REINA NIA:
Sé que Lexa sabe lo que quiero, pero no sabe que tengo pensado hacer. Estaba ella en lo cierto de que no quiero la venganza por la muerte de Ontari, y yo estaba totalmente segura de que aceptaría mi enfrentamiento. Desde que maté a Costia, Lexa y yo no es que seamos muy amigas, sé que quiere mi muerte de alguna forma para así asediar su sed de venganza aunque es algo que no lo conseguirá fácilmente,ya que tengo pensado unir su cabeza junto a la de su amada Costia. A pesar de su rabia hacia mi y mi poblado tuvo que aceptar a la Nación de Hielo en la coalición para formar los doce Clanes o yo desataría un guerra contra cada Clan, para llegar al poder. Pero eso imagino que Titus lo pensó por ella, haciendo que así formemos parte de los Clanes, porque sabe que mi intención es quitarle el poder, el lugar a Heda.
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LEXA:
De camino a ver a Nia, no puedo evitar sonreír al pensar si Clarke logró encontrar la nota y cuál sería su reacción. Quiero darle espacio para poner sus pensamientos en orden, pero no se si aguantaré mucho tiempo sostener ese espacio, estoy segura de que el esfuerzo que hago para no besarle, para no unir mi cuerpo al suyo, no aguantara mucho tiempo.
La sonrisa desaparece al estar enfrente a la puerta donde tras ella me espera Nia. Verle solo me recuerda a Costia sin poder evitar pensar lo que sufrió por estar conmigo, el precio que pagó. Trato de no culparme por ello, pero el remordimiento que siento al no poder protegerla, crece en mi interior y la única forma de acabar con este peso, es quitarle la vida, hacer que su mirada desvanezca ante mis ojos. Inspiro y expiro varias veces, controlando la furia que llevo en mi interior, aprieto la mandíbula y entro sin tocar la puerta para encontrarme con Nia.
Se gira de inmediato por el estruendo que hago al abrir y cerrar la puerta. En su cara se deslumbra una maliciosa sonrisa. Yo solo aprieto mandíbula cada vez más fuerte, mirándole a los ojos.
-Vaya,vaya ¿es que ahora la Comandante se ha olvidado los modales y no sabe llamar a la puerta?- dice en tono burlesco.
--Te recuerdo que la que manda aquí soy yo y la que te está por encima de ti, soy yo.- Me acerco a ella mientras hablo. Ya no sonríe.--Me has llamado y aquí estoy ¿qué quieres?.
-Te veo tranquila para morir mañana.
--Muy tranquila y despídete bien de tu hijo, porque quizá tu único hijo muera mañana.
-Despídete tu de Clarke, mañana podré hacer lo que quiera con ella, tras tu muerte.
Al oír su nombre, un recuerdo me resultó familiar, mi corazón se estremeció y la ira reprimida iba saliendo por cada uno de mis poros.
--¡Ni se te ocurra nombrar su nombre!- Dije entre dientes mientras que mi rostro estaba a centímetros del suyo.
Nia sonríe a medias, sé que acaba de ver mi vulnerabilidad ante Clarke, soy consciente de ello y no me preocupa en lo más mínimo. Se gira dándome la espalda.
-Te veo débil Lexa, tan débil como lo estabas con Costia.
Una nube oscura cubre mis pensamientos ante sus palabras, ya no soy quién controla mi cuerpo, sino la ira. Desenvaino mi espada y me abalanzó sobre ella y como lo esperaba, ella me bloquea con su espada empujándome hacia atrás.
En cuestión de segundos cojo el control de mi cuerpo haciendo un movimiento de defensa silbando entre dientes. La puerta se abre de golpe, puedo observar que es Titus acompañado de Indra, Octavia y Clarke con guardias a sus espaldas, pero hago caso omiso a su presencia y me abalanzo hacia Nia. El sonido de los golpes de nuestras espadas inundan la sala. Inconsciente mi mirada busca a la de Clarke haciendo que pierda el equilibrio de mi cuerpo con un golpe de Nia, donde su espada encuentra con mi costado haciéndome un corte. Alzo un pequeño grito ante este corte donde noto mi cuerpo estremecerse por el dolor. Clarke grita mi nombre, pero sigo siega por la ira que recorre mi cuerpo, me abalanzo una vez más hacia Nia, esta vez sacando las fuerza suficiente para hacerle un corte en su brazo, donde no reacciona ante el corte y hace un movimiento con su espada hacia mi rostro, logro esquivar su ataque y con un veloz movimiento de mi espada, le corto el abdomen. Se cae al suelo.
En un fallido intento de levantarse, le pateo la cara haciendo que suelte su espada. La noto exhausta.
Aparto su espada con un ligero movimiento apoyando mi pie sobre su estómago.
No logro ver más allá que la ira que siento, un breve recuerdo de Costia aparece en mi mente, su cabeza en mi cama es lo único que veo. Miro a Nia a los ojos, su expresión es dolor, rabia, angustia, susto,todo a la vez se refleja en su cara. Y yo solo veo la cabeza de Costia, cortada en mi cama.
Frunzo el ceño y mientras alzo mi espada, mis últimas palabras salen de mi garganta desesperadas por ser liberadas por fin:
--¡Te corto la cabeza Reina Nia de Ázgueda!
Mi espada se cae al lado del cuerpo de Nia sin vida, Su cabeza está a unos centímetros de su cuerpo. Antes de que pueda caerme, mi visión es borrosa, pero puedo observar de que es Titus quien me sostiene.
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CLARKE:
Noto como mi mejilla es humedecida por las lágrimas que caen ante la imagen de Titus con Lexa en los brazos. Mi corazón late con fuerza.
No por favor Lexa...
Me acerco rápidamente a ellos.
-¿Lexa?- mi voz es temblorosa.
Me doy cuenta que está sangrando.
-Titus túmbala, tiene un corte, debo mirar si es profundo.
Titus la tumba nada más oírme.
Rasgo su blusa, mi mente por un momento se queda en blanco al ver mis manos manchadas de su sangre negra.
Clarke céntrate, ¡CÉNTRATE!
Veo el corte, no es muy profundo.
Suspiro.
Me doy cuenta de que está desmayada.
-Titus hay que vendarle el corte, está fuera de peligro. Es posible que se haya desmayado por el dolor.
Titus asiente y antes de alzarla mira a Indra dirigiéndose hacia ella:
-Indra, llama a Nyko que venga rápido.
Indra asiente con la cabeza y se va con Octavia. Titus alza a Lexa y va de camino a sus aposentos. Yo camino a su lado sin quitare el ojo a Lexa.
Tengo un nudo en la garganta que no quiero sacarlo ante Titus, lo soporto.
Cuando escuche a un guardia alarmar a los que estaban al lado de mi dormitorio, me incorporé sobresaltada. Note una extraña sensación recorriendo mi cuerpo, no sabía muy bien que era, mi corazón latía con fuerza, mi cuerpo temblaba. No entendía que es lo que ocurría, cuando de repente, me vino a la cabeza que Nia había pedido ver a Lexa. Sin pensarlo salí de mi dormitorio corriendo hacía donde se encontraba Lexa con la Reina Nia.
Al llegar y ver cómo recibía un golpe, se me congeló el cuerpo. Tenía miedo, mucho miedo de perderle y entonces me dí cuenta que lo que sentía por Lexa era mucho más que un simple enamoramiento. Había una conexión entre ambas. Pude sentir que algo le ocurría y no me equivoqué.
Titus le tumba en su cama, aun inconsciente. A pocos minutos llega Nyko acompañado de Indra y Octavia quién se pone a mi lado.
Mientras Nyko inspecciona a Lexa y comienza a desinfectar el corte, noto como Octavia posa su mano en mi hombro derecho haciendo que me gire hacia ella.
-Clarke ¿estás bien?
Una lágrima se escapa, deslizándose por mi mejilla. Octavia frunce el ceño y una de sus miradas me dice que entiende lo que pasa entre yo y Lexa. Ahora sabe que hay algo entre nosotras. No pregunta más, me abraza.
-Estará bien Clarke, no te preocupes.
Cuando consigo controlar mis emociones, me separo de Octavia, donde Indra le hace un gesto y ambas salen de la habitación.
Miro como Nyko venda el costado de Lexa. Titus está en silencio, observando también. Al terminar de vendar a Lexa y recoger sus cosas, Nyko se dirige hacia nosotros.
-Está bien, el corte no es muy profundo. Ahora solo necesita descansar.
-Yo me quedo, por si se despierta.-Digo mientras me dirijo al sofá. Nyko y Titus no dicen nada y salen del dormitorio.
Ahora solo estamos nosotras dos. Me incorporo acercándome a Lexa, donde yace tendida sobre su cama. Me siento a su lado y observo cada respiración que hace, observo cada parte de su cuerpo.
-Mis pensamientos ya están en orden Lexa, sé lo que quiero. Te quiero a ti.-Susurro mientras le acaricio la mejilla.
Sonrío a medias dándome cuenta de lo que acabo de decir. Me acerco a ella, nuestros labios están a poco milímetros de tocarse. Dejo posar mis labios en los suyos, dándole un pequeño beso. Me separo lentamente de ella y de repente...
PI...PI...PI...PI...
Ese extraño sonido hace que eleve mis manos tapando mis oídos y suelte un pequeño chillido por el intenso dolor de oído que me acaba de causar.
Frunzo el ceño preguntándome qué puede ser ese sonido. Miro a mi alrededor y no puedo sacar una explicación de que puede ser. Las dos primera veces pensé que me estaba volviéndome loca, pero ahora sé que ese sonido proviene de alguna parte y voy a descubrir de donde y porque lo escucho solo yo.
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