Mo Shiyun no quería tener más encuentros con Jian Yiling.
Hoy sólo quería acompañar a la señora Qian en el banquete. Quería evitar a Jian Yiling tanto como pudiera.
Y así, Mo Shiyun retiró su mirada de Jian Yiling. Sonrió a las damas que estaban frente a ella.
La conducta de Mo Shiyun era natural, desenfrenada y educada. Además, con la Sra. Qian hablando por ella, todos sus interlocutores tenían una buena impresión de ella.
Poco después, el individuo clave del día llegó frente a la multitud. Esta persona era Qin Chuan.
Qin Chuan iba vestido con un traje gris claro. Su forma de vestir le hacía parecer una élite del mundo de los negocios. Todos los presentes en el banquete no pudieron evitar exclamar en sus corazones que, aunque Qin Chuan era un hijo ilegítimo, seguía teniendo el aspecto y la presencia de un aristócrata. Era cierto que los dragones daban a luz a dragones y los fénix a fénix. Aunque Qin Chuan no creció en la familia Qin, seguía pareciendo bastante capaz.
También había una mujer joven pero capaz que acompañaba a Qin Chuan.
Iba vestida con estilo y parecía increíblemente elegante.
Después de ser presentada, se reveló que esta joven no era otra que Qin Yufan. Era la hermanastra de Qin Chuan y la única hija de la familia Qin en la capital.
Este año, Qin Yufan tenía dieciocho años. Era sólo un año más joven que Qin Chuan.
En términos de nacimiento y apariencia, podía ser considerada la mejor de las mejores.
Por ello, la curiosidad de la multitud creció.
Si Qin Chuan no existiera, entonces Qin Yufan sería la única heredera de la familia Qin.
Sin embargo, ahora que Qin Chuan apareció de la nada, le quitó su posición de heredera. Si uno mirara la situación, asumiría que Qin Chuan y Qin Yufan eran enemigos.
Sin embargo, hoy, ella había acompañado a Qin Chuan al banquete. Parecía que lo reconocía oficialmente como miembro de la familia Qin.
En el momento en que Qin Yufan apareció, la atención de todos se dirigió a ella.
Ellos, los aristócratas ordinarios de Ciudad Hengyuan, no podían compararse con la familia Qin de la capital.
Frente a Qin Yufan, las damas de Ciudad Hengyuan sólo podían ser vistas como gente corriente.
Jian Yiling tampoco era rival para Qin Yufan. Sólo era una pequeña princesa en Ciudad Hengyuan.
La conmoción de la multitud hizo que Jian Yiling se fijara en Qin Yufan.
Conocía a Qin Yufan porque había leído la novela original. Qin Yufan desempeñaba un papel más importante que ella en la novela original.
Estrictamente hablando, Qin Yufan era también la villana de la novela original.
Mientras la atención de todos estaba puesta en Qin Yufan y Qin Chuan, llegó otro invitado.
Eran Zhai Yunsheng y Yu Xi.
Tan pronto como Zhai Yunsheng apareció, surgió más conmoción entre la multitud.
Como la familia Qin organizó un banquete en la ciudad de Hengyuan, una de las primeras personas a las que entregaron la invitación fue Zhai Yunsheng.
Aparte de la familia Zhai, la familia Qin no tenía en cuenta a ninguna otra familia de Ciudad Hengyuan.
Sólo la familia Zhai era más o menos comparable a la familia Qin. Y por lo tanto, tenían que ser invitados al banquete.
En cuanto Zhai Yunsheng entró en la sala, la mitad de la atención se desvió de Qin Chuan y Qin Yufan.
Este hombre era demasiado deslumbrante.
Zhai Yunsheng seguía vestido de manera informal hoy. Tenía las manos en los bolsillos del pantalón.
Sin embargo, a diferencia del aura recta y recta de Qin Chuan, Zhai Yunsheng desprendía una sensación extraña. Se sentía como si fuera bueno y malo a la vez.
Los ojos de Qin Yufan se detuvieron en Zhai Yunsheng en cuanto apareció. Luego, sus ojos no se apartaron de él.
Zhai Yunsheng le gustaba desde hacía mucho tiempo. Esta vez, vino a la ciudad de Hengyuan por Zhai Yunsheng y no por su hermanastro.
Yu Xi fue el primero de las dos en encontrar a Jian Yiling en un rincón del banquete. Comenzó a caminar hacia ella sin pensarlo.
Cuando Zhai Yunsheng vio a Yu Xi caminar hacia Jian Yiling, también lo siguió sin demora.
Los dos acababan de llegar a Jian Yiling cuando Qin Yufan también se acercó.
