Capítulo # 90

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Luego del desayuno, los jóvenes se despidieron de los adultos y se fueron al campo de Quidditch para volar en sus escobas. 

Scorpius llevaba a Rose en su nueva escoba, regalo de su abuelita. Descansaba su barbilla en el hombro de su novia. 

Huguito jugueteaba junto con Cornac II volando en círculos o haciendo mini carreras atrás de una snitch, regalo de su tío Harry. 

Narcisa leía unos de sus libros favoritos cerca de la chimenea. Mientras Draco revisaba algunos exámenes de sus alumnos en la biblioteca. 

A los pocos minutos una juguetona nutria entró por la ventana, y dejó un corto y escueto mensaje… <te amo, Draco Malfoy>

El rubio sonrió enternecido, volteo a ver a su madre, quien sonreía cómplice y sin esperar su respuesta tomó polvos flu para aparecerse en El Caldero Chorreante. 

Hannah lo recibió, acompañándolo a la suite de Hermione, afuera se encontraban sus custodios, James y Louis. Ambos saludaron a Draco con un apretón de manos haciéndose a un lado para dejarlo entrar. 

La castaña lo recibió muy alegre y se colgó de su cuello como una colegiala, Draco sonrió sobre sus labios, se habían complementado tan bien que no necesitaban palabras para saber lo que el otro quería o necesitaba. 

El rubio levantó sus piernas para que se abrazara a su cintura y mientras regaba besos húmedos por su barbilla y cuello los llevó hasta la habitación para amarse sin contemplaciones. 

Así pasaron la tarde, entre besos y ambrosías traviesas, se olvidaron del mundo y sus alrededores, solo les importaba su amor, su felicidad que compartían al estar juntos. 

Mientras aún estaban acostados en la cómoda cama, Draco hacia círculos en la piel de Hermione, ella sonreía, disimuladamente preguntó - ¿Así que cuantos hijos estamos buscando tener, 1 o 2?

Draco rio en respuesta… uhmm…¿ se podrá hacer 2 de una sola vez?... Un niño rubio ojos grises, una niña rubia ojos marrones… 

-¿Y como los llamaremos? - cuestionó la castaña, yo elegiré el nombre de nuestro hijo y tú de nuestra hija ¿Estás de acuerdo? 

- Si, mi dueña y señora - Draco dijo en respuesta, pero no tengo que pensar mucho, la he deseado tanto que ya lo tengo, se llamara Lyra Narcisa Malfoy Granger. 

-Me gusta su nombre, será tan fuerte y decidida como su abuela, e inteligente, testaruda, me tendrá a sus pies con solo una mirada, como su madre.

Ahora fue el turno de Hermione para sonreír, me lo tendré que pensar porque debemos seguir la tradición de los Black. 

- De acuerdo, mi sabelotodo sexy, yo también te amo, mi felicidad será completa cuando nos casemos y seamos bendecidos por Merlín con nuestros gemelos. 

A regadientes se levantaron para cenar, sus cuerpos les pedían descanso y alimento para recuperar fuerzas, su fin de semana había sido muy movido, de seguro pronto tendrían respuesta de sus anhelados gemelos.

No obstante, Donovan le seguía los pasos a Hermione, a pesar de considerar un inútil a Pucey, este se había convertido en un cómplice fiel a la hora de investigar los secretos del Ministerio,  entró como un cliente más al Caldero Chorreante para beber una cerveza de Mantequilla, así investigaria sin levantar sospechas, los movimientos extraños del lugar para preparar el secuestro de la odiada Heroina de Guerra.

Escondido en su capucha observó a los aurores descender de manera cautelosa hacia las cocinas, a pesar de vestir ropa muggle, uno de ellos ya era muy conocido, por los presos de Askaban... James Potter, hijo mayor y mano derecha del Jefe de aurores del Ministerio. Lo que hacía suponer que estaba ahí por una misión especial, que no era otra que proteger la vida de Hermione Granger.

- Pronto veremos que también la sabes defender, muchacho - pensó Donovan con su mirada oscura mientras salía del bar rumbo a las mazmorras de Fletcher Manor.









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