Capítulo 42

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Estaba recargada contra la fría pared. La luz de la luna se colaba por la ventana, cayendo a mis pies, una luz tan brillante para una noche tan oscura. Mi vista estaba fija en mi vestido que antes era beige, ahora tenía infinitos colores, como si una obra macabra hubiera sido pintada sobre la tela, la pintura podría llamarse, "el inicio del caos y la destrucción".

El sonido de la puerta de los calabozos abriéndose, me sacó de mis pensamientos. Dirigí mi vista hacia la persona que salía. George me ofreció una mirada sin expresión, para luego asentir y desaparecer por el pasillo, solo sus pasos se escucharon retumbar, como si fuera lo único que me pudiera mantener atada a la realidad.

—Princesa, no es necesario que haga esto.

—Quiero hacerlo, Liza. Necesito saber por qué. — la pelirroja asintió, y me dirigió hacia el interior de las celdas.

Caminé por el sombrío y húmedo lugar, hasta quedar frente a una celda, la cual reconocí al instante. Solté una carcajada, no podía creer que estuviera aquí nuevamente, al parecer, esta celda atrae a los traidores de la corona.

Observé a través de los barrotes al moreno, quien estaba apoyado contra la pared con la vista gacha. Sinceramente, no me interesaba del todo el porqué de su presencia, no me importaba lo que hiciera con su miserable vida, pero necesito saber si fue él quien asesinó a mi madre.

—Creí que no volvería a verte — habló, levantando la mirada.

—Lo mismo creí, mi intención no era volver a verte en lo que me resta de vida.

—Entonces, ¿qué haces aquí? — comenzó a acercarse a los barrotes.

—¿Fuiste tú? — pregunté directamente.

—Sabes que no sería capaz de hacer algo así.

—¿Lo sé? ¿Acaso, lo sé Rex? — pregunté con frialdad — No me hagas reír, eres un traidor, no se espera nada de los traidores como tú.

Estaba perdiendo el tiempo intentando hablar con él, estoy segura que no dirá absolutamente nada.

Comencé a retroceder, con la intención de irme, al mismo tiempo, una de las pelirrojas se acercó, a susurrarme que tuviera cuidado con lo que decía, habían más aliados de Hew aquí, y, así era, no me había percatado de la presencia de todos los aliados de Hew que estaban dentro de las distintas celdas.

Me acerqué solo un poco a la celda de Rex, con la intención de decir algo que pudiera funcionar para que pudiera hablar, en cambio, este me jaló del brazo, haciendo que mi espalda golpeara contra los barrotes, provocando que una exclamación de dolor escapara de mis labios. Los guardias alzaron sus armas en contra del moreno, listos para disparar en cuanto sea necesario.

—Te puedo brindar información, si me sacas de aquí. — susurró en mi oído — Por favor, Jenara, sé lo que está haciendo Hew, sé sus ataques, sus movimientos, y cuando planea asesinarte. Por favor, sácame de aquí.

—Rex, suéltame.

—Te prometo que no te traicionaré, lo juro. Además, intenté impedir que mataran a tu madre pero, me equivoqué de blanco, fue un accidente, por favor...

—Suficiente...

El fuego corrió por mis venas, haciendo que grandes llamas de fuego aparecieran en la palma de mis manos. Tomé la muñeca de Rex para que me soltara, al instante soltó un grito de dolor, pero no estaba dispuesto a soltarme, por lo que ingresé mi mano dentro de los barrotes para golpear mi mano en llamas contra su mejilla, donde tenía la marca de Hew. Este cayó al suelo soltando un alarido de dolor, mientras se sujetaba la zona calcinada.

Heredera Perdida [Completa]Where stories live. Discover now