四十六

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El gran fénix desplegó sus alas al estar a una distancia considerable del suelo, el porte erguido y elegante del orgulloso rey dejó anonadado al muchacho al que miró con ternura, observándolo sonreírle dulcemente, dio algunas vueltas alrededor del pequeño humano haciendo que el vapor caliente fuera un velo flotante y algunas chispas se esparcieran en el ambiente como luciérnagas ardientes. Taehyung no tuvo miedo de quemarse, el extenso fuego del Segundo Príncipe en su forma espiritual le brindó la misma sensación que el calor gentil de la flama que su cuerpo absorbió momentos antes, el abrumador sentimiento lo hizo temblar completo al oír el inigualable canto, mucho más hermoso que cualquier instrumento o voz que había escuchado o se hubiera creado jamás. Zheng Guo detuvo su vuelo notando la hermosa luz saliendo del centro del castaño, bajó su cabeza hacia la mano que acababa de ser alzada, siguiendo su instinto, el tacto suave acarició sus plumas ardientes de forma decidida y cariñosa, totalmente ileso.

─Eres tan hermoso, Jungkookie ─susurró posando también su otra mano, el fuego bajo sus palmas era cálido y suave, tan apacible y familiar que lo atontó. Una visión fugaz destelló en su mente, fue un instante pero fue vívido y asfixiante─. Te extrañé tanto, mi dios del fuego, pensé que no te volvería a ver nunca y no quise vivir una eternidad si no volvías. ─Casi se ahogó al hablar, sus ojos se nublaron por las lágrimas, le ardió la garganta y sus manos temblaron. Frente a él estaba la persona que siempre anheló volver a ver, el dios al que curó y amó tanto que fue suficiente acompañarlo mientras meditaba, que al verlo morir, quiso morir también sin poder hacerlo.

La gran ave vio el brillo multicolor extenderse desde el pecho ajeno, buscó la pequeña flama dentro de Taehyung sin encontrar nada más que un inmenso poder espiritual haciéndose cada vez más fuerte, parecía querer destruir el cascarón humano que la estrella obtuvo para vivir entre mortales.

─ ¡Taehyung! ─exclamó cambiando su forma, tomó al humano desmayado entre sus brazos, lo cargó con delicadeza para llevarlo a la alcoba. Su interior era un caos en ese momento. Si su suposición era cierta,  la interacción de Taehyung con el Reino de la Dicha Pura fue la causa, absorbió demasiada energía divina y su cuerpo humano no fue suficiente para soportarla ocasionando su momentáneo despertar. Si volvía a pasar, el contenedor mortal sería destruido y Taehyung no podría volver al mundo humano para seguir su vida como siempre.

Al llegar a la habitación, lo acostó en la mullida cama para cerciorarse que no tuviera ninguna lesión, tomó su muñeca aliviado porque su pulso era estable. Mordió su labio inferior con fuerza, quiso salir a despejarse pero cuando estaba por abrir la puerta, volvió sus pasos sentándose a un lado de la cama.

─Fue mi culpa, no pensé que traerte a KunLun ocasionaría algo así. Supuse que al tener un cuerpo humano, la energía espiritual no se desbordaría en ti ─murmuró cabizbajo, acariciándole el rostro─. Es suficiente para mí poder estar a tu lado así, es mucho más de lo que alguna vez esperé, ya seas humano o una estrella, así nunca pueda hablarte cara a cara de nuestra historia, es suficiente con estar a tu lado, tomes la forma que tomes.

Al día siguiente, Taehyung despertó lentamente, su mente parecía cubierta de neblina y le dolía un poco la cabeza, se sentó viendo alrededor sin reconocer la alcoba hasta que su vista dio con la figura del Segundo Príncipe sentado a un lado. El fénix estuvo toda la noche velando su sueño y al verlo despierto, le brindó una pequeña sonrisa.

─Buenos días, Jungkookie. ─El polluelo lo saludó extendiendo sus brazos hacia él, no recordaba bien cómo llegó a la cama y lo atribuyó al vino aunque no había bebido casi nada porque el Segundo Príncipe sólo lo dejó tomar tres copas pequeñas.

Fueron los besitos indirectos que buscó al no poder besarlo frente a la familia real.

─ ¿Cómo te encuentras, TaeTae? ─preguntó con suavidad, fue hacia él y lo acomodó en su regazo con la mayor delicadeza antes de abrazarlo y besarle la mejilla.

HILO DE SANGRE - KOOKTAEWhere stories live. Discover now