moral.

Sus miradas se encontraron, ambos respiraban agitados, sus cuerpos estaban muy cerca, casi rozándose íntimamente. Xichen desapareció a liebing, enfundó a shouyue. No quería pensarlo, solo necesitaba saciar ese impulso desenfrenado por Jiang Cheng, por su omega.

—¿Xichen? —Exhaló el omega, también perdiendo su razón.

El alfa, solo tenía algo en mente. En ese instante, no podía ser detenido por nadie. Tomó a Jiang Cheng de la cintura como deseó hacerlo desde que lo vio de vuelta y lo atrajo a su cuerpo. Sus alientos se entremezclaron. El agarre del alfa guardaba posesividad, como si quisiera aclarar al mundo y al omega su pertenencia mutua. Bajó su cabeza e hizo que sus labios se encontraran en un beso.

Con ese primer toque, los cuerpos de ambos ardieron. Todas las emociones, todo el amor y la pasión les llenó, olvidándose de todo lo que les separaba. Jiang Cheng estaba eufórico por el momento, así que, correspondió el beso y se aferró con una mano a la nuca de su alfa. Sus labios se removieron el uno contra el otro. La boca del omega se resistía a la conquista, lo cual solo provocaba que el alfa atacase con más fuerza, que ingresase su lengua, succionara sus jugos y lo apretara más contra su cuerpo. El beso terminó, pero sus frentes se quedaron juntas.

—Mataste a Wen Chao—Susurró Jiang Cheng con la respiración agitada.

—Lo hice. —Respondió el alfa para luego suspirar, por la perfecta sensación que le llenaba al tener a su omega en sus brazos.

—Bien hecho. —Jiang Cheng mientras acariciaba las mejillas del alfa. — Cada vez estamos más cerca de ganar esta guerra.

Pronto, más discípulos Wen llegaron. Wen Chao no mentía, Wen Ruohan quería enterrarlos a todos ahí mismo, ese día sin falta.

—Toca a Liebing para aturdirlos y yo usaré a zidian. —Propuso Jiang Cheng sin alejarse del cuerpo de su alfa.

Xichen asintió. Besó nuevamente a Jiang Cheng y luego lo dejó ir. Tomó a liebing y comenzó a tocar para repelar y aturdir a todos los Wen que llegaban. A la misma vez, Jiang Cheng se movía majestuoso al ritmo de liebing, mientras, con su látigo, hacía caer a todos los discípulos Wen de sus espadas, solo para terminar rematándolos con su espada.

Betrayal LoveWhere stories live. Discover now