Capítulo 15

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Luego de haber pasado toda la tarde del día de ayer con Dmitrei, me retiré excusándome con que no me sentía muy bien. La verdad es que me estaba dando dolor de cabeza al oírlo hablar, en ningún momento me preguntó algo que tuviera que ver conmigo, si no, habló solo de él toda la tarde, tal vez para impresionar, pero a mí no me impresionó ni un poco. Cuando intentaba hablar decía: "Y hay más...", y así siguió toda la bendita tarde. Incluso, a cada criada que pasaba a nuestro lado, él les guiñaba un ojo o les sonreía de forma coqueta, eso me molestaba un poco, me hacia sentir incómoda.

Le agradecí nuevamente por Eike, fui a mi habitación y, al llegar, vi una canasta pequeña de mimbre con una almohada larga que servía de colchón, otra almohada pequeña y una manta, todo lo anterior mencionado de color beige, había una nota.


Jenara:

Os regalo esta pequeña cama para que duerma vuestra nueva mascota, espero que te guste. Con cariño.

Dmitrei, tu futuro y amado esposo.


Dejé la cama al lado de la mesita de noche mientras rodaba los ojos, para mi Dmitrei no era nada más que un príncipe insoportable, no era amado para mi. 

Acomodé a Eike para que durmiera en su nueva cama, pero este solo se quedó ahí sentado.

Habían pasado unos minutos, debía ir al salón donde se hacen este tipo de eventos, ya que hoy era el muy esperado baile de cumpleaños de George y de mi presentación. Antes de salir, le dije a Eike que hiciera sus necesidades en el baño, y que tenía comida al lado de su cama, creí que no me entendería, pero asintió con la cabeza y acto seguido se acostó en mi cama, de todas formas, Canela y Jenna estarían aquí para cuidarlo, después de todo, era solo una cría que necesitaba supervisión y cuidado.

Me vestí con un vestido de campana largo color turquesa, el escote en forma de corazón estaba decorado con unos brillos plateados, en la cintura traía un cinturón con pequeñas piedritas plateados, y unos zapatos de color plateado. Por lo menos los zapatos no eran muy altos, de haber sido así, me habría caído o hubiera caminado como si mis piernas fueran gelatina.

Tenía el cabello suelto, con ondas, y al costado izquierdo, tenía enganchada una flor de color blanca.

Eran las nueve de la noche, todos estaban en el salón de baile, nunca había estado ahí. Tenía que llegar junto a Amatista, quien pediría la atención de todos, para acto seguido presentarme. Los nervios revoloteaban en mi estómago, poniéndome inquieta al instante.

Había subido hasta la tercera planta, sentía pequeñas agujas en los muslos, por el esfuerzo que había realizado subiendo las escaleras con el gigantesco vestido que traía. Ante nosotras, había dos puertas gigantes de color beige, las manillas eran de color dorado, brillaba mucho, como si estuviese en contacto con el sol a toda hora.

Amatista me preguntó con la mirada si estaba lista, asentí con la cabeza, acto seguido, abrió las grandes puertas.

La luz se expandió a medida que las puertas se abrían por completo. Ante mí, había una escalera gigante que descendía hacia donde todos bailaban y comían en algunas mesas que estaban a los costados.

Todos se voltearon a vernos al escuchar el ruido de las grandes puertas abrirse, hubo silencio total.

—Os presento a Jenara, futura heredera al trono — empezaron los murmullos — ¡Os pido silencio, por favor! — la voz de Amatista se escuchaba fuerte, segura e imponente —Diecisiete años perdida estuvo, milagrosamente ha vuelto, ha sobrevivido ante variadas problemáticas, pero aquí está, ante nosotros nuevamente. — hizo una pausa. Todos los ojos estaban puestos en mí — ¡Larga vida a la futura reina de Lótusz!

Heredera Perdida [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora