Betrayal Love

Capítulo 44: Amores y venganzas

El líder Nie se echó a reír. Si su mirada pudiera asesinar, en ese instante habría decapitado a sus dos hijos. Gruñó con fuerza, dándose cuenta de la mirada altiva de su hijo menor. Todo eso había sido ejecutado por ese pequeño omega, era parte de su venganza. En otras circunstancias se sentiría orgulloso de hábil y manipulador que podía ser el omega, eran buenas habilidades para un omega tan débil como él; sin embargo, a su parecer, también había pecado de inmaduro.

—¿Es así entonces? —Resopló. — Pues quiero ver cómo el nuevo líder afrontará la guerra que se nos viene.

Mingjue tragó fuerte. Era consciente de que la guerra con los Wen llegaría pronto. En ese instante no previno que le llegaría en unas horas, pensó que aun tendría tiempo para prepararse.

—Lleven a padre a la residencia más lejana. Su cultivo será sellado y vivirá encerrado en esa residencia.

Uno de los miembros más antiguos de la secta Nie se acercó al líder bloqueando sus puntos de fuerza. El líder cayó y su sable con él.

Se llevaron al líder a su nueva residencia. Huaisang estaba disfrutando el momento. Finalmente, todo caería en equilibrio. Ahora que su hermano era libre, A-Yao volvería y podrían ser una familia por completo. No era necesario que el plan restante de A-Yao continuará. En ese entonces, era como Meng Yao mencionó, Huaisang era demasiado inocente todavía. Aun soñaba con una vida sencilla en el Reino Impuro, consintiendo a sus numerosos sobrinos, ya no necesitaba casarse para huir, ahora estaría seguro bajo la protección de su hermano mayor.

Unas horas después, justo cuando iba a empezar la ceremonia oficial de reconocimiento de Mingjue como líder Nie, innumerables banderas del sol se avistaron en los cielos y en la tierra. Los cultivadores de la secta Wen rodearon el Reino Impuro en minutos. Era evidente que habían estado esperando ese instante de debilidad.

El caos se desató por completo. Los discípulos comenzaron a correr confundidos, algunos pensando que era mejor liberar al viejo líder. Los Wen no tuvieron que tomarse demasiado tiempo en romper la barrera con su poderosa magia de fuego. Siendo los Nie del elemento tierra y dada la práctica del sable, no eran diestros en el manejo de fuertes barreras como los Jiang o Lan. Siempre confiaban en su fuerza física. Aun así, que supieran perfectamente los puntos débiles del Reino Impuro solo indicaba que alguien había vendido la secta.

De repente, ese grupo de subordinados, antes servidores de Madam Nie que habían ayudado a Mingjue a hacer caer a su padre, se voltearon contra ellos. Había sido una trampa, una forma de buscar venganza para su antigua ama. Huaisang se dio cuenta que había caído en la trampa de esa mujer que aun muerta le traía desgracias: Madam Nie había ordenado sus subordinados buscar la caída de la secta Nie si ellos permitían su muerte. Estos se habían unido a la secta Wen y habían fingido ayudar a Mingjue. Todo resultó cómo planearon, habían obtenido la confianza de Mingjue y ahora le daban la estocada final.

Los miembros más débiles como las consortes, ancianos del consejo, sirvientes corrían asustados por todos lados, siendo masacrados sin control. Huaisang perdió su semblante, se puso pálido y tembló visiblemente viendo como personas que conocía caían muertas con los cuellos abiertos. Mingjue le sujetó de los brazos y lo empujó hacia su segundo al mando.

—Huaisang, debes huir, esconderte con los demás ancianos y los consortes que no saben pelear.

Huaisang solo pudo ver la espalda de su hermano antes de ser custodiado por la beta fiel de su hermano hacia la intricada red subterránea del Reino Impuro. Se suponía que ahí se refugiarían, a la vez que buscarían una salida. Tembló, por momentos se cayó, siendo levantado por el beta. Por primera vez sintió el terror. Varios movimientos se escucharon en la parte superior. A-Yao le había advertido que los Wen aprovecharían si les daba una oportunidad, y él había presionado a la caída de su padre y el ingreso de la secta de la difunta Madam Nie. Y eso solo los volvió un blanco fácil para los Wen. Ahogó un grito y continuó corriendo con algunos pocos miembros del clan que habían podido encontrar el subterráneo. No sabía qué hacer, no encontraba una salida para esa situación. ¿Acaso moriría? ¿acaso su hermano caería en batalla?