27. CENA EN EL ORANGE D'MCALLISTEW.
Caminé por el largo y elegante pasillo hasta la mesa reservada por James y Geneden Woodgeth, quienes me habían regalado una reservación en el McAllistew a través de Liam por mi cumpleaños 24.
Decidí llevarlos conmigo como un pequeño gesto de agradecimiento. Geneden dijo que en realidad era una cobarde que no quería ir sola con Quentin y Mery. Tenía razón...
El sitio era enorme y de un elegante estilo barroco que adornaba cada rincón del interior, las sillas eran de un dorado sofisticado y las mesas estaban cubiertas por un fino mantel blanco. Todo estaba en una bonita terraza que permitía que la brisa se colara entre las mesas y nos permitiera un deje de aire natural. A lo lejos pude distinguir el rostro de James Woodgeth y Geneden.
Nunca en mi vida había puesto el trasero en una silla tan costosa, jamás había cenado en ningún restaurante tan costoso. Seguramente, pensé, era de esos sitios en los que rayaban oro sobre el caviar.
-¡Feliz Cumpleaños! -exclamó Geneden brincando de la silla a darme un enorme abrazo.
-¡Sshh! -silencié mientras le devolvía el abrazo- Mi cumpleaños fue la semana pasada.
-Me importa una mierda -declaró regresando a su sitio con una enorme sonrisa-. Hoy es tu cumpleaños y te daré amor.
No estaba muy segura de que aquello fuera bueno.
James rió ante la respuesta de su nieta y se puso de pie abriendo los brazos en torno a mi.
Sonreí y lo abracé con fuerza. James era como el padre que siempre quise... no es que el capitán no fuera un buen padre, yo lo adoraba, es solo que desearía que fuera más flexible... más James.
Cinco segundos después de pensar aquello me sentí como la peor hija sobre la faz de la tierra.
-Feliz cumpleaños -susurró James sobre mi hombro.
Sonreí. -Gracias.
James como todo un buen hombre retiró la silla cortésmente para dejarme sentar frente a él y Geneden. No pude evitar sonreír al pensar que Liam habría hecho exactamente lo mismo con aquel gesto cortés e incluso me habría dejado sentar de frente a ellos.
En cierta forma eran muy parecidos.
-Gracias por invitarnos -dijo James.
-Gracias por pagar esto -sonreí.
-Buenas noches, bienvenidos al Orange D'McAllistew, Soy Alice y voy a atenderlos esta noche ¿Puedo tomar su orden? -se presentó una chica menudita de cabello negro azabache recogido en una elegante y pulcra coleta. El uniforme de los meseros era incluso más bonito que el uniforme que usábamos en la editorial, tan blanco y pulcro que me daba miedo estar cerca de ella y exponerla a mis ataques repentinos de suerte.
-Si me permites Luce, quisiera sugerirte la pasta Travola's y las brochetas de camarón italiano.
-Eso... sip, eso-de todas formas no tenía ni idea de lo que significaba cada palabra escrita en el menú.
-Quiero brochetas de camarón y caviar por favor -ordenó Gene.
Igual que Quen.
-Lo mismo que la señorita por favor -me señaló fugazmente con el indice.
Alice, la mesera, asintió y escribiendo las ordenes en una libreta se marchó.
Geneden sonrió en mi dirección repentinamente interesada.-Entonces Luce... supimos que Axel te regaló un collar de diamantes.
Era la primera vez que le oía mencionar a Axel. Y la verdad es que no tenía idea de que eran diamantes reales.
-No lo acepté.
-¿Tu lo golpeaste? -disparó Gene sin más preámbulos.
-Am... pues... si...
Estaba avergonzada.
-Já, te dije que había sido Luce ¡paga! -declaró Gene con la palma derecha en extensión hacia su abuelo.
James rió con ganas y le tendió un billete de 10 dólares a Geneden.
Entrecerré los ojos en su dirección. No esperaba que el padre de alguien riera por que una loca golpeara a su hijo.
-El abuelo apostó a que Axel se había topado con un grupo de asaltantes... yo le dije que trató de mete mano y le dejaste media cara morada. Gané.
James me miró con algo de pena. -Lamento que mi hijo haya intentado...
-No, descuida James... no es tu culpa... lamento haber golpeado a Axel.
-No lo lamentes.
Geneden asintió. -Se lo merece. Nadie nunca lo había puesto en su sitio.
-Su orden-anunció Alice apareciendo con un elegante carrito dorado en manos de un hombre que portaba el mismo uniforme que la chica.
-Gracias -respondimos los tres al unísono.
Comenzamos a comer y a hacer un par de hipótesis sobre lo que las personas estarían dispuestas a hacer por dinero.
Fue entonces cuando aposté con James a que no podía sobornar a un solo mesero en ese fino restaurante.
Perdí.
James le entregó un rollo de billetes al mesero a cambio de que este le derramara "accidentalmente" el vino en la cabeza a un comensal.
Cuando el hombre tomó el rollo de billetes abrí la boca de golpe, creí que la mafia y la corrupción eran cosas de mi mundo, no esperaba que la clase alta se sometiera a estas situaciones. Cuando el mesero vertió la copa de vino sobre el pobre empresario que cenaba con su novia, aluciné. No podía creer lo que estaba viendo.
Gene y james rieron con ganas.
Negué con la cabeza y le tendí el billete a James. -Perdiste más de lo que ganaste con esta apuesta.
-No de trata de lo que ganes, se trata de ganar.
Reí y comenzamos a hablar de películas viejas, pasatiempos, los viajes y las ciudades que habían conocido. En ninguna de aquellas historias mencionaban a Axel Woodgeth.
Entonces la luz comenzó a volverse cada vez más tenue hasta llegar a la completa oscuridad, poco después una única luz se encendió a lo lejos sobre un piano y una chica que comenzaron a sonar a la par. La mujer rubia apareció con un vestido negro de espalda descubierta con un fino peinado en risos gordos y ordenados, era como una Marlyn Monroe moderna.
-Es increíble -comenté al escuchar la enorme potencia de su voz.
-Puedo hacerlo mejor -declaró Gene.
Resoplé. -Por supuesto.
Geneden me miró escudriñante un par de segundos antes de ponerse de pie.
-Feliz Cumpleaños -susurró en mi dirección antes de avanzar hasta la pista y plantarse frente a la chica del piano.
Miré a James horrorizada a lo que el respondió con una simple sonrisa amable y una actitud paciente.
Geneden le susurró algo a la chica quien sonrió en su dirección y asintió entregándole el micrófono mientras con señas le daba instrucciones al pianista.
Al instante el piano comenzó a emitir los tonos inconfundibles de "Rolling In the Deep" y entonces apareció la increíble voz de Geneden que al instante comenzó a llenar la terraza.
Contuve el aliento al igual que todos los presentes y sentí como mi garganta tragaba mis palabras. La chica era increíble, tenía una voz encantadora y potente, no entendía como podía alcanzar con tal facilidad los agudos de Adele y aún se dio el lujo de agregar sobreagudos que me helaron la piel.
Era simplemente impresionante.
-¿No es impresionante? -inquirió James.
-Absolutamente.
-Harry, su padre, se niega a enviarla a Juliard. Yo creo que tiene madera de artista.
-¿Irá a Juliard!?
-Espero, algún día. Por eso está aquí con Liam, está molesta con mi hijo Harry.
-¿Qué piensa Liam de todo esto?
James rió. -Mi hijo está de acuerdo con Harry, pero no va a decirle nada a Gene hasta que se lo pida... entonces entro yo.
Sonreí. -¿Vas a ayudarla?
James sonrió y se llevó la copa de vino a los labios sin más.
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LIAM:
Liam revisaba con ímpetu las tres pilas de papeles que aun necesitaban su firma para ser ordenes oficiales cuando el interfono comunico a Rose:
-Liam, Hay un hombre en la sala esperando hablar contigo, dice que es tu primo Steven y es urgente -advirtió Rose en un susurro.
No tenia idea de porque su primo Steven estaba buscándolo o porque razón habría llegado a la editorial sin avisar, sumándole el hecho de que no habían quedado en el mejor de los acuerdos la ultima vez que se vieron en la boda de su hermano.
-Esta bien, Rose, dile que pase.
-No tiene identificación y...
-Steven nunca carga identificación, esta bien, déjalo.
Lo próximo que Liam escucho fue el silencio al otro lado de la linea antes de que Rose confirmara la orden.
Liam acomodó sus papeles en una sola fila ordenada y esperó la entrada de Steven. Pensó en llamar a su padre, sin duda le haría bien saludar a su sobrino después de tanto tiempo sin poder verlo pero cuando la puerta se abrió no fue el pródigo Steven quien apareció.
Will.
Liam rodó los ojos y se dejo caer de espaldas sobre la silla giratoria. Desde ya podía adivinar el resto de la sesión en su cabeza.
-Que pasa? Tanto tiempo sin verme y es este el recibimiento que merezco, amigo? -dijo Will tomando el marco de la fotografía de su padre sobre el estante de cristal en la pared- Sabes, todavía no me recupero de nuestro ultimo encuentro. Mi hombro no será el mismo ahora.
-Me alegra escuchar eso.
Will rió con simpatía y se giró hacia él. -Sabes, para ser un ermitaño que pasa todo el día detrás de una silla de oficina te conservas bien.
-Que quieres Will? -preguntó Liam sin ganas de prolongar el frío encuentro- Te doy tres minutos antes de llamar a la policía.
-Por que no los llamas ahora? -retó.
-Porque se que te van a encontrar, donde sea que te escondas, el FBI, la CIA y yo, vamos a buscar por cada maldito rincón del mundo hasta pagues por lo que has hecho.
Will chasqueó la lengua mientras se sentaba cómodamente en la silla frente al escritorio de Liam. Parecía muy dispuesto a prolongar la conversación. -Esa no es la forma de tratar a tu mejor amigo.
-Nunca fuiste mi amigo...
-Oh, claro que lo fui, William-aseguró con una sonrisa-. Tu sabes todo sobre mi como yo se todo sobre ti...
-Tu no me conoces...
La sonrisa del rostro de Will desapareció de inmediato tornando su mirada en la misma expresión sombría que Liam recordaba de las ultimas veces que había hablado con su mejor amigo. -Claro que te conozco, te conozco lo suficiente como para saber que eres un pobre idiota que ha preferido hacer lo que todo el mundo espera que haga. Mírate, te convertiste en lo que siempre odiaste. Eres lamentable.
-Claro, tu lugar es muy envidiable. Muero por que me persigan en todo el mundo y traten de matarme la mayor parte del tiempo Sabias que tienen ordenes de tirar a matar? O eso escuché...
Will golpeó con fuerza el escritorio a puño cerrado logrando arrancarle una carcajada a Liam. Ahora era su turno.
-Bueno, si planeas vencer a mas de 25 naciones vas a necesitar mas que un berrinche contra una mesa de madera.
-Que bueno que te divierta, me pregunto si a Luce le divertirá también cuando sepa quien me trajo aquí.
-Ella está mas protegida de lo que crees. No podrás acercarte a ella de nuevo -amenazó con una mirada de hielo clavada en su oponente.
-Oh, Crees que no me he dado cuenta del escuadrón que tienes siguiéndole el paso? Pero no cometas el mismo error que cometiste hace años Liam, todo el mundo tiene un precio, incluso ella.
-Por supuesto que no...
-Confía en mi, la conozco mas que tu. Tanto como para asegurar que va a mandarte al diablo cuando se entere de donde la has metido.
Las manos de Liam se cerraron en puños mientras intentaba canalizar toda su energía en no arremeter contra William. -Ella esta fuera de todo esto...
Will se río con la expresión mas divertida que había mostrado hasta el momento y abriendo los brazos al cielo exclamó: -Ella es el centro de todo esto! Es la carnada, fue su estrategia y tu lo permitiste.
-Si eso es lo que piensas por qué no te vas?
-Por qué yo también quiero jugar -Esta vez fue el quien se dejo caer de espaldas sobre la silla cruzando cómodamente los brazos sobre el pecho.
La luz del sol comenzaba a desaparecer y Liam no podía hacer otra cosa mas que agradecer la idea que había tenido su padre de llevar a Lucinda a cenar como regalo de cumpleaños. Mientras mas lejos de mantuviera de toda aquella situación seria mejor. Sin embargo sabía que Will tenía razón, en el fondo ese loco siempre tenía razón; Lucinda estaba metida hasta el cuello y todo aquello era culpa suya, él lo había permitido tanto tiempo que cuando quiso detenerlo era demasiado tarde.
-Que quieres William? Dinero?
-Quiero mi libertad... y a la chica.
Liam resopló. -Buena suerte, no vas a conseguir ni lo uno ni lo otro. Tu libertad no esta negociación, al menos no conmigo.
-Y la chica?
-Ni siquiera es una carta sobre la mesa -advirtió amenazante.
La mirada de Will se volvió penetrante. Liam sabía que Will podía leer al agente mas duro con una sola mirada, como si tuviera la llave de cualquier mente. Todos eran un libro abierto para él. Aun así, no apartó la mirada.
Pronto aquel silencio fue llenado con la risa potente de Will, quien parecía estar pasándola de maravilla. -Ella jamás va a perdonarte por esto. Te odiará casi tanto como a mi, no pierdas tu tiempo.
-No la conoces, no es la misma adolescente fácil de impresionar, ha pasado por mucho y aun así...
-La conozco tanto como te conozco a ti Liam. Ambos son iguales a mi, ambos querían tanto como yo aquella propuesta, ambos tomaron el contrato en sus manos, ambos querían aceptar pero su cobardía fue mas grande. Sin embargo ahora se que controlar a los cobardes...
-Yo te forme, no hay nada que puedas hacer que yo no pueda predecir y si te acercas a ella te mataré, esta vez no lo dudaré.
-No te atreverías, eres demasiado cobarde. No he venido a discutir, a pesar de que estoy disfrutando bastante de nuestro reencuentro, tengo que irme pronto. Tengo una propuesta para ti.
-Puedes irte, no me interesa escuchar nada que tengas que ofrecerme.
-Ni siquiera cuando planeo dejar en paz a la chica?
-No. No hay nadie en quien pueda confiar menos que en ti.
-Bueno, podría tener la posibilidad de una vida feliz no la merece? -preguntó uniendo sus manos sobre la mesa como un gran negociante- Solo necesito los planos de la bomba electromagnética... y no volverás a saber mas de mi.
Ni de broma iba a darle el poder de tener millones de vidas en sus manos otra vez. Odiaba haberse involucrado con Will en la adolescencia, odiaba haberle confiado sus talentos, odiaba haberle hablado de esa maldita bomba electromagnética, odiaba su ingenuidad y la facilidad con la que había logrado confiarle los planos a un psicópata como Will, odiaba seguir cargando con las muertes de los Israelitas ocho años atrás.
-Que pasa Will, te falla la memoria? Creí que estabas trabajando en ellos.
Will sonrió con apatía. -Sabes que los perdí en Siria, cuando la CIA embistió en el 33. No niego que tengo una parte de ellos pero mis hombres no han podido descifrar el resto.
-Pagales unas clases de ciencia.
-Que gracioso. Estoy ofreciéndote tu libertad y la de la chica a cambio de los planos o quédate con tus planos, dame mi libertad y me llevo a la chica.
-No acepto ninguna.
-Puedes deshacerte de mi...
-Confío en la justicia...
-Oye, tranquilo Capitán América, sabes tan bien como yo que no lo harán, llevan ocho años buscándome, puedo esconderme otros diez.
-La respuesta sigue siendo no.
-Bien, sabes que? Pareces un buen tipo ahora, te sienta bien el traje y creo que todavía me caes bien. Te daré tres días para pensarlo, si después de esos tres días tu respuesta sigue siendo un no, no habrá segunda oportunidad.
Dicho lo anterior se puso de pie y salió tan rápido como lo hizo cuando llegó.
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N/A: Hola! :D espero que estén pasando un buen inicio de fin de semana :D Que les pareció el capitulo? :D Espero que les haya gustado.
Quieren conocer a Will? Voy a subir una galería de fotos de el para que puedan imaginarlo mejor en la pagina de Facebook "RollitodeSushii", también quiero invitarlas a seguirme en Instagram, me encuentran como "Alexw_rs".
En fin, espero que tengan un buen fin :) No se olviden de votar y comentar!
=] Alex