Capítulo 58: Todo comienza y termina en Gusu

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—Asegúrate que las barreras estén intactas. Debemos prevenir que haya un nuevo ataque. —Pidió Wei Ying. Ninguno lo manifestaba, pero Xue Yang se terminó convirtiéndose en su segundo al mando en el cultivo demoniaco. Y es que todo lo correspondiente al cultivo demoniaco no podía ser encargado a otra persona. —No quiero que le pasa algo a las personas inocentes de Yilling.

—Sí, princesa, te dejo con tu príncipe. Iré a traer a tu esposo principal. —Se burló el alfa. De un saltó, llegó al tejado, para luego salir de la residencia volando sobre su espada.

Las últimas palabras silenciaron a Wei Ying y Lan Zhan. Ambos recordaron la realidad que les rodeaba. El alfa retomó su música, se mordía el labio inferior. Aunque estaba nervioso porque Wen Ning llegaría a ocupar su lugar como marido de Wei Ying, intentó que eso no se mostrara en su música.

El omega también se sentía tenso. Había sido injusto en muchos sentidos con Lan Zhan. Aunque habían sido amigos desde pequeños, siempre sus formas de pensar habían sido tan diferentes y los caminos que planearon también lo fueron. Y la realidad solo se empeñó en demostrarle que no estaban destinados a estar juntos. Cerró los ojos, dejando que su núcleo absorbiera aquella energía. Podía sentir la energía de Lan Zhan alimentando su núcleo espiritual, haciéndole sentir cálido, protegido y poderoso. Era irónico, pues Lan Zhan era del elemento opuesto, pero el alfa estaba esforzándose en esa canción e intentar curarlo por completo. Hacía tanto tiempo que no se permitía sentirse tan protegido. Si algo le había quedado claro tras estas dos batallas era que Lan Zhan tenía sentimientos tan profundos por él. Le asustaba, le tentaba a pedirle que se quedara a su lado. "Solo que no sería justo para Lan Zhan, pero, tampoco es justo no dejarle tomar una decisión. Lan Zhan ha dejado de ser un niño en esta guerra", pensó.

—Es suficiente, Lan Zhan, tú también debes descansar. —Interrumpió Wei Ying, preocupado por el alfa. —Tu energía tampoco es ilimitada y ya estoy repuesto.

La espalda comenzó a dolerle por estar recostado en el césped, así que intentó levantarse. De inmediato, cayó con un golpe seco al suelo. Las fuerzas aún eran nulas. Río nerviosamente. No quería causar más molestias al alfa, así que no dijo nada.

Luego de unas tonadas más, Lan Zhan dejó de tocar, observó a Wei Ying aplastado en el césped, guardó su gukin e hizo ademán de acercarse.

—Está bien, estoy muy cómodo aquí. —Intervino el omega al instante.

Sin embargo, el alfa no dijo nada, se levantó y lo tomó en brazos con facilidad. Wei Ying se sorprendió. El alfa no parecía hacer esfuerzo alguno al cargarlo estilo nupcial.

—¿Lan Zhan? —Preguntó nervioso. Estaba demasiado cómodo en sus brazos.

—¿Dónde se encuentra tu habitación? —Se limitó a preguntar el alfa con ese rostro impasible que le caracterizaba.

El omega tragó en seco. Por alguna razón, aquella voz sedosa preguntándole aquello le hizo sentir aún más nervioso. Sonaba como un amante en busca de la cámara nupcial. Wei Ying se culpó de pensar aquello. Se suponía que no quería arrastrar a Lan Zhan a sus conductas inmorales.

"Wei Wuxian, en un momento piensas tan profundo como un sabio de mil años y en otros te estremeces como un adolescente inexperto", se dijo.

—Necesitas descansar como es debido. —Continuó Lan Zhan con un tono de voz preocupado.

Se sintió enternecido por ello. Así que no intentó alejarse y se acurrucó en los brazos del otro.

—Está en el ala izquierda de la Residencia Principal. —Respondió.

Lan Zhan lo llevó entre sus brazos acunado, apegado a su pecho. El omega no pudo evitar sentir como el cuerpo del alfa se había endurecido en esos meses. Posiblemente, las batallas y el entrenamiento habían hecho que el cuerpo de adolescente del alfa empezara a madurar. Alzó la mirada hacia el alfa y se encontró con la de él. En sus ojos no había desprecio ni asco, sino cuidado y preocupación, pero también cierto nerviosismo, quizás tristeza. Quería sanar esa tristeza, pero tenía miedo de que sus acciones solo le causaran más tristeza.

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