三十一

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Taehyung despertó muy hambriento, se removió encontrándose dentro de la cama, supuso que Jungkook lo había arropado al quedarse dormido. Se tocó los labios al recordar el beso que le había sido robado. Se volvió rojo con su confesión. ¿Qué estaba pensando en ese momento? Claramente, no estaba pensando, fue demasiado sincero. Pero, contra todo pronóstico, parecía que el fénix había aceptado sus sentimientos.

Rodó lleno de alegría, enredándose con las sábanas hasta casi caerse al piso. Su pecho ardió con la energía de mil soles hasta sentirse de colores.

Al ver su teléfono, comprobó que era temprano así que sólo fue a lavarse los dientes antes de bajar guiado por el aroma del desayuno que su tío estaba preparando.

─Buenos días, tío Soo ─saludó tomando un trozo de sandía recién cortada.

─Buenos días, TaeTae. ─Detuvo su labor para observar la expresión risueña de su sobrino, sus ojos brillaban y fallaba en ocultar una gran sonrisa boba, Kyungsoo alzó una ceja mientras decía─: ¿qué sucede entre el inquilino y tú?

─No ocurre nada.

─Kim Taehyung, ─lo señaló con el cucharón en la mano pareciéndole increíble que tuviera la piel gruesa*─ todos pueden darse cuenta que eso no es cierto. Desde la mirada fija de Jungkook cuando te conoció, su tendencia a alimentarte, tu actitud en la reunión, la larga salida de ayer y ahora tu rostro de enamorado... ¿todavía quieres decirme que nada pasa?

El castaño intentó llenarse la boca para no responder, mas, su tío siguió esperando una respuesta.

─Tal vez me gusta ─susurró todo lo bajo que pudo.

─Entonces es así, el osito debe crecer de todas maneras. ─Movió pensativamente su cabeza volviendo a cocinar─. Si dejas que este viejo tío te dé un consejo...

─No eres viejo.

─Bueno, si dejas que te aconseje, no te precipites. Odiaría que te hiciera daño, después de todo es el primer amor de la cosita berrinchuda de la casa Kim.

─No vayas a hablar con Jungkook de esto, por favor. ─No quiso imaginar las situaciones vergonzosas que pasaría gracias a él.

─No prometo nada ─rio apagando la estufa.

─ ¡Tío!

─ ¿Qué?

─No lo hagas, suficiente cuando me lo presentaste y dijiste que era el osito de la casa.

En ese momento, Seolhyun bajó arreglándose el cabello y sonriendo hacia Jungkook que llevaba la ropa que Tae y él compraron además de su largo cabello oculto. Tío y sobrino se quedaron callados. El Segundo Príncipe saludó educadamente mientras que la hermana mayor tomó un trozo de sandía.

─ ¿Quieres acompañarnos a desayunar, Jungkook? ─ofreció el adulto pensando en conocer mejor al chico que había llamado la atención de su sobrino pequeño.

─Gracias, no quiero ser una molestia.

─Por cierto, todas estas cosas... ¿de dónde salieron? ─interrogó señalando los regalos dejados por seres sobrenaturales─. ¿Son tuyos?

─Eh...

─Sí, Jungkookie los compró ayer ─respondió Taehyung sin poder pensar en otra excusa.

─Debes tener mucho dinero, las variedades de té parecen costosas.

Zheng Guo revisó las variedades y eligió preparar un poco de té de jazmín, buscó alrededor de las encimeras hasta que Taehyung le alcanzó un juego de gaiwan* de porcelana, al rozar sus dedos sus miradas se cruzaron por un momento eterno.

HILO DE SANGRE - KOOKTAEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora