Capítulo 45

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—¡Hew, aléjate de mi hija! — Mi padre se interpuso entre Hew y yo, el terror me invadió al igual que la desesperación.

Hew comenzó a carcajear, haciendo que las personas corrieran más rápido fuera del salón. El hechicero oscuro golpeó su cetro contra el suelo, y movió un dedo en dirección a mi padre, quien comenzó a levitar. Comenzó a patalear en el aire, Hew lo lanzó al suelo, al otro lado del salón, e hizo una jaula de magia negra.

—Tan idiota...

—Hew, basta — hablé, comenzando a tomar la espada de media luna con la que me habían declarado futura heredera de Lótusz.

—¿Basta? Pero si esto acaba de empezar, sobrina mía.

Lanzó una bola de oscuridad en mi dirección, la cual esquivé, esta impactó en la pared, dejando un agujero gigante, pocos segundos después, la pared empezó a caer. Corrí al otro extremo de la habitación, pasando al lado de Hew, huyendo de la avalancha de la pared. Hew solo reía ante su hazaña.

Mis ojos recorrieron el salón, observé a Dmitrei en la otra punta de este, sin antifaz, a su lado, estaba Odilia, quien me observaba con burla. Me volteé y vi a Amatista, quien tenia esferas de color violeta en sus manos, a su lado, estaba Dakott, de sus piernas que estaban ocultas por el vestido rojo, sacó dos largas espadas. George, por su parte, sacó otra espada.

—¿Todos están dispuestos a perder la vida por Jenara?

—Podemos facilitar esto, Hew. Lárgate de mi reino.

—¿Tú reino? Pero si este reino me pertenece ¡Tu muerte es lo que necesito para conseguirlo!

Una bruma de color carmesí y negro comenzó a brotar de su cetro, la cual comenzó a viajar con una rapidez sorprendente hacia mi, ahora, optando la forma de unas cuchillas. Antes de que estas me impactaran, Amatista se paró frente a mí, e hizo una barrera con su magia violeta. Dakott corrió rápidamente hacia Hew, quien no se percató de su presencia hasta que la chica le hizo un profundo corte con su espada, en su pierna izquierda. Aulló de dolor, al mismo tiempo que tomaba a Dakott del brazo y la lanzaba lejos.

—¡Dakott! — grité mientras corría a su encuentro.

—Estoy bien, estoy bien, solo que.... ¡Cuidado!

Una cuchilla voló hacia nosotras, estaba a centímetros de mi rostro, a nada de clavarse y matarme, pero alguien se atravesó, recibiendo el golpe de no solo una, sino, tres cuchillas. De su espalda y pecho, comenzó a brotar sangre. Un hilillo de sangre corría por la comisura de su labio. Comencé a temblar sin poder creer lo que veían mis ojos.

—Te dije que daría mi vida por ti.

—¡Evan! — grité al mismo tiempo que este caía al suelo y las cuchillas desaparecían de su cuerpo, pero las profundas heridas seguían ahí.

Sus heridas eran profundas, y brotaba cada vez más sangre de estas, la desesperación me invadió. Daysi llegó a nuestro lado y comenzó a sacar frascos con líquidos de un morral, los cuales comenzó a derramar sobre las heridas de Evan con urgencia.

Arrodillada, con lágrimas en los ojos, comencé a despejar su cabello rebelde que caía sobre sus ojos. Oí el grito de Amatista, al mismo tiempo que la veía caer al piso e intentaba quitarse a Hew de encima. George alzó su espada y la descargó en el hombro del hechicero, pero este desapareció y apareció detrás de mi hermano, empujándolo para luego atacar, Dakott fue más rápida, enterró sus dos espadas en su abdomen para luego hacerle cortadas a sus brazos. Hew gritó, pero no supe diferenciar si de dolor o de ira.

Me volteé a ver a Evan, no podía seguir aquí con él, pero no podía irme y dejarlo morir.

—Eres un completo idiota — susurré al mismo tiempo que una lágrima rodaba por mi mejilla. — Eres un completo idiota, Evan.

Heredera Perdida [Completa]Where stories live. Discover now