Capítulo 11

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Dentro de tres días sería el cumpleaños de George junto con el baile real y mi presentación a todas las personas importantes de la corte y reinos cercanos. Lo malo de todo esto, es que llegaron al castillo príncipes y princesas, junto a duques y duquesas, que se hospedaban en la planta baja, gracias a las diosas y dioses. No estaba dispuesta a toparme con ellos continuamente en el pasillo, quería evitar cualquier contacto con aquellas personas.

Mi prima, la duquesa Odilia, se hospedaría en la planta de arriba, a seis dormitorios del mío, se suponía que llegaría hoy, pero se retrasó la embarcación, por lo que llegaría mañana en la tarde.

—Y mira los Ximfuriuxs, se pueden encontrar en lo profundo del bosque, específicamente, en el corazón de este, donde hay tantos árboles que hay oscuridad absoluta. Los viajeros los encuentran porque apesta muy feo, así se sabe su ubicación. — explicó Amatista.

Amatista llegó el mismo día que me dieron a Luna y aprendí a cabalgar, solo que no se había presentado antes, ya que debía atender variados asuntos importantes. Esta es la hija del hechicero real, al igual que Leda, solo que esta última está con Daisy en la enfermería porque le gusta ayudar a los demás y la magia, no se le da bien, o eso dijo Daisy una de las tardes que fue a revisar mi herida.

Los ojos de Amatista eran de un color violeta intenso, cabello rubio y tez clara como la luna, su rostro tenía una perfecta forma ovalada con rasgos afilados y pronunciados, su belleza era fenomenal, casi obsequiada por las mismas diosas. Traía un vestido morado, con dorado alrededor de los costados de la costilla, junto con una capa a juego, tal color hacia resaltar sus glamurosos ojos.

Amatista había estado en una expedición, estudiando los bosques y estéreos. Estas eran sus últimas pruebas para tener el título definitivo de "hechicera sustituta de Lótusz" para luego ser "Hechicera real de Lótusz", cuando su padre muera, claro.

El día que llegó, mi madre me presentó a Frank, su padre y hechicero real. Amatista me enseñaría sobre las cosas más básicas de la magia, todo lo que debía saber una princesa, más que un pueblerino común y menos que el rey, por ahora.

Es agradable, no solo pasábamos tiempo juntas cuando me daba clases, si no, fuera del horario. Antes pasaba tiempo en la enfermería con Leda y Daisy, ya que me hacían compañía, pero desde que llegó Amatista, tengo otra amiga, por así decirlo.

Últimamente, ya no comía con mis padres, pues estaban muy ocupados, así que comía junto a Amatista en mi habitación, se podría decir que de a poco nos empezamos a volver cercanas, pero el lazo aún no se fortalece como para establecer una sólida amistad.

Amatista prefirió que fuéramos a estudiar al gran edificio de la biblioteca, considerando que esta era gigantesca, nadie se atrevería a entrar y generar interrupciones durante mi enseñanza, mucho menos sabiendo que estaba con una hechicera. Algunos guardias le temían a Amatista, temían hacerla enfadar y que esta les lanzara un hechizo. Lo que estos no sabían era que Amatista tenía rotundamente prohibido castigar a alguien del castillo sin el permiso del rey y, además, ella jamás castigaría a alguien por mera entretención. A pesar de que su semblante permanecía siempre serio y su postura era rígida, demostrando de cierta forma, superioridad, ella era como la luz cálida del sol, siempre acariciando tus mejillas para que te sintieras a gusto con el calor de sus palabras o sonrisa.

La biblioteca contaba con infinitos pasillos de libreros, era como un laberinto lleno de palabras que escondían mundos detrás de las tapas duras de cada libro. Desde el segundo piso, donde estudiábamos, se podía ver gran parte del pueblo, las calles estaban abarrotadas de gente, yendo de allá para acá, soltando risas de entretención o gritos, ofreciendo sus productos.

Heredera Perdida [Completa]Where stories live. Discover now