九十二

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Los habitantes del Reino de la Dicha Pura recibieron una ola de poder la mañana siguiente para que fueran partícipes de la celebración por el nuevo integrante real, no importa cuán pequeña o grande fuera la criatura, todos recibieron un empujón para subir su nivel de cultivo. En el mundo humano, el Emperador de Jade con ayuda de su hermano, dejó varias gracias ocultas, al territorio de los Hombres Libres también llegó parte de su gracia y en el Di Yu, actualmente en caos, con ayuda de infiltrados, se decidió el perdón de algunas almas.

─ ¿Qué harás respecto al ciclo de meditación incompleto, hermano? ─preguntó Hao Xi desde la Torre del Dragón.

─Pasaron demasiadas cosas en mi ausencia, no sé si es bueno regresar al encierro en este momento.

─ ¿Dejarás incompleto el ciclo del Primer Príncipe?

─No, el Primer Príncipe retomará su ciclo, yo ya soy un viejo dragón que ha pasado por mucho así que no importa si me lo salto.

─No digas eso, aparte de la creación, de tus hijos ya presentes y tu esposo, una criatura indefensa necesitará de tu protección y cuidado, no puedes ser condescendiente contigo mismo. Aunque la vieja diosa de la enfermedad no es más un peligro, sabes que siempre habrá algo con lo que lidiar.

─Siento que viví demasiado, eso es todo ─confesó admirando el paisaje.

─ ¿Y qué? Aunque hayas visto muchas cosas, siempre quedará algo para descubrir.

─ ¿Lo dices por experiencia propia?

─Quizá, sé que no soy quién para juzgarte porque fui egoísta al casi obligarte a cargar con todo el peso del Tao en tus hombros al no poder manejarlo por mi cuenta cuando dejé a varias personas atrás para sentarme en el Trono Dorado del Dragón.

─ ¿Hablas de las tres mil bellezas en tu harem?

─Hablo de todo en general, mi Emperatriz, mis hijos, mis concubinas, mi pueblo... debiste ser el Príncipe Heredero del Reino de la Dicha Pura desde el principio.

─Si lo hubiera sido tal vez no podría despertar con mi esposo al lado.

─Es verdad.

─Si hablamos de sacrificios, yo no hice más que sentarme en el Trono Dorado del Dragón pero Xi Zhen dejó atrás todo lo que conocía para seguirme y se tuvo que adaptar a una vida muy diferente.

─Mi cuñado es una gema de valor incalculable, tan valioso que ningún tesoro se compara.

─ ¿Sigues queriendo vivir como el Buda Sonriente? Podrías ostentar otro título, no necesariamente el de Emperador Amarillo y cambiar tu vida.

─Soy todavía muy cobarde para atreverme a salir de mi cascarón.

─ ¿Qué hay de Zhang Lang? ¿No estás dispuesto a hacerlo por él que regresó a ti? ─interrogó sonriendo con algo de malicia, pocas eran las ocasiones en las que él podía ser el que se burlaba de su hermano.

─ ¿Zhang Lang? Ahora como dios sólo ama la comida y yo amo mi libertad como Buda Sonriente ─contestó antes de empezar a reír a carcajadas.

─ ¿Más peticiones mientras te frotan la barriga? ─Alzó una ceja el Guardián Este.

─S-Sí. ─Casi se quedó sin aliento antes de poder calmarse.

─No te entiendo, hermano, por eso es que nadie te reconoció como el gran Emperador Amarillo.

─Es un don ─guiñó uno de sus ojos convirtiéndose en un gran dragón─, vamos, te daré el honor de viajar en mi lomo, hermanito.

─No gracias, quiero conservar mi integridad como Emperador.

HILO DE SANGRE - KOOKTAEWhere stories live. Discover now