Han pasado 20 años desde que la vio por última vez, ahora como profesor de Pociones en Hogwarts, requiere la presencia de las representantes de 2 de sus estudiantes, por una falta que a pesar de no
considerarse tan grave para los jóvenes, requiere i...
Hermione invocó su toalla para taparse, situación que causó gracia entre las presentes ¿De qué se ríen? — preguntó seria.
— ¡Por Merlín, Herms! — exclamó Ginebra en respuesta — por gusto te cubres si todas tenemos lo mismo — solo que unas tenemos una o dos cositas mas grandes.
— Ja, ja, ja — resonaban las risas de sus nuevas amigas en su dormitorio.
— Perdóname amiga — dijo la pelirroja respirando profundamente — hemos venido a invitarte a la "Primera Reunión del Ciirculo Rojo y Verde" que se llevará a cabo en la Mansion Malfoy porque ingresará una nueva miembro, Narcisa Malfoy.
Todas se quedaron calladas a la expectativa de la respuesta de la castaña.
Hermione suspiró recordando ese tenebroso lugar, y ese oscuro salón. Luego su memoria le alertó de los cambios que hizo después Narcisa saliendo la noticia en los periódicos, poco después del nacimiento de Scorpius — Esta bien, iré — respondió. ¡Me dejan vestirme por favor!
— Claro, Granger te esperamos en el salón — dijo Pansy empujando a Ginny y a las demás para darle privacidad.
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Blaise y Nott llegaron casi al mismo tiempo a Malfoy Manor, apareciendo en el despacho del rubio, luego llegaron Harry con George.
Los caballeros se sirvieron Wiskey de fuego como era su constumbre, mientras charlaban de los últimos acontecimientos.
— Supe que tuviste un mal rato con cierta jugadora de Quidditch en el Caldero Chorreante — aseveró George levantando las cejas — no me digas que ahora de viejo te le niegas a las mujeres hermosas.
— El próximo que me diga viejo, lo hechizo — amenazó Draco resentido — el hecho que este solo no quiere decir que me voy a revolcar con una cualquiera — ademas esa jugadora es la novia de tu hermano, si ya lo olvidaste, George.
El pelirrojo suspiró cansado — esa mujer no es novia del tonto de mi hermano — más bien es la amante de todo el equipo, pero él es necio y le cree sus mentiras — terminó de explicar George haciendo un ademán con las manos.
— ¿Sus esposas están con mi madre en el salón? — preguntó el rubio curioso.
— No, están en casa de Hermione — respondió Theo — se fueron todas para traerla a rastras si es necesario.
— Claro si no las hechiza primero — refutó Harry divertido — porque cuando ella dice que no, y la obligas... mejor es huir — espero que Theo pronto le encuentre ese "soltero Sly" para que controle su fuerte temperamento — concluyó levantando las cejas.
Draco que entendió la indirecta tardía de Harry sonrió.
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Despues de 10 minutos salió Hermione arreglada y con su cabello suelto y ligeramente alisado. Llevaba un vestido verde de coctel con tirantes y sandalias plata de apenas 5 cms. Muy cómodas y elegantes.
Tomó su capa y cartera del perchero y junto a las demás brujas desapareció por la chimenea.
Al llegar fueron recibidas por Stuart, quien las llevó hasta el salón Azul para que saluden a su ama Narcisa.
— Llámeme Hermione por favor — pidió la castaña tomando asiento junto a ella.
Narcisa como buena anfitriona sirvió té a las damas presentes, cada una se fue sirviendo los pastelitos. Mientras reían y conversaban los últimos acontecimientos del día. Ya que el rechazo del rubio causó admiración en las mujeres y celos en los demás magos.
A los pocos minutos, Stuart se apareció en el despacho, y acercándose a los magos les dijo — las damas acompañadas de la sra. Granger están en el salón azul, haciendo una reverencia desapareció.
Todos se pusieron de pie para ir a saludar al fin a sus esposas y amigas.
Draco saludo a todas con un beso en la mejilla, dejando a Hermione hasta el final. Estaba nervioso y no sabía si ella aceptaría que también la bese.
Hermione se sentía igual, pero supo demostrar lo contrario.
Cuando fue su turno de saludarse. Draco tomó su mano derecha y le beso los nudillos mientras la miraba a los ojos. Hermione se ruborizo como una adolescente y sin pensarlo mucho le acaricio la cara con su mano libre. Ambos sonrieron, perdiéndose en la mirada del otro por breves minutos.
