Capitulo # 114

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En las Mazmorras,  específicamente en la clase de pociones de los últimos años, era el último día de clases, ya nadie quería estudiar.

-¡Papá,  por favor! - pidió el pequeño  rubio con ojitos suplicantes - no tengamos clases hoy, mejor hagamos un picnic de despedida 

Draco suspiro derrotado... ¡esta bien! La verdad tampoco tenía ganas de dar clases. ¿Y bien como nos dividiremos las tareas? - preguntó 

- Tú tranquilo, ya todo esta listo cerca del lago negro, adelantate que ya vamos nosotros.

Draco se extraño por la petición de su hijo, pero no dijo nada. Se quitó la túnica,  se recogió las mangas de su camisa y salió hacia allí. 

Mientras  avanzaba, vio a una dama arrodillada que acomodaba una canasta de comida... se parece a mi castaña - pensó .

El corazón le latía emocionado, quería correr hacia alli, pero sus piernas no le respondían. Como pudo llegó hasta ella.

Hermione  al verlo se lanzó a sus brazos, perdieron el equilibrio y cayeron juntos al piso. A Draco no le importó el golpe que se dio, solo quería acariciar su rostro y besarla.

- ¡Soy yo, soy yo! - repetía riendo la castaña al sentir las caricias de su rubio.

-¡Gracias,  gracias por perdonarme! - replicó el rubio mientras besaba su nariz, ojos y labios.

- No tengo nada que perdonarte,  si tú no has hecho nada, mi amor 

-Perdóname tú a mi, por hacerte llorar cuando nos veías en los pasillos a mi y a Ron.

- Dijiste que no recordabas eso - refutó confundido.

Ron me dió sus recuerdos...

- ¡Oh ya!. Olvidemos el pasado. Solo quiero vivir este presente y el futuro contigo, hasta que la muerte nos separé.

-¡Yo te seguiré amando hasta después de la muerte! - exclamó la castaña.

-¡Te amo, castaña!

Hermione sonreía enternecida, sabes tu voz siempre retumbaba en mi memoria, soñaba con ella, tus palabras se repetían una y otra vez.

A los pocos minutos llegaron los chicos, las niñas Rose, Kassy y Pandora reían emocionadas.

-¡Tia…! - gritaban sus sobrinas ¡Que hermosa te ves! ¡Me encanta tu vestido! 

Los chicos palmeaban la espalda del rubio, felicitándolo por su buen gusto. 

-¿Y cuándo se casan? - preguntó Frank con una sonrisa 

-¡No seas imprudente, cabezón - le dijo Alexander dándole un golpe suave en la cabeza.

-¡Auch, grosero! - refutó Frank ¡Esto lo sabrá mi padre! 

-Ja,ja,ja - rieron todos los menores al recuerdo del dueño de esa frase. Que a pesar de que no le gustó la burla, terminó por ceder y compartió el divertido momento junto a su novia.

 -¿Pero tu padre no causa tanto miedo, como el abuelo Lucius? - cuestionó Scorpius arrogante mirando a los demás de la misma manera que el difunto.

-No subestimen al tío Nev - refutó Kassy en su defensa - recuerden que si necesita defenderse la espada de Griffindor aparecerá para ayudarlo, así fue como destruyó a Nagini.

-¡Sí, ya sabemos que tu suegro es un héroe de guerra, morenita! - se burló Fred II. 

-¡Gracias rojito! - resopló rodando los ojos sarcástica.

-Ya dejen las burlas y vamos a comer, muero de hambre - refutó una conocida voz infantil sentándose frente a los adultos.

Hermione lo abrazó y lo besó a su gusto. Su pequeño era muy inteligente. 

-¡Mamá, detente por favor! Me estás avergonzando.

Hermione se levantó y tomando la mano de su novio para hablar apartados de los jóvenes, suspiro - ya mi pequeño creció, Draco - susurró 

-No te preocupes castaña, si quieres podemos seguir practicando hasta que salga uno o dos...los niños que Merlín quiera.

Sin más no recuerdo, quedamos que tú escogerías el nombre del niño, porque yo ya escogí el nombre de la niña. No me ha cumplido la tarea, srta. Granger. Pensaré que castigo le impondré. 

-Si el castigo consiste en seguir practicando, yo me apunto feliz, profesor Malfoy - respondió Hermione mirándolo pícaramente.

-¿Tu casa o la mía? - preguntó desesperado.

Se miraron tomándose de ambas manos y desaparecieron ante la vista de los adolescentes. 

-¡Bon Appetit! - susurró Neville mirando desde la ventana de su despacho. 




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