Durante la noche, Jian Yiling se despertó de repente en mitad del sueño. La había despertado un sueño.
Era el mismo sueño otra vez. Era la tercera vez que soñaba lo mismo.
Jian Yiling abrió la puerta de su habitación de estilo japonés y contempló el patio japonés.
El diseño del patio era increíblemente elegante. En ese momento, la luz de la luna iluminaba todo el patio.
En el patio, Jian Yiling vio a Zhai Yunsheng. Por alguna razón, él también estaba despierto.
Jian Yiling se acercó a Zhai Yunsheng.
Cuando Zhai Yunsheng vio a Jian Yiling en kimono, se sorprendió bastante.
"¿Por qué tampoco estás dormida?" Zhai Yunsheng preguntó a Jian Yiling.
"Me dijiste que no fuera un conejo. Sin embargo, ¿intentas serlo?". Jian Yiling respondió en voz baja. No respondió directamente a la pregunta de Zhai Yunsheng. En cambio, lo acusó de ser 'indulgente consigo mismo y estricto con los demás'.
Zhai Yunsheng se rió ligeramente antes de responder: "¿No sabes que los lobos se esconden de día y salen de noche? Son nocturnos".
"Nunca he visto un lobo tan débil", respondió Jian Yiling. Lo dijo tal cual.
"¿Me estás llamando débil?" Preguntó Zhai Yunsheng. Había una luz peligrosa en sus ojos.
"Mhmm", respondió Jian Yiling. No se sentía intimidada por el aura de Zhai Yunsheng en absoluto.
Zhai Yunsheng se encontró incapaz de discutir con esta niña frente a él.
Hmmm... Bien. Entonces será un lobo muy débil.
Entonces, Jian Yiling preguntó a Zhai Yunsheng: "¿Por qué no estás dormido?"
Los ojos de Zhai Yunsheng estaban fijos en el jardín mientras respondía: "Mis padres vinieron aquí antes".
Esta respuesta fue inesperada.
Resultó que había una razón oculta detrás de por qué Zhai Yunsheng decidió venir con ellos al balneario.
Jian Yiling miró a Zhai Yunsheng que estaba sentado. La luz de la luna le hizo ver la soledad en sus ojos que había ocultado durante el día.
"No estés triste". Jian Yiling dijo en voz baja. Todavía no sabía cómo consolar a la gente.
Zhai Yunsheng se burló antes de decir: "¿Te preocupas por mí?"
La chica que tenía delante siempre había sido sincera. Incluso se atrevió a llamarlo débil. Por lo tanto, él sabía que ella nunca le mentiría. Incluso si estaba preocupada por él, no le mentiría sólo para consolarlo y hacerlo sentir mejor.
"Mhmm."
Esta vez, la respuesta de Jian Yiling fue inesperada.
Zhai Yunsheng giró bruscamente la cabeza para mirar a Jian Yiling.
La luz de la luna caía sobre su pequeño y pálido rostro. Pudo ver la expresión de su rostro con increíble claridad.
Esta respuesta afirmativa arrojó una pequeña piedra en el lago del corazón de Zhai Yunsheng.
En sus diecinueve años de vida, había escuchado innumerables palabras de preocupación y consuelo.
Sin embargo, sólo ésta era la más sencilla, directa y sincera para él.
La mayoría de la gente se preocupaba por él porque era el único nieto de la familia Zhai.
Y los demás se preocupaban por él porque temían que su muerte les trajera todo tipo de problemas y desastres.
A los ojos de esa gente, él no era Zhai Yunsheng. Sólo era una bomba de relojería. Una bomba a la que temían y temían.
Sin embargo, Jian Yiling era diferente. Ella simplemente estaba preocupada por él.
"Pequeña, sabes que si no vuelves a tu habitación ahora mismo y duermes, te convertirás en un conejo".
Jian Yiling miró a Zhai Yunsheng con confusión.
No entendía muy bien las intenciones detrás de sus palabras.
"Date prisa y vuelve a tu habitación", le instó Zhai Yunsheng.
"Entonces tú también deberías volver a tu habitación".
Tras esto, se dio la vuelta y se dirigió a su habitación.
Zhai Yunsheng observó a Jian Yiling entrar en su habitación y cerrar la puerta.
Luego, se levantó y permaneció en el jardín durante un buen rato.
Por alguna extraña razón, su estado de ánimo era mucho mejor.
La familia Jian pasó dos días y una noche en el balneario. Durante ese tiempo, se remojaron en las aguas termales, comieron buena comida y disfrutaron del hermoso paisaje.
Aunque todavía había alguna incomodidad ocasional, y aunque Jian Yunnao no pudo encontrar ninguna oportunidad para compensar a Jian Yiling por sus acciones, en general, seguía siendo un tiempo bueno y feliz.
