Capítulo # 86

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Luego de que su amada Hermione fuera escoltada por sus custodios hasta su casa, Draco y su madre subieron a descansar. 

El rubio tomó un relajante baño, se secó con magia y se colocó la pijama, nervioso miraba hacia la puerta de su dormitorio, su madre aún no lo había retado. 

Se recostó en su cama, para recordar lo acontecido, pero ni bien su cabeza tocó la almohada se quedó profundamente dormido. 

Loren lo observaba en silencio, mientras lo cubría con su edredón y apagaba la tenue luz de su lamparilla. 

-El joven Draco, ya duerme ama - aseveró la elfina y haciendo una reverencia desapareció. 

A la mañana siguiente, Stuart se apareció en la habitación de Scorpius para recordarle el desayuno en la torre Malfoy. 

-Dile a mi abuelita que iré en unos minutos - dijo el pequeño rubio mientras se peinaba a conciencia, quería lucir guapo para su pelirroja. 

-La señorita Rose y el amito Hugo ya están listos, lo esperan en la torre. 

Scorpius se apresuró. Alexander que apenas levantaba la cabeza de la almohada lo miró sorprendido - ¡vaya, vaya, que bien te ves! ¡Los milagros del amor! 

-¡Calla y duérmete, no tengo tiempo para tus juegos y burlas - refutó el rubio molesto saliendo apresurado de su habitación. Se había demorado y mucho. 

Loren lo esperaba afuera de las mazmorras, lo tomó de la mano para aparecerlo en la puerta de la torre… gracias Loren - agradeció Scorp con una sonrisa. 

Fue recibido por Stuart, y se sentó apresurado junto a Huguito, quien lo miraba divertido mostrándole el reloj. 

-¡Llegas tarde! - exclamó Draco bajando las escaleras ¿Qué excusa me darás? 

-Calla hijo, no lo avergüences - reprochó su madre con un puchero - no ves que se demoro porque quería estar bien peinado para Rose. 

Draco lo miró divertido y dijo - si ya veo, pero la cita no era con Rose sino conmigo. 

-Papá, por favor - pidió Scorp sonrojado - me estas avergonzando. 

-Lo siento, lo siento - se disculpo Draco. El motivo de este desayuno es para pedirles a Rose y a Hugo nos permitan ser parte de su familia, a mi, Scorpius y a mi madre. 

Huguito tomó la palabra y respondió - gracias por tomar en cuenta nuestra opinión, profesor Malfoy, estamos felices mi hermana y yo que haya decidido cortejar a mi madre. Ella se merece un buen hombre que la ame y la valoré. 

Draco sonrió en respuesta. No es necesario que me digas Profesor Malfoy en privado, puedes llamarme Draco - pidió 

Huguito tomó la mano de Narcisa y sonriendo preguntó - ¿puedo llamarte abuelita Cissa?. 

-Sí, claro que sí - Narcisa dijo emocionada levantandose de la mesa para abrazar a su Huguito. 

Rose estaba feliz y aunque era abrazada por su amado Scorp, no pudo evitar que una lagrima traviesa se escurriera por su mejilla. 

Recordaba los tiempos compartidos con su madre y hermano, su padre siempre ausente en todas las fiestas navideñas, cumpleaños. Por más que buscaba entre sus recuerdos, no recordó un aniversario feliz, su padre nunca lo recordaba. 

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